Cómo regular internet: empresas vs. gobiernos

Acción de protesta a favor de la libertad en internet esta misma semana en Moscú. Fuente: ITAR-TASS.

Acción de protesta a favor de la libertad en internet esta misma semana en Moscú. Fuente: ITAR-TASS.

¿Cómo se pueden conciliar los valores de una apertura informativa y beneficio comercial garantizando a la vez la transparencia y la responsabilidad del negocio de internet?

Bill Ristow analiza las consecuencias políticas internacionales de la actividad de las empresas vinculadas a internet desde el punto de vista de la salvaguarda de la libertad de expresión y defensa de los derechos humanos a escala global.

Google, Facebook, Twitter, Apple, Microsoft son ejemplos significativos del tipo de empresas a las que se refiere, todas ellas, por cierto, estadounidenses. Como señala el autor, existen también en otros países compañías nacionales influyentes , en concreto, el buscador chino Baidu, la red social rusa VKontakte, sin embargo, la hegemonía sigue siendo norteamericana.

Son precisamente las grandes compañías de internet cuyo número de usuarios puede llegar a los mil millones las que сrean las tendencias de desarrollo y uso de la red.

Las compañías determinan cómo los usuarios buscan información, la seleccionan, se comunican, así como configuran el contexto en el que actúa el usuario e incluso, dirigen sus preferencias.

Las grandes compañías de internet son a menudo centro de escándalos internacionales. Uno de ellos, ampliamente comentado por los medios de comunicación, fue el incidente surgido por la decisión de Google de bloquear el acceso a la películaLa inocencia de los musulmanesque en una serie de países había sido colgado en YouTube.

Defensa de la libertad de expresión y censura en internet

En opinión de Ristow, la actividad de las compañías de internet es políticamente significativa cuando tienen negocios en estados que como media de seguridad pretenden garantizar su “soberanía informativa” y configuran segmentos nacionales de internet, relativamente cerrados, limitando el acceso de los ciudadanos a los servicios de información proporcionados por los buscadores occidentales.

El autor hace especial hincapié en la estrategia informativa de Pekín que controla férreamente el ámbito informativo, creando bastantes problemas para el negocio en la red.

El gobierno chino exige a las compañías la transmisión de datos personales de los usuarios y limita el acceso a determinada información políticamente sensible. Como señala el autor, China atrae compañías de alta tecnología, localizadas en EE UU que necesitan ampliación de mercado y para ello están dispuestas a todo. Además , Pekín apoya la creación de compañías nacionales de internet que actúan en el ámbito de la política estatal y ayudan al poder a controlar a los usuarios.

Está aumentando el número de estados que toman medidas que limitan los segmentos nacionales de internet . Sin embargo, Ristow destaca la tendencia a hacer más sofisticada la práctica de la regulación estatal.

Los gobiernos, cada vez más experimentados, ya no están interesados en el bloqueo completo del tráfico, sino que quieren más bien proporcionar a los ciudadanos alguna forma de regulación del acceso y a raíz de esto tener la posibilidad de vigilar su moral y comportamiento en la red.

El autor manifiesta su preocupación por el empeoramiento de la situación en el ámbito de la defensa de los derechos humanos en la red, por la apertura informativa a nivel global y propone que se implemente de manera más activa el negocio al trabajo de la iniciativa de la Red Global (Global Network Initiative) para evitar la censura en internet.

Este grupo tiene como objetivo la defensa de los derechos humanos en la sociedad de la información. Según Ristow, es necesario elaborar un conjunto de reglas para la actividad de las compañías, que doten de responsabilidad y transparencia las medidas tomadas por ellas para poner o eliminar un tipo u otro de información y para el derecho a la intimidad de la vida privada del usuario.

Cooperación entre estados y negocios en el ámbito informacional

Las conclusiones de Ristow confirman las ideas del prestigioso politólogo norteamericano Joseph Nye sobre la propagación del poder en la era de la información.

Сomo estima Nye, en el marco de la sociedad de la información, el poder se difumina y los estados se ven obligados a compartirlo con actores no gubernamentales, incluidas compañías de la industria de internet.

En la determinación de la configuración de la moderna sociedad de la información, el gran negocio de internet juega un papel determinante. Además, como acertadamente señala Ristow, las compañías no están interesadas en que se las compare con los “ guardianes” de la época de los medios de comunicación impresos.

La imagen y marca de las compañías de la industria de internet se basa en las ideas de apertura, accesibilidad a la información y también en la búsqueda de enfoques innovadores y nuevos caminos para el desarrollo de la sociedad.

El beneficio depende de lo atractivo del modelo, por eso las compañías prefieren no oficializar sus relaciones con los gobiernos y, en particular, las consecuencias de decisiones ambiguas tomadas bajo la presión de los poderes.

El autor del informe no presta atención a cuestiones del poder de la cooperación de los estados en la esfera informativa. A pesar del papel creciente de las corporaciones de internet, los estados siguen siendo piezas clave en el espacio de la información global.

Las compañías en parte hacen el papel de conductor de la política exterior de los estados, algo que caracteriza sobre todo a EE UU. En este punto, las decisiones del autor parecen unilaterales. Realmente, la actividad de las empresas contribuye en gran medida a la apertura informativa y a la defensa de los derechos humanos a escala global, incluso considerando las ambiguas consecuencias de muchas de sus decisiones.

Mientras que los recelos de una serie de estados están fundados al suponer que las compañías estadounidenses de la industria de internet actúan como instrumentos del “poder blando”de EE UU al favorecer la propagación de intereses de este país en detrimento de la seguridad de otros países.

En la época contemporánea, el control de la información, accesible a los usuarios se convierte en un tema cada vez más politizado y que Ristow pasa por alto. Así, los acontecimientos de la primavera árabe que recibieron también en la prensa titulares como “revoluciones-Twitter” o “revoluciones-Facebook”, cada vez más estados se inclinan por ver la actividad del negocio de internet como una amenaza para la seguridad nacional.

La politización de la actividad de los “nuevos guardianes” tiene también su trasfondo económico sobre el que también escribe Bill Ristow.

El negocio norteamericano de internet obtiene en todo el mundo un gran beneficio en nada comparable con los ingresos de las compañías de otros países. Tras haber cortado o limitado el acceso a las redes sociales y a los buscadores norteamericanos, los estados crean ventajas competitivas para el negocio local que funciona en una esfera nueva y altamente tecnológica, en el espacio de la red.

Incremento de la responsabilidad de las empresas y de los intereses de Rusia

Internet cambia la faz de la política mundial, el ámbito en el que actúan los estados y los actores no gubernamentales. En 1999, Thomas Friedman, periodista y politólogo norteamericano publicó el El Lexus y el olivo en el que describía las consecuencias revolucionarias del desarrollo de las tecnologías de la información desde el punto de vista de la política mundial, señalando el fortalecimiento de la cooperación entre diferentes países y el descenso del papel del factor geográfico.

Por aquel entonces, hace más de diez años, no existían los gigantes contemporáneos del negocio de internet. Hoy en día como resultado de las acciones de los estados y del negocio de internet, las tendencias , señaladas por Friedman están sufriendo cambios. Se percibe la formación de nuevas líneas de división de internet, destacándose segmentos nacionales de la red global. Se considera muy importante fijar las nuevas direcciones del desarrollo de internet y formular las recomendaciones para conservar la comunicación de la red global, el acceso universal a la información. Esto es precisamente lo que intenta hacer Bill Ristow.

Ristow incita a ampliar la participación de negocios en la iniciativa de red global, estableciendo la tarea de incrementar la responsabilidad de las compañías de internet y la unificación de esfuerzos de los estados, los negocios, organizaciones no gubernamentales y comunidad de expertos.

Realmente, semejantes convenios de colaboración permiten responder dinámicamente a las necesidades de una red en desarrollo, junto con la iniciativa de red global que es en sí una organización no gubernamental registrada en los EE UU.

Сomo parece, para incrementar la legitimidad y la representatividad de la iniciativa sería más oportuno organizar una actividad parecida bajo la égida de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, organización dependiente de la ONU. dedicada a cuestiones de telecomunicaciones.

Como conclusión me gustaría detenerme en los intereses de Rusia, que no está interesada en la limitación de la presencia del gran negocio de internet en el mercado ruso: para el desarrollo de este sector de la economía es necesario adquirir experiencia y apoyar la colaboración de compañías rusas con compañías occidentales. Además, es fundamental para el progreso económico encontrar un equilibrio entre el desarrollo y la seguridad de la información.

Elena Zinovieva, doctora en Ciencias Políticas, profesora de la Cátedra de procesos políticos internacionales en MGIMO .

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