La caída del cohete Protón provocada por un mal montaje

La caída del cohete ha provocado un cráter de 150-200 metros de diámetro. Fuente: AFP / East News.

La caída del cohete ha provocado un cráter de 150-200 metros de diámetro. Fuente: AFP / East News.

Según las primeras valoraciones el error se produjo durante a fase de montaje, es decir, durante la fabricación del cohete.

"La 'enfermedad' del cohete Protón-M solo se pudo infligir en la fase de montaje". Así se expresaban el presidente y el director científico del grupo empresarial GCE Alexander Moskalenko y Alexéi Isakov, que en el pasado sirvieron en el ejército como especialistas de complejos de misiles.

"El Protón tiene los mejores motores del mundo, desarrollados durante años. El colapso se produjo en la fase de instalación de los cohetes de refuerzo. La unidad está montada según un esquema de paquete como el del Vostok o el Soyuz. Es desconcertante que una tecnología tan desarrollada falle de repente. Es imposible que hubiera fallos de diseño pues habrían sido identificados y corregidos muy anteriormente. También había pasado varias pruebas. La conclusión es que la causa del accidente fuera un error de producción, es decir, de fábrica. El sistema de garantía de calidad no ha funcionado”, declaraba Alexéi Isakov.

"Por lo general, los cohetes cuando caen se elevan más. En la fase inicial también puede pasar, pero solo en aquellos casos en los que un cohete está aprendiendo a volar. El Protón-M aprendió a volar hace ya mucho tiempo", señalaba Alexander Moskalenko.

Según el mismo experto, las consecuencias del accidente podrían haber sido mucho peores. El Protón, como cualquier misil de propulsor líquido, utiliza un combustible de dos componentes: la dimetilhidrazina asimétrica (UDMH, más conocida como heptil) es el combustible y el tetróxido nítrico, el oxidante. La UDMH es en sí una cosa desagradable, pero el más agresivo de los dos componentes es el agente oxidante. El tetróxido nítrico es un ácido fuerte.

Afortunadamente, se produjo una combustión, lo cual significa que los dos componentes se conectaron entre sí y se neutralizaron. Por supuesto, los productos de la combustión incluían toda la tabla periódica, y los residentes de las comunidades vecinas tienen que esperar hasta que el viento disperse la nube. Pero podría haber sido mucho peor. Si llega a haber un escape de uno de los tanques, se habrían liberado gases tóxicos al aire y esto habría conducido a una catástrofe medioambiental.

Fuentes de la industria espacial citadas por Interfax cifraron en unos 200 millones de dólares las pérdidas causadas por el accidente.

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