En enero se tomo la decisión de retomar un proyecto al que se había renunciado desde la caída de la URSS debido a su alto coste. Fuente: Mil.ru
Según comunicó al periódico Izvestia una fuente de alto nivel del comando principal de la Armada, la decisión de restablecer los Barrakuda, se tomó en enero, en una reunión con el comandante en jefe de la Armada Víctor Chirkov.
“No fue una decisión espontánea, la estuvimos considerando meticulosamente y llegamos a la conclusión de que restablecer los submarinos era económicamente más rentable que reutilizarlos”, explicó el informante de Izvestia.
Actualmente la flota cuenta con cuatro submarinos de titanio (sin contar con los minisubmarinos para investigaciones profundas): dos del proyecto 945 Barrakuda, el К-239 Karp y el К-276 Kostromá, y dos submarinos de titanio del proyecto modernizado 945А Kóndor:К-336 Pskov y К-534 Nizhni Nóvgorod.
Los objetivos principales de los proyecto Barrakuda y Kóndor son los portaaviones y submarinos. Utilizan torpedos que disparan desde dos aparatos de 650 mm y cuatro tubos lanzatorpedos de 533 mm. A diferencia de los Barrakuda; los Kóndor pueden disparar con misiles nucleares de crucero Granat y sumergirse hasta hasta los 600 metros, lo que supone 50 metros más. Ante los ataques aéreos los submarinos pueden disparar misiles antiaéreos Igla.
Dos de los submarinos entran en la séptima división de la Flota del Norte (Vidiáyevo).
Hay un contrato de restauración de los dos primeros submarinos firmado con la fábrica Zviózdochka. Según el documento, la fábrica debe llevar a cabo una reforma media con modernización. Como comunicó a Izvestia uno de los altos dirigentes de Zviózdochka, sustituirán el combustible nuclear y toda la electrónica. Además, comprobarán y reformarán las partes mecánicas.
“Según los planes, el submarino К-239 Karp será transportado a la fábrica a finales de abril. Para entonces deberán haber sido solucionados los defectos y aprobados los proyectos de los trabajos. Estos empezarán en verano y continuarán durante 2 ó 3 años, si todo va bien. Puede que los plazos se prolonguen ya que aún no todo está claro con los proveedores de las piezas. Después del Karp, podremos reformar el Kostromá”, explicó el representante de Zviózdochka.
Añadió que a pesar de la edad, el casco de los submarinos de titanio se encuentra en un estupendo estado.
“El titanio, a diferencia del acero no se somete a la corrosión, por eso, si se quita la cobertura de goma que ensordece el ruido, el casco quedará como nuevo, añadió el restaurador de submarinos”.
Según datos aproximados, los submarinos de titanio tendrán nuevas estaciones hidroacústicas, sistemas de control, radares, estaciones de radio de investigación, sistema de navegación de base GLONASS/GPS. Además, en los submarinos cambiarán los sistemas de defensa y les enseñarán a disparar con el sistema de misiles Kalibr (Club-S).
La dureza de los submarinos de titanio se demostró en 1992, cuando el submarino atómico Kostromá tropezó en el mar de Bárents con el submarino estadounidense de ataque claseLos Angeles. La nave rusa recibió daños menores en la cabina, mientras que el submarino estadounidense tuvo que ser retirado.
Un experto independiente militar, autor de libros sobre la historia de la Armada, Dmitri Boltenkov en una entrevista con Izvestia, calificó de logro nacional al submarino atómico con casco de titanio.
“El restablecimiento del grupo de submarinos atómicos multifuncionales es uno de los programas más importantes de la flota. Volver al proyecto 945 es sin duda una buena noticia. Gracias al casco de titanio estas naves pueden funcionar hasta 100 años”, dijo.
Por su parte, el exdirector del Estado Mayor de la Armada, Víctor Krávchenko, explicó que restaurar los submarinos construidos en 1980, no es la decisión más correcta.
“Los nuevos modelos de acero permiten a los submarinos mantener la misma profundidad que los de titanio. Por eso no hay ventajas especiales, como las había en la época soviética. Considero que sería mejor que construyeran nuevos. Los recursos serían significativamente mayores”, explicó Kravchenko.
Se espera que después de la reforma, los cuatro submarinos atómicos vuelvan a formar parte de la séptima división de fuerzas submarinas de la Flota del Norte y que su base esté en Vidiáyevo.
Artículo publicado originalmente en ruso en Izvestia.
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