Rusia se vuelca con la robótica

Presentación de los nuevos proyectos en Skólkovo. Fuente:  Servicio de Prensa.

Presentación de los nuevos proyectos en Skólkovo. Fuente: Servicio de Prensa.

El apoyo al desarrollo de la robótica será uno de los ámbitos de trabajo del Centro de Innovación Skólkovo. Una parte de estos recursos se destinará a la creación de los primeros modelos de prueba.

Durante el fin de semana pasado, los dos primeros pisos del edificio Hipercubo en el Centro de Innovación Skólkovo recordaban fácilmente a un laboratorio de las películas de ciencia ficción. Unas 500 personas se reunieron en el Congreso Internacional Skolkovo Robotics, organizado por la Fundación Skólkovo y el Ministerio de Comunicación. El objetivo del evento era promover la investigación y el desarrollo en el ámbito de la robótica personal y de servicio.

El interés por el tema de la construcción de robots vive en Rusia un “nuevo renacimiento” tras la importante caída que sufrió a finales de la década de los 80 y de los años 2000.

Casi todos los niños soviéticos soñaban con convertirse en cosmonautas y leían sin parar novelas de ciencia ficción, pero después llegó la era de la economía de mercado y los empresarios y políticos pasaron a convertirse en los símbolos de la época.

Sin embargo, el abaratamiento de las piezas abrió enormes perspectivas en el campo de la inteligencia artificial y la mecánica, lo que a su vez allanó el camino para el retorno del interés por la robótica.

Los expertos que han participado en el foro Skolkovo Robotics, como el presidente del consejo de directores de Mail.ru Group Dmitri Grishin o el director de la fundación Russian Venture Company, Ígor Agamirzián, señalaron que en el presente están teniendo lugar cambios fundamentales y la humanidad se encuentra en el umbral de la mayor revolución en el mundo de la robótica.

“En estos momentos un equipo de cuatro o cinco ingenieros puede dedicarse a la robótica. Sin el boom de los smartphones y otro tipo de electrónica esto no habría sido posible”, señalaba Grishin.

Entre los objetos de exposición preparados por los participantes del foro había también aparatos construidos “con lo que teníamos a mano" (ordenadores portátiles y demás aparatos electrónicos accesibles).

La mayoría de los objetos expuestos estaban dedicados a resolver tareas importantes y apenas se les podía dar un “nombre nuevo” en el sentido científico-técnico.

En particular, se presentó un robot que podía mantener un diálogo sencillo con los visitantes de la exposición de forma automática y colgar sus conversaciones en Twitter.

También se presentó un robot que analiza el estado de cualquier conducto y que, entre otras cosas puede trabajar con instalaciones peligrosas como, por ejemplo, centrales nucleares, para investigar el estado de la maquinaria cuyo acceso es poco deseable para los seres humanos.

Los visitantes de la exposición pudieron ver también el “minicóptero” creado de manera conjunta con el Ministerio de Emergencias. Este aparato tiene una autonomía de 15 minutos y permite llevar a cabo un diagnóstico completo de las instalaciones (edificios o construcciones derruidas) ubicadas en la zona del eventual desastre.

Una parte de estas invenciones permanecen cerradas al público general, sobre todo las presentaciones para la industria militar.

El congreso reunió a grandes expertos, colectivos científicos e investigadores internacionales. El director del Laboratorio de Robótica Espacial y Especial del MIT, Steven Dubovski, así como el profesor del Laboratorio de Robótica Personal del Emperor's College de Londres, Yiannis Demiris y otros profesionales dieron conferencias en el foro.

Parece que el apoyo a la robótica entrará en la cartera de proyectos realizados por la Fundación Skólkovo.

Su presidente, Víctor Vékselberg, anunció al principio del congreso la decisión de organizar un concurso anual de robótica llamado Skolkovo Robotics Challenge. Aunque una parte de las becas otorgadas por la fundación se destinarán a apoyar la producción de modelos de pruebas, que suelen ser la parte de mayor pérdida económica en las start-ups que se dedican a la tecnología.

"Nos gustaría tener la oportunidad de llevar a la práctica los modelos teóricos",  informaba a los visitantes del foro Víctor Vékselberg.

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