Así inventaron los rusos los memes en el siglo XVII: Historia del ‘lubok’

Cultura
MARIA SEKIRSKAIA
Los cómics se hicieron populares en todo el mundo a mediados y finales del siglo XX, mientras que los memes ganaron popularidad en la década de 2010. Sin embargo, en Rusia, imágenes brillantes con leyendas explicativas, que tenían las características tanto de cómics como de memes, ya habían aparecido en el siglo XVII. Se llamaban 'luboks'.

Los amigos Savoska y Paramoshka están jugando a las cartas, mientras sus subordinados los observan. Savoska pierde y comienza a arrancarse el cabello en desesperación. El ganador, Paramoshka, se burla de él, mientras que su subordinado dice, haciendo un gesto grosero: “Entonces, Savoska no le sacó ni un centavo de cobre a Paramoshka”. El otro subordinado trata de animar a Savoska: “No llores, tonto, hijo de p***, Savoska, Paramoshka también será golpeado”.

Este cuento humorístico es típico de un lubok ruso, una “tira cómica” medieval. Colores vivos, dibujos primitivos, leyendas que explican la trama: esto es lo que define a un lubok.

El lubok es una forma de arte gráfico en la que un artista crea una xilografía, realiza impresiones a partir de ella y luego las pinta a mano. El nombre proviene de la palabra luba, que significa la parte interior de la corteza del tilo, que se usaba para crear la xilografía.

Orígenes

La producción en masa de grabados populares se inventó en China en el siglo VIII y, siete siglos después, comenzaron a aparecer grabados en Europa. Irónicamente, la técnica llegó a Rusia desde el oeste, a través de Ucrania, Bielorrusia y los países balcánicos. Los luboks xilográficos (de xilografía) fueron creados en la imprenta de la Lavra de las Cuevas de Kiev, uno de los primeros monasterios de la Rus de Kiev. Naturalmente, en ese momento, las tramas para las imágenes provenían principalmente de la Biblia: los luboks divertidos sobre Savoska y Paramoshka aún no habían sido concebidos. Se considera que la primera xilografía es el ícono de la Dormición de la Theotokos (1614-1624).

En Moscú, los grabados lubok comenzaron a difundirse desde la corte del zar en 1635, cuando el zarevich Alexéi Mijáilovich, de 7 años, compró hojas impresas en la Plaza Roja. Más tarde, los grabados lubok aparecieron entre los boyardos y pronto se difundieron entre los campesinos.

En el siglo XVII, la mayoría de los grabados lubok todavía pertenecían al género religioso. Sin embargo, además de crear imágenes realistas de santos, los artistas de las ciudades comenzaron a producir hojas impresas para entretenimiento, que se vendían entre los campesinos. En 1653, después de la reforma de la iglesia de Nikon, los Viejos Creyentes y los Nikonianos comenzaron a crear sus propios grabados lubok. Como resultado, en 1674, el Patriarca Joaquín prohibió la representación de santos en los grabados lubok.

Para ese entonces, Moscú ya contaba con sus propios talleres para la producción de luboks, incluida la Slobodá de Impresión en la esquina de los bulevares Srétenski y Rozhdestvenski. Allí trabajaban talladores de madera e impresores, así como artesanos de la escuela de impresión de Kiev-Lviv, como Vasili Koren, conocido por crear la primera Biblia grabada de Rusia.

A finales del siglo XVII y principios del XVIII, los grabados lubok que representaban tramas de cuentos populares, epopeyas y leyendas comenzaron a venderse en los mercados. Los personajes populares más famosos representados en los grabados lubok fueron Bova Korolevich y Yeruslán Lazarevich. Eran conocidos por su notable fuerza y coraje frente a hordas de enemigos. Sin embargo, sus aventuras eran diferentes.

El héroe Yeruslán Lazarevich viaja mucho y visita el Reino Lejano y Vajraméyevo, donde se casa con su amada Marta Vajraméyeva. Durante sus viajes, se encuentra y se hace amigo del valiente héroe Iván, y también lucha contra una serpiente de tres cabezas.

A diferencia de Yeruslán, que viaja por su propia cuenta, Bova Korolevich escapa del palacio debido a su malvada madre Miritritsa y termina en el reino de Zenzivi Andronovich. Se enamora de su hija Druzhevna. Hay muchos pretendientes para su mano, por lo que Bova Korolevich entra en numerosas batallas y salva a Druzhevna de las manos del Rey Markobrun. Los luboks a menudo representaban la batalla entre Bova Korolevich y Polkán, una criatura con la parte superior del cuerpo de un hombre y la inferior de un perro.

En el siglo XVIII, Pedro el Grande se dio cuenta de que los grabados lubok podían ser útiles para fines de propaganda doméstica. Es por eso que en 1711, estableció una cámara de grabado, que empleaba a los mejores artistas lubok de la época. Ya en 1724, el emperador emitió un decreto sobre la impresión de luboks a partir de placas de cobre.

Esto facilitó el trabajo de los artistas, ya que los grabados en cobre eran más expresivos y precisos que las xilografías. Con las placas de cobre, crear grabados no requería tanto esfuerzo: en lugar de un cincel, se utilizaban ácidos y agujas, y los defectos podían corregirse con la ayuda de un barniz especial.

A pesar de los esfuerzos del estado por controlar la producción de luboks, las xilografías continuaron vendiéndose en los mercados. Además, el país se inundó de grabados lubok que se burlaban del emperador y sus reformas.

En el siglo XIX, los grabados lubok demostraron su eficacia como forma de medios de comunicación masiva. Durante la Guerra Patriótica de 1812, los luboks de guerra tenían mucha demanda. Las fechas exactas, los nombres reales y los detalles convirtieron a los grabados lubok en una fuente clave de información. Algunos de los eventos se representaban en las imágenes, mientras que otros se describían en las leyendas. Además de cubrir los hechos, una representación artística de un cierto episodio histórico añadía una coloración emocional a la sección verbal del lubok, estimulando la imaginación del lector.

Además de relatos de gloria militar, historias bíblicas y folklore, los grabados lubok representaban momentos de la vida cotidiana de los campesinos, por ejemplo, el proceso de tejer zapatos de corteza.

En muchos aspectos, los grabados lubok servían como obras de ficción para los campesinos.

Además, los grabados lubok representaban diversas “historias inverosímiles”. En efecto, eran los memes de la Rusia prerrevolucionaria.

Los luboks también se usaban para ridiculizar la vanidad y la avaricia de las clases altas.

La introducción de la litografía en el siglo XIX hizo que la producción de grabados lubok fuera barata y rápida. Sin embargo, esto tuvo un efecto negativo en la calidad y la mayoría de los luboks y cuentos de hadas tuvieron que ser reimpresos.

El año 1918 marcó un punto de inflexión en la historia del lubok. La impresión pasó a estar bajo control estatal y fue sometida a censura ideológica. No obstante, la tradición lubok aún se podía rastrear en las obras de artistas del siglo XX, como Vasili Kandinski.

Lubok contemporáneo

Con el tiempo, el lubok dejó de ser un arte de masas y hoy en día solo se puede encontrar en museos.

Dicho esto, los artistas rusos están intentando revivir la tradición del lubok. Un autor famoso de grabados lubok del siglo XXI es Viktor Penzin. Crea grabados lubok modernos utilizando métodos tradicionales: grabado y luego pintura en acuarela. Sus obras se pueden encontrar en la Galería Estatal Tretiakov y en el Museo Estatal de Bellas Artes Pushkin.

Otro artista contemporáneo, Andréi Kuznetsov, crea grabados lubok en línea sobre temas de actualidad, llenos de grotescos y alegorías. Sus obras a menudo presentan personajes de películas extranjeras y dibujos animados soviéticos.

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