El hombre en el castillo, estrenada en 2015 y producida por Amazon Studios, presenta un año 1962 de un universo alternativo en el que el Tercer Reich y Japón imperial dominan el mundo veinte años después de derrotar a los aliados. Tras ocupar militarmente el territorio continental de los EE UU, se los repartieron en los denominados Estados del Pacífico, en la costa oeste (para los orientales), y el Gran Reich en la costa este. En medio, existe una entidad tapón conocida como la zona neutral de las Montañas Rocosas.
La sorpresa llega cuando descubrimos que, mientras navíos japoneses como el acorazado Yamato son representados fielmente en la serie mediante CGI (imagen generada por computadora), a la hora de presentar por ejemplo helicópteros de combate germanos, en lugar de crearlos desde cero y hacerlos parecidos a otros de los años 60, se recurre a tecnología real de la URSS usada actualmente por Rusia y muchos otros países del mundo. Cualquier malpensado podría creer que los creadores pretenden equiparar los ejércitos de las potencias del Eje con el del país eslavo. Una teoría que circula por internet sostiene que, en este universo paralelo, la Unión Soviética podría haber existido hasta tener la oportunidad de crear estos vehículos que, tras su derrota, habrían sido utilizados por los vencedores. Pero en ningún capítulo de la serie se profundiza en el destino de la URSS, aunque en algunos mapas de este universo catódico si podemos apreciar que (lo que queda de) Rusia es una tierra de nadie entre los nazis y los japoneses. Difícil resulta que en este territorio se desarrollara la tecnología rusa que vemos en la serie. Ahora, veamos algunos ejemplos.
Original:
La mismísima Waffen-SS germana usa este vehículo de transporte soviético que fue presentado al público en 1959, con lo que los alemanes de la serie sí podrían (cronológicamente) haberlos usado en ese universo paralelo. Pero tampoco tendría mucho sentido, pues la maquinaria de guerra teutona ya habría producido sus propios blindados de transporte de tropas. ¿No?
En la serie:
Original:
Durante la batalla de Denver (vista en la serie) la Lufwaffe ataca a las fuerzas rebeldes con helicópteros sospechosamente parecidos al Mi-24A, aunque nunca se muestran completamente (parece que tuvieron al menos un poco de pudor). Imposible, pues el primer vuelo de estas máquinas se produjo en 1969.
En la serie:
Original:
En el mismo enfrentamiento mencionado en el punto anterior, avistamos entre el polvo y la metralla al primer vehículo 8x8 soviético producido en serie, un veterano de la guerra de Afganistán reclutado aquí para lucir los colores de la Alemania nazi.
En la serie:
Original:
El Kempetai (la rama de policía militar del Ejército Imperial Japonés desde 1881 hasta 1945) utiliza en la serie el UAZ-469 soviético como su principal vehículo de patrulla.
En la serie:
Original:
Los japoneses, por otro lado, emplean estos famosos (son duros y fiables) camiones soviéticos de los años 70 para evacuar San Francisco.
En la serie:
Original:
La Armada Imperial Japonesa utiliza como helicóptero embarcado nada menos que alKamov Ka-27. Este aparato hice su primer vuelo en la vida real en 1974. De haber existido la marca Kamov en el universo paralelo de El hombre en el Castillo, a los japoneses les quedaría más de una década para poder usarlos.
En la serie
¿Por qué los productores estadounidenses no usaron material francés, o un tanque Merkava israelí, o blindados suecos, que hubiese sido incluso más difícil de identificar que los soviéticos?
La respuesta podría estar en que varias empresas locales que alquilan vehículos a rodajes disponen de material comprado a bajo precio en conocido como bloque del este tras la caída de la URSS. Pero algunos de los vehículos que aparecen están creados por ordenador. ¿Falta de imaginación? ¿Estará detrás de todo esto el tradicional cariño que la industria audiovisual de EE UU le tiene a Rusia?
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