Estos son los 7 libros más importantes de la literatura rusa

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Si los lees todos, los rusos podrán aceptarte como uno de los suyos.

1. ‘Guerra y paz’, Lev Tolstói (1869)

Sí, no hay manera de escapar de esta obra épica de cuatro volúmenes que todos los niños rusos tienen que leer en la escuela… y tú también deberías hacerlo, si quieres entender de qué va Rusia.

El amor, la muerte, la fe y la falta de ella, no hay nada que Tolstói no mencione en su novela. Sus héroes icónicos: el melancólico príncipe Andréi Bolkonski, el impetuoso Pierre Bezújov, la sincera y cariñosa Natasha Rostova (y otros 30 personajes importantes) representan a la sociedad rusa al máximo, con todos sus vicios y virtudes.

2. ‘Los hermanos Karamázov’, Fiódor Dostoievski (1879)

En su última novela, Dostoievski se sumerge lo más profundamente posible en el alma humana. Al contar la historia del horrible Fiódor Karamázov, asesinado por uno de sus hijos, el autor habla metafóricamente de Rusia, del cristianismo y de los problemas existenciales a los que se enfrenta todo el mundo.

¿Debemos vivir confiando en nuestras emociones, o en la lógica y la sabiduría? ¿Puede Dios existir en un mundo tan imperfecto? ¿Hay algo cierto en el universo? Tal vez no encuentres ninguna respuesta leyendo Los hermanos Karamázov, pero mejorarás en tu forma de acercarte a estos temas.

3. ‘Eugenio Oneguin’, Alexánder Pushkin (1833)

Una novela en verso, cuenta la historia de un inútil dandi del siglo XIX. Suena aburridísimo, ¿no? De hecho, este es uno de los libros más ingeniosos de todos los tiempos, donde el poeta ruso Alexánder Pushkin demuestra todo lo que es capaz de hacer.

El protagonista Oneguin, despiadado y vacuo, destruye accidentalmente la vida de los demás y acaba encontrándose sin nada. Aunque suene a algo oscuro, sus aventuras no sólo son divertidas sino también esclarecedoras, y el autor lo presenta todo con tanto humor e ironía que no puedes evitar reírte mientras lees.

4. ‘El jardín de los cerezos’, Antón Chéjov (1904)

Chéjov fue uno de los escritores más melancólicos y divertidos (en Rusia, algo no tan contradictorio como parece). Sus héroes suelen ser mezquinos y a veces patéticos, pero eso es lo que los hace adorables y el autor nunca los desprecia, sino que los llena de simpatía y amabilidad. En El jardín de los cerezos, su última obra, Chéjov alcanza su apogeo al mostrar la tragedia cotidiana de la vida humana.

Una familia pobre, pero de la aristocracia, no puede llegar a fin de mes, así que tienen que vender su jardín de cerezos o perder toda la propiedad. Pero los viejos aristócratas titubean, incapaces de despedirse de su hermoso pasado, representado por el dicho jardín.

Metafóricamente, Chéjov nos muestra la debilidad de las viejas generaciones que están son arrastradas por el nuevo siglo. Sigue siendo un hermoso juego de nostalgia y de “paraíso perdido”, que ha sido escenificado hasta hoy en todo el mundo.

5. ‘Los bajos fondos’, Maxim Gorki (1903)

Otra obra de teatro de principios del siglo XX trata temas totalmente distintos: Gorki muestra la vida de los sin techo en un albergue. Borrachos, prostitutas y criminales, no pueden caer más bajo.
Pero incluso en tales condiciones, los personajes de Los bajos fondos, como verdaderos rusos, encuentran el momento y el lugar para entablar debates filosóficos como el dilema central de esta obra: ¿qué es más importante, la verdad o la esperanza?

El libro es sombrío, pero vale la pena leerlo para comprender la génesis de la revolución rusa (en la que Gorki está destinado a convertirse en el escritor más destacado de los bolcheviques).

6. ‘Doctor Zhivago’, Borís Pasternak (1957)

El poeta y novelista Borís Pasternak cuenta la historia de la vida de un hombre justo y razonable que lucha por sobrevivir al infierno de las guerras y revoluciones de principios del siglo XX. El protagonista, el doctor Yuri Zhivago, pierde repetidamente todo menos su dignidad y misericordia cristiana. Si a esto le añadimos los poemas de Zhivago escritos por el propio Pasternak, probablemente tengamos la novela más romántica en contar un episodio muy poco romántico de la historia rusa.

7. ‘El maestro y Margarita’, Mijaíl Bulgákov (terminado en 1940, publicado en 1967)

La URSS de Iósif Stalin fue en cierto modo un lugar bastante misterioso, con gente desapareciendo de vez en cuando y versiones oficiales de los acontecimientos que contradecían la realidad. Mijaíl Bulgákov captó la esencia de esta época y escribió una novela de fantasmagoría en la que el mismísimo diablo visita Moscú.

La novela envuelve la sátira en un cuento a la vez épico y ordinario que incluye escenas de la vida cotidiana de los años 30 en Moscú, mezcladas con la versión de Bulgákov del Nuevo Testamento. Sin embargo, ante todo, para Bulgákov es una historia muy personal, sobre el arte y el amor, que no estaba destinada a ser un gran éxito: se publicó 27 años después de su muerte. Entretenida e icónica, El maestro y Margarita es una lectura obligada para cualquiera que quiera familiarizarse con la literatura rusa.

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