Estas obras soviéticas de animación te dejarán temblando de miedo (Fotos)

R. Strautmane, B. Akulinichev/Soyuzmultfilm
En la televisión soviética se ponían dibujos realmente aterradores sobre temas existencialistas como la muerte o la pérdida. Aquí presentamos algunos de los más fuertes.

La industria soviética de animación era enorme, y produjo no solo productos de entretenimiento infantil, sino que también hizo animación para adultos. Sin embargo, hay muy pocos con contenidos sexuales, irreverentes o con abuso de alcohol. Era algo muy diferente, estas obras de animación solían empezar con temas orientados a niños- lo que incluía animales que hablaban- pero pasaban a una narración densa y a conclusiones deprimentes. Estos dibujos para adultos podían llegar a mostrarse a cualquier hora del día, provocando el miedo en los niños soviéticos con su lúgubre visión de la vida. Vamos a comenzar con unos dibujos “normales”...pero que acaba convirtiéndose en un auténtico thriller filosófico.

1. Las aventuras del pingüino Lolo (1986), coproducción entre Japón y la URSS

Dirigido por G. Sokolski y Kinjiro Yoshida, escrito por Víctor Merezhko

Los dibujos comienzan como un alegre cuento pero, en unos minutos, se vuelve una masacre. Evidentemente, no estaba valorado como contenido para adultos.

Esta larga coproducción de animación tenía tres episodios originalmente y ha sido muy editada antes de mostrarse en otros países, excepto en la URSS. En la versión estadounidense se han quitado casi todas las tomas en las que salían sangre y asesinatos.

Los niños que veían los dibujos pasaban por una auténtica montaña rusa emocional. Cada episodio empezaba de manera pacífica, pero acababa creándose un ambiente sombrío y sin esperanza.

En la versión estadounidense no aparece la escena de los cazadores furtivos matando los pingüinos, entre los que está el papá de Lolo. Se dice que escaparon aunque no aparecen de nuevo al final.

En cualquier caso, hubo espectadores de EE UU que mostraron su desdén, incluso a la versión editada: “Se lo compramos a nuestra hija de tres años después de ver la adorable caja del envoltorio. Le encantan los pingüinos y las historias de pingüinos. Esta historia era horrible y muy impactante. En un momento determinado ves a un pingüino con cicatrices ensangrentadas que le recorren la espalda. Los malignos (y quiero decir malignos de verdad) marineros capturan a las crías y disparan al viejo pingüino. No lo compres, por favor”, comenta una persona en Amazon.

2. La montaña de los dinosaurios, 1967

Dirigida por R. Strautmane, artista B. Akulinichev

Estos dibujos comienzan como una bonita y alegre historia para niños, aunque se indica que es para adultos. Veamos por qué.

La bonita historia se convierte en un drama psicológico que hace que te quedes pegado al asiento.

La secuencia en la que el dinosaurio bebé suplica para que se abra la cáscara de su concha es devastadora. “¡Necesito salir! ¡Necesita ver la luz!”, llora la cría antes de ir congelándose poco a poco hasta morir. Puedes imaginar que una escena como esta es dura hasta para los adultos.

3. Ícaro y los hombres sabios, 1976

Dirigido por F. Hitruk, artistas E. Názarov, V, Zuykov

Estos dibujos tienen un aspecto extrañamente deprimente, sobre todo si están pensados para entretener a unos niños. El tema tampoco es mucho mejor.

Es extraño que se muestre la Grecia Antigua y que los hombres sabios digan frases en latín todo el rato, pero bueno, sigamos.

En el final queda claro que el chico caerá de la misma manera que cayó Ícaro, eso es algo que está implícito. De modo que nos encontramos con unos dibujos con un contenido “motivador”, que nos enseñan que no deberíamos intentar nada nuevo ni arriesgado, ni tratar de ir contra la sociedad en la que vivimos. En caso de que lo hagamos, moriremos.

No todo va a ser horrible, aquí te presentamos algunos dibujos que gustan a todos, niños y adultos.

Haz click aquí si quieres suscribirte a nuestros boletines semanales.

La ley de derechos de autor de la Federación de Rusia prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Russia Beyond sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.

Esta página web utiliza cookies. Haz click aquí para más información.

Aceptar cookies