Háblenos del proyecto de Venecia.
El nombre, ‘Pabellón verde’, fue idea de Rita Tupitsina. Es tan neutral, que no revela ninguna información; mantiene la intriga, pero es fácil de recordar. Será lo primero que vea el espectador. Últimamente, el pabellón tenía el color de una tarta reseca. Recuerdo cuando lo vi por primera vez el año pasado; saltaba a la vista que algo fallaba. Después de un rato, me di cuenta de que se trataba del color. Desde entonces, cambiarlo se convirtió en una obsesión. Más tarde los cronistas me revelaron que, originalmente, el pabellón era de color verde; el propio arquitecto, Alexéi Shusev, lo diseñó así.
El interior de nuestro pabellón es una sorpresa. Lo único que puedo decir es que será una instalación artística integral en colaboración con Shusev. Estoy en contacto con él.
Su primera instalación integral la realizó en su propio piso. ¿Por qué?
En realidad lo hice por pura necesidad, para crearme un espacio distinto y cambiar la terrible situación de la época.
¿Cómo empezó todo?
Cuando yo tenía 13 años y conocí al conceptualista Víctor Pivovarov y a su familia. Él me introdujo en su círculo, me presentó a muchos artistas y escritores. Fue precisamente este encuentro con él el que determinó mi futuro como artista.
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Y empecé con las instalaciones en mi piso a principios de los años 80, donde sigo viviendo. Me sé de memoria el tamaño de la habitación: 3,95 х 3,95 metros. He hecho mucha pintura, pero siempre me ha interesado el espacio y me gusta incluir ciertos detalles arquitectónicos en los cuadros. Admiro a Mark Rothko: él ni siquiera incluye esos detalles, solo plasma un espacio en el lienzo que se percibe como vivo.
Aquellos años fueron duros; era la época del estancamiento de Brezhnev. Me parecía que no ocurría nada en absoluto, que estaba encerrada en un círculo vicioso: una sola empresa, un solo arte. Muchos artistas cayeron en depresión. Lo único que podíamos hacer era cambiar radicalmente nuestro entorno directo. Convertirnos en arquitectos de nuestro propio ‘viaje’. La primera instalación la hice con papel y pintura. Conseguí ampliar el espacio que me rodeaba pintando unas cartulinas enormes pegadas entre sí.
Más información sobre el Pabellón ruso en la Bienal de Venecia (en inglés).
Dónde encontrar arte ruso en Venecia
Comienza en la ciudad de los canales la mayor bienal de arte contemporáneo. Se celebran decenas de exposiciones en un programa paralelo. RBTH ha seleccionado las que incluyen trabajos de artistas rusos.
1. Gliuklia (Natalia Pérshina-Yakimanskaya) y Olga Chernisheva participan en el proyecto central de la bienal, All the World's Futures.
Arsenale Novissimo
Estas dos artistas internacionales de origen ruso recibieron la invitación del supervisor de la bienal, Okwui Enwezor, para participar en su proyecto. Gliuklia es conocida por sus representaciones y sus vídeos, así como por participar en el grupo artístico ‘Chto delat?’ (¿Qué hacer?), cuyos trabajos han recorrido exposiciones y bienales de todo el mundo.
Sus nuevos trabajos representan una concepción artística del mundo actual y se exponen en Arsenal, en el centro de la exposición. Chernisheva ha creado una serie de trabajos gráficos sobre la Rusia provincial; Gliuklia, una instalación conceptual con ropa en protesta contra el fraude en las elecciones.
2. Irina Nájova
El pabellón de Rusia en Giardini
La famosa artista rusa del círculo ‘conceptualismo moscovita’ comenzó su carrera a finales de los 70 y, a principios de los 80, fue la primera artista de la URSS que creó una instalación integral en su propio piso. Este año será la primera mujer en representar a Rusia en el pabellón nacional de los jardines Giardini.
La instalación ‘Pabellón verde’ consta de cinco secciones y está dedicada a la intrincada relación del artista con los colores. Unos paneles decorativos reciben al público ya en la calle; con ellos Najova ha cambiado el color arena de la obra maestra de Alexéi Shusev al verde original con el que el propio arquitecto pintó el pabellón hace más de 100 años. En el interior se representa un recorrido por la historia personal del autor a modo de caleidoscopio: merece la pena ir de una estancia a otra y ver como evoluciona la historia de su familia y la del país al mismo tiempo.
3. GrupoAES+F. «001. Inverso Mundus»
Magazzini del Sale
Este famoso grupo artístico expone su nueva instalación de vídeo cuyo nombre se traduce del latín como ‘Mundo invertido’. Los artistas representan historias divertidas y trágicas de nuestros días en la clave surrealista propia de la música clásica.
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