Civilizaciones antiguas en Ekaterimburgo

Fuente: lori / legion media

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Los Montes Urales, unos de los más antiguos del mundo, custodian multitud de misterios y vestigios de antiguas civilizaciones. En las proximidades de Ekaterimburgo, y dentro de la misma ciudad, situada a 1.660 km al este de Moscú, hay multitud de reliquias que despiertan el interés de arqueólogos y viajeros rusos y extranjeros. Estos son los seis lugares más bellos que ofrece el turismo arqueológico en esta zona de Rusia.

Las rocas de Petrogrom (Rocas de Piotr Gronski)

Estos restos de elevadas rocas graníticas coronan la cima de una montaña del mismo nombre situada a 30 km al noroeste de Ekaterimburgo. En este lugar hubo un antiguo centro metalúrgico y minero habitado desde los siglos VII-VII a. C.: aquí, los herreros de la cultura arqueológica de Itkulsk fundían cobre, obtenían plata y usaban un método característico para aislar metales no ferrosos mediante la fundición. En Petrogrom los científicos han encontrado 18 hornos de fundido. A día de hoy, en la parte superior de las rocas aún pueden apreciarse sus restos: unas pequeñas tinas circulares.

 

Fuente: lori / legion media

Las rocas son un monumento arqueológico y botánico de la naturaleza y los granitos tienen 300 millones de años de antigüedad. Según una versión, se las llama Petrogrom porque atraen los rayos (grom, en ruso, significa rayo, trueno), pero hay otra versión, según la cual sería en honor de Piotr Gromoverzhets, patrón de los metalúrgicos.

Este punto ofrece una magnífica vista sobre el lago Iset. La excursión a Petrogrom se puede combinar con una visita a Chiórtogo gorodische, los vestigios de la Ciudad del Diablo, que quedan cerca, y a los dólmenes de los Urales.

Los Vestigios del Diablo

Fuente: lori / legion media

A 25 km al noroeste de Ekaterimburgo se encuentra Chiórtogo gorodische, los Vestigios del Diablo, un lugar de culto. Se trata de unas extrañas rocas situadas en la cima de la montaña que por su forma recuerdan a unas torres inexpugnables. Son un monumento de la antigua producción metalúrgica y un punto donde se realizaban sacrificios durante la Edad de Hierro Temprana y el Medioevo.

En la parte superior de los restos y en el interior de las grietas de las rocas los arqueólogos hallaron restos de huesos quemados, cerámica de la Edad de Hierro Temprana y épocas posteriores, así como láminas de cobre que se usaban para fabricar armas y joyas. La belleza salvaje de este rincón de la naturaleza de los Urales provocó que se asociara este lugar con los malos espíritus, lo que explica su denominación.

Los dólmenes de Vérjnaya Pishmá

 

Fuente: lori / legion media

En la zona de los Urales medios y del Sur se han hallado, según distintas estimaciones, hasta más de 200 dólmenes que podrían ser anteriores a las pirámides egipcias. Los megalitos más próximos a Ekaterimburgo se encuentran cerca de la zona norte de la ciudad satélite de Vérjniaya Pishmá, en las fuentes del río Iset.

Se descubrieron en el bosque, por primera vez, en 1958. Estas misteriosas construcciones tienen formas y tamaños diversos, y un origen claramente artificial.

Las pinturas rupestres de Séverka

 

Fuente: TASS

En las proximidades del pueblo de Séverka, a unos 27 km al oeste de Ekaterimburgo, hay multitud de lugares pintorescos. El más sorprendente son las pinturas rupestres de Séverka, que conservan una  “galería de arte” excepcional de la Edad de Piedra. En tres de las cinco losas que se erigen a unos 1,2 metros del suelo, se conserva todo un cuadro del mundo antiguo: imágenes de seres humanoides, aves acuáticas y ciervos. Los arqueólogos destacan que este tipo de representaciones de aves también aparecen en unas vasijas del III milenio a. C. Las pinturas rupestres de Séverka no se descubrieron hasta 1985.

Los túmulos de piedra

 

Fuente: lori / legion media

Los túmulos de piedra de Pálkino son un monumento arqueológico situado en la periferia oeste de Ekaterimburgo. Este lugar estuvo habitado desde la época del Mesolítico hasta el siglo XVIII. Los hallazgos más antiguos datan de 10-7 milenios a. C.

En este lugar se encontraron los vestigios de una antigua cultura de los Urales: un asentamiento, un santuario, dos sepulturas, una enorme escultura que representa la cabeza de un alce y una ferrería.

A principios del siglo XX, S. Sígov, gerente de unas plantas, descubrió el así llamado Tesoro de Pálkino, que actualmente se conserva en el Museo Ermitage de San Petersburgo. En la ferrería, bajo unos grandes bloques de granito aplanados y circulares, se descubrieron dos ídolos de cobre de los Chuds. Esos objetos, destinados a usos rituales, estaban envueltos en trozos de cuero putrefacto, y cubiertos con una corteza de abedul en perfecto estado de conservación.

Popularmente, los túmulos de Shabrí, un magnífico monumento arqueológico situado a 15 km al sur de Ekaterimburgo, reciben el nombre de Zmeínaya gorka (la “Colina de la Serpiente”). En la parte superior e inferior de las rocas que forman los túmulos, el arqueólogo francés Joseph de Baye descubrió un yacimiento ritual del hombre primitivo donde se celebraban sacrificios en torno a los siglos VII-V a.C. y hasta los siglos III-IV de nuestra era.

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