120 años de 'El lago de los cisnes', el ballet más popular del mundo

Cómo apareció el ballet de Tchaikovski en el repertorio del teatro de San Petersburgo y cómo su argumento se fue adaptando a la nueva vida del siglo XX.

A finales de enero de 1895 en el teatro Marinski se estrenó este legendario ballet con la música de Piotr Tchaikovski. En 120 años, 'El lago de los cisnes' se ha convertido en el ballet más representado del mundo. Existe una versión con final feliz y otra con final trágico, con distintos perfiles para los personajes protagonistas. Sin embargo, la versión clásica a día de hoy sigue siendo la del teatro Marinski.

El primer 'Lago de los cisnes', con coreografía de Wentsel Reisinger, se estrenó el 4 de marzo de 1877 en el teatro Bolshói de Moscú, pero no tuvo demasiado éxito entre el público y fue eliminado del repertorio.

“En esta versión había numerosos episodios de pantomima. Odette hablaba en detalle sobre su destino, sobre el malvado brujo… Los testigos de este espectáculo señalaron que la parte de danza era muy pobre y los críticos escribieron que el componente musical predominaba claramente sobre la coreografía”, comenta Olga Makárova, redactora de la sección editorial del teatro Marinski. 

Estreno de 1895

“El milagro del ballet nació de la interacción entre la propia música de Tchaikovski y la coreografía estrictamente dramatúrgica de Petipa y de Ivanov”, señala Makárova.

Sin embargo, la versión moderna es considerablemente distinta a la primera puesta en escena. A finales del siglo XIX, en la danza clásica, los hombres no ejecutaban saltos complejos, los bailarines en general se limitaban a moverse bellamente por el escenario adoptando poses elegantes y asistiendo a la bailarina. Las bailarinas también eran distintas: llevaban vestidos más cerrados y no podían levantar la pierna demasiado alto en el escenario, ya que se consideraba algo indecoroso. 

“Todos los ballets deberían llamarse ‘El lago de los cisnes”

El argumento del ballet se ha modificado en numerosas ocasiones. Por ejemplo, en los años 30, la legendaria bailarina Agrippina Vagánova decidió una puesta en escena en clave social y cambió totalmente el libreto. En este ballet, Rothbart no era un brujo malvado, sino un barón que había perdido su riqueza y buscaba un buen partido para casar a su hija. Al final, Odette moría a causa de un disparo de Rothbart y Sigfrido se suicidaba.

En 1950 apareció una nueva versión del coreógrafo Konstantín Serguéyev, y por primera vez con final feliz. En esta nueva puesta en escena, Sigfrido derrotaba al brujo en un combate rompiéndole el ala, tras lo cual el reino del mal llegaba a su fin. Esta puesta en escena se sigue representando en el Marinski en la actualidad.

El gran George Balanchine dijo que 'El lago de los cisnes' era la tarjeta de visita del ballet ruso y señaló que “todos los ballets deberían llamarse 'El lago de los cisnes”.

Este sigue siendo uno de los espectáculos más representados del Marinski, y goza de una alta demanda bastante estable. Los teatros internacionales, cuando invitan a la compañía del Marinski de gira, a menudo solicitan precisamente este ballet. 

El argumento de 'El lago de los cisnes'

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El libreto está basado en algunos motivos del folclore popular, entre ellos la antigua leyenda alemana sobre la princesa Odette, que fue convertida en cisne por la maldición de un malvado brujo, el caballero Rothbart. En los cuatro actos del ballet se suceden escenas reales y fantásticas.

Celebrando su mayoría de edad en el jardín del palacio, el príncipe Sigfrido se divierte con sus amigos cuando de pronto se siente atraído por una bandada de cisnes que sobrevuela el jardín. En el bosque, a la orilla de un lago, entre las jóvenes-cisnes el príncipe encuentra a Odette, la reina de los cisnes, que lleva una corona en la cabeza. Cautivado por su belleza e impresionado por su relato sobre el malvado amo del lago, Rothbart, Sigfrido jura a Odette amor eterno.

En un baile en el castillo, por voluntad de la madre de Sifgrido, este debe escoger prometida. Pero el príncipe se muestra indiferente hasta que aparece Odile, en la que Sigfrido cree ver a Odette, de modo que se decide por ella. Al comprender que ha cometido un error fatal, Sigfrido corre al lago e implora perdón a Odette, pero no lo consigue.

Arrancando la corona de la cabeza de Odette, Sigfrido lanza un desafío a Rothbart, que en el ballet encarna al destino (la corona mantiene a Odette a salvo del brujo). El príncipe espera que la joven-cisne vaya con él al mundo humano…

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