Las 5 joyas de la arquitectura soviética de los años 20 a los 50

Los mejores ejemplos de la arquitectura soviética se construyeron durante los primeros 30 años de la existencia de la URSS. Fue en aquella época cuando en Moscú se construyó la futurista torre de Shújov, el pomposo hotel Moskvá y los siete rascacielos estalinistas. RBTH recuerda los edificios más emblemáticos de la época dorada de la arquitectura soviética

Torre de Shújov (1922, Vladímir Shújov)

Fuente: AFP / East News

El poder soviético consideraba que la radiodifusión era el mejor método de propaganda entre la clase poco instruida del país, por lo que la principal torre de transmisión del país debía tener una apariencia impresionante.

 Los diseños hiperbólicos de Shújov, que en aquel momento ya gozaban de una gran popularidad en las ferias internacionales, tenían un aire futurista, como el arte propagandístico soviético. Estos diseños eran muy apropiados para una construcción tan “pesada” como una torre de radiodifusión, ya que permitían crear un edificio de gran tamaño y, al mismo tiempo, no demasiado sobrecargado. Así apareció la torre de Shújov, una maravilla de ingeniería y el símbolo de la radio (y más tarde de la televisión) soviética. 

Edificio Tsentrosoyuz (1937, Le Corbusier)

Fuente: Alexánder Polyakov / Ria Novosti

Le Corbusier, el clásico de la arquitectura mundial que creó el canon moderno de la construcción de edificios de oficinas, quedó maravillado por el boom de la construcción soviética de los años 30, de modo que se presentó a un concurso para el proyecto del edificio de la Asociación de Sociedades de Consumidores.

En este colosal edificio de oficinas de la calle Miasnítskaia, el arquitecto se ciñó a sus “cinco puntos de una nueva arquitectura”, según los cuales sigue construyéndose hoy en día la mayoría de los edificios de oficinas del mundo. Estos principios incluyen el uso de pilotes de hormigón, terrazas aprovechables para el esparcimiento en lugar de tejado, la mínima cantidad de paredes y unas enormes ventanas alargadas.

Para el ciudadano soviético esta nueva arquitectura resultó ser demasiado progresista. A los moscovitas no les gustó este voluminoso edificio sobre pilotes con su fachada minimalista. El poeta Ósip Mandelstam escribió con ironía: “A los palacios de cristal sobre patas de pollo / no entraré ni siquiera en una noche clara”.  

Hotel Moskvá (Osvald Stapran, Leonid Savéliev, Alexéi Schúsev, 1935, reconstruido en 2004)

Fuente: A. Solomónov / Ria Novosti

A principios de los años 20, junto al Kremlin, en el lugar donde ahora se encuentra el hotel Moskvá, estaba previsto construir el Palacio del Trabajo: unos enormes cubos de cristal y hormigón unidos por un auditorio en forma de elipsis. Según el proyecto, el edificio debía tener una apariencia similar a la nave Enterprise.

Al poco tiempo el proyecto del Palacio del Trabajo se canceló debido a su alto coste y a su complejidad. En su lugar se decidió construir un hotel, más tradicional pero con las mismas dimensiones. Bajo la dirección del arquitecto Schúsev se construyó el hotel Moskvá, en un estilo pomposo, tradicionalista, que pronto se convirtió en uno de los edificios principales de los años 30-50. Sus columnas, arcos y balaustradas decorativas ponían de manifiesto la unión entre la arquitectura soviética y las tradiciones de la antigüedad.

VDNJ (1935-1954, varios arquitectos bajo la dirección de Serguéi Chernyshov)

Fuente: AP

Este enorme parque de exposiciones al norte de Moscú fue creado para que el ciudadano soviético o los turistas pudieran apreciar en cualquier momento los logros de la agricultura y la industria del país. De los 70 pabellones del parque, la mitad parecen templos en estilo imperio. Las columnas, agujas, estatuas y fuentes son los recursos más tradicionales de la arquitectura del totalitarismo.

Uno de los más impresionantes es el pabellón nº32, construido en 1939. Primero se llamó “Mashinostroenie”, y tenía la apariencia de un hangar con tejado de cristal. En cambio, la decoración interior recuerda más bien a un templo de la civilización mesopotámica en el que, en lugar de estatuas de dioses y héroes, se veneraba al Mecánico y a la Tractorista. A finales de los años 50 se unió un nuevo edificio al pabellón con una cúpula de cristal cuya estructura se parecía a la torre de Shújov.

A partir de entonces, el pabellón pasó a llamarse Kosmos y en la plaza frente a él se erigió una copia del cohete Vostok, en el que viajó Gagarin alrededor de la Tierra.

Los rascacielos estalinistas (1952-1957, Lev Rúdnev, Dmitri Chechulin, Viacheslav Oltarzhevski, Serguéi Chernyshov y otros)

Fuente: Lori / Legion Media

El centro de Moscú está coronado en varias partes por los famosos rascacielos estalinistas: el edificio de la Universidad Estatal de Moscú, tres edificios de viviendas, dos hoteles y el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Inicialmente, se preveía construir un solo rascacielos de este tipo en Moscú, aunque increíblemente grande.

El proyecto del Palacio de los Soviets iba a medir 500 metros y estaría coronado por una estatua de Lenin, pero fue cancelado debido a la guerra: las carcasas metálicas que se habían reunido para su construcción fueron fundidas para construir defensas antitanques.

Tras la guerra, el proyecto se dividió en siete edificios distintos con un estilo similar. Con estos edificios, la arquitectura de la época estalinista adquirió su estilo definitivo. Esta corriente combinaba las tendencias mundiales de la construcción monumental (el perfil de los rascacielos es similar al del Empire State estadounidense, por ejemplo) con el retorno a las culturas antiguas. Con la ayuda de ornamentos, columnas y de la propia forma de los rascacielos, los arquitectos resaltaban la continuidad por parte de la arquitectura de la URSS de las culturas del Antiguo Oriente, India y China.

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