La UNESCO abandona Moscú

La sede cerrará en 2015 por falta de financiación. Fuente: Ruslán Krivobok / Ria Novosti

La sede cerrará en 2015 por falta de financiación. Fuente: Ruslán Krivobok / Ria Novosti

La sede en Moscú de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) cerrará en 2015. Así lo ha comunicado a la prensa la jefa de la misión permanente de la Federación de Rusia ante la UNESCO, Eleonora Mitrofánova. Los expertos rusos valoran negativamente este hecho.

El cierre de la sede de la UNESCO en Moscú se hará efectivo en septiembre de 2015, aunque la decisión se tomó ya en 2008 como consecuencia de una reducción de los fondos de financiación, según informa Mitrofánova.

“Se trata de un cierre planificado. Se decidió en 2008, pero se ha estado postergando por diferentes razones”, declaró a la agencia TASS. “Como todos saben, la UNESCO se encuentra en una situación económica complicada en este momento, lo que le ha llevado a buscar fuentes de financiación alternativa”.

En palabras de Mitrofánova, la decisión de cerrar la oficina moscovita de la UNESCO forma parte de un plan de mejora de la estructura de sedes internacionales de la organización. “Se trata de un tema constante en el orden del día; los cierres y aperturas de oficinas se producen de manera habitual y, en este caso, se debe únicamente a cuestiones financieras”, añadió. 

Penalización a Palestina

La organización empezó a experimentar dificultades económicas hace unos años, cuando EE UU y después Israel dejaron de pagar las cuotas. Ambos países se negaron a seguir realizando aportaciones económicas a la organización debido a la aceptación de Palestina como miembro de pleno de derecho de la UNESCO. Esto hizo que el presupuesto de la organización internacional se redujera en un 22 %.

No se trata del primer episodio de estas características. En 1984 Estados Unidos suprimió sus aportaciones económicas cuando Ronald Reagan —entonces presidente norteamericano— dispuso que su país abandonara la organización internacional, a la que acusaba de antiamericanismo, de derroche y de alejarse de los objetivos marcados en los estatutos.

Casi dos décadas después, en septiembre de 2002, los estadounidenses anunciaron su regreso a la UNESCO, aunque oficialmente no se produjo hasta el 29 de septiembre de 2003, un año después.

Según declaraciones del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso a RBTH, esta situación tiene un trasfondo exclusivamente económico. El viceministro de Asuntos Exteriores, Guennadi Gatilov, informó anteriormente a Interfax de que el cierre de la oficina de la UNESCO se acordó en 2012 y forma parte de un proceso planificado.

“No hay ninguna razón política para ello, no hay que buscar sensacionalismo en esta reducción de la colaboración. Nuestra relación con la UNESCO se desarrolla con normalidad”, anunció Gatilov.

Señaló también que, actualmente, la oficina de Moscú ha cumplido todos sus propósitos. “Tenía sus propios objetivos; se trataba de una oficina multipaís y su actividad se extendía a los países de la CEI (Comunidad de Estados Independientes), aunque después la situación cambió y Ucrania y Georgia decidieron abandonarla. Así, su esfera de actuación se ha reducido y ya no abarca todos los países de la CEI”, explicó Gatilov.

El funcionario explicó que, en su día, se creó en Rusia una comisión de asuntos de la UNESCO —con oficinas en varias regiones de la Federación de Rusia— que combina varias comisiones especializadas en los principales ámbitos de actividad de la organización internacional. Dicha comisión será quien desempeñe ahora las funciones de la UNESCO.

¿Afectará a la conservación de los monumentos?

Según declaró a RBTH la catedrática de la Escuela de Arquitectura de Moscú Natalia Dushkina, experta en historia de la arquitectura y en conservación de monumentos culturales, el cierre de la sede de la UNESCO podría afectar negativamente a la conservación del patrimonio cultural y a la investigación.

“Esta era una importante subdivisión de la oficina de la UNESCO en París y contaba con una considerable plantilla de expertos. Se trataba de una oficina grande donde se llevaban a cabo numerosos trabajos de investigación y que ofrecía soporte a programas educativos. Ahora habrá menos expertos en este campo, menos posibilidades de obtener ayuda e información especializada; y dado que el número de monumentos Patrimonio Mundial en Rusia va en aumento, estas personas son más necesarios que nunca”, comenta.

Dushkina remarca que en Rusia hay edificaciones de gran complejidad protegidas por la UNESCO. “Por ejemplo, San Petersburgo, que tiene uno de los mayores centros históricos del mundo; o los monumentos de madera del museo-reserva de Kizhí, al noroeste del país”, comenta.

“Me gustaría que esto solo fuese una medida temporal. Puedo asegurar que la apertura de esta sede en Moscú fue un acontecimiento muy importante; desde aquí se coordinaban todos los programas educativos y de investigación de los países del antiguo espacio soviético”.

Serguéi Orzhonikidze, presidente del Consejo Público de Rusia para la Cooperación Internacional y la Diplomacia Civil adscrito a la Cámara Civil de la Federación de Rusia, señala que el cierre de la sede constituye un error. “Sería mejor reducir el tamaño de la oficina”, declaró.

Este año, la oficina de la UNESCO en Moscú para Azerbaiyán, Armenia, Bielorrusia, la República de Moldavia y Rusia cumplió 20 años.

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