Descubre el “Libro soviético de cocina de dieta”

Presentamos un largo viaje culinario con menús más saludables y populares de la URSS. Fuente: servicio de prensa

Presentamos un largo viaje culinario con menús más saludables y populares de la URSS. Fuente: servicio de prensa

¿Cuál es el último grito en dietas? Para los rusos, ahora que muchos productos importados han sido eliminados del mercado, aprender a cocinar como en la época soviética puede ser más una necesidad que una elección. Descubre nuestro nuevo proyecto: “Libro soviético de cocina de dieta”. Cada jueves, la escritora gastronómica Anna Jarzéieva ofrecerá un completo menú inspirado en las páginas del “Libro de comida saludable y sabrosa”, la guía de referencia para todas las casas soviéticas.

Estoy a punto de emprender un increíble viaje culinario. Durante el próximo año, cocinaré siguiendo el Libro de comida saludable y sabrosa, un libro de cocina soviética, que se convirtió en referencia para todas las familias de la URSS. El libro explica más de 1.000 recetas e incluye no solo platos clásicos rusos, sino también comidas uzbekas, georgianas y ucranianas. Después de todo, era un libro para toda la Unión.

Además de recetas para todas las ocasiones, el libro ofrece consejos para comer sano, recomendaciones para poner la mesa perfecta, elegir el mejor vino para cada plato y organizar bien el tiempo. Es una lectura fascinante para cualquiera que haya nacido en la URSS, aunque, como en mi caso, solo cinco años antes de que dejase de existir. Toda mi vida he oído hablar a mi madre y mi abuela del Libro de comida saludable y sabrosa, pero nunca lo leí con la atención que merece.

Libro de comida saludable y sabrosa

Sin embargo, mi abuela sí que le prestaba mucha atención: eran los cimientos de su cocina, aunque lo descubrí solo recientemente. En su mesa siempre había un montón de sopas (en las que los ingredientes se añadían frescos, no fritos como hacen la mayoría de los rusos), gachas, pasteles (pirozhki) y verdura; ocasionalmente, también servía patatas fritas y crema agria. En la mesa siempre había eneldo y perejil. De postre, teníamos bizcocho con manzana o cerezas. Al crecer, me di cuenta de que el postre siempre era igual... pero solo cuando me lo señaló mi marido australiano.

Aunque crecí comiendo la comida de mi abuela, cuando alcancé una edad, quise explorar diferentes tipos de gastronomía. Primero me enamoré de la comida italiana (creo que igual que todos los rusos). Después, cuando fui a Australia, se abrió ante mí un nuevo mundo de cocinas y llegué a amar todos esos platos poco corrientes, apetitosos y a veces especiados. Durante mucho tiempo, estuve tan fascinada por todos esos tipos de comida que no me interesaba la comida rusa. Pero, finalmente, volví a mis raíces y redescubrí la cocina rusa como gourmet “madura” (¡no es un juego de palabras!)

En este proceso, me di cuenta de que los platos rusos que comía a la mesa de mi abuela eran muy diferentes de los que probé en otros lugares: eran ligeros, más frescos, menos grasientos. Ahora creo que es porque seguía estrictamente las recomendaciones del Libro de comida saludable y sabrosa y cocinaba sus platos de acuerdo con la dietética. Esta será también mi actitud cuando empiece a cocinar en este viaje por las páginas del libro. Cada semana, planearé y cocinaré un menú soviéticamente adecuado: desayuno, comida y cena. La última semana de cada mes, me atreveré con algo más elaborado, como mermelada o encurtidos. Después de cocinar cada plato, le pediré a mi abuela que comente, no solo mis habilidades culinarias (¡de hecho, espero que se abstenga de hacerlo!), sino cómo cocinaba estos platos hace 50 años, cuando tenía mi edad.

Debo confesar también que no soy una chef profesional, aunque la gente suele tomarme por tal porque dirijo una escuela de cocina. Siempre contesto que la gestión de una escuela de cocina implica hacer que otra gente cocine para mí, lo que es mucho mejor que cocinar yo misma. Pero me encanta cocinar y este proyecto tratará de una chica rusa normal de 28 años que redescubre la cocina de su país con la ayuda de su abuela, con el método de ensayo y error y, esperemos, algún éxito también.

Estoy tan emocionada: al contrario de toda esa gente que sube fotos de comida a Instagram y Twitter, ¡voy a tener una razón para contarle al mundo lo que he tomado para desayunar, comer y cenar! Espero que también vosotros disfrutéis, ¡unámonos todos a la dieta soviética!

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