¿Qué dicen los clásicos rusos sobre la guerra?

La actualidad de autores como Dostoievski, Tolstói, Pasternak y Solzhenitsyn es patente en estas citas acerca de los conflictos armados. Fuente: servicio de prensa

La actualidad de autores como Dostoievski, Tolstói, Pasternak y Solzhenitsyn es patente en estas citas acerca de los conflictos armados. Fuente: servicio de prensa

El actual conflicto en Ucrania plantea delicadas cuestiones morales, haciendo que se debatan las razones y el significado del uso de la fuerza militar y si debería permitirse, para empezar. RBTH analiza lo que cuatro grandes autores rusos opinaron sobre la guerra. Cada una de las citas, que proceden de diferentes momentos de la historia del país y se refieren a acontecimientos diferentes, siguen siendo actuales. Aún hoy en día se publica el mismo abanico de opiniones, tanto en los medios de comunicación tradicionales como en las redes sociales, en relación a la crisis en Ucrania.

Lev Tolstói: 

“Nunca podré estar de acuerdo con los que me dicen que la culpa de una guerra la tiene solo una de las partes. Se puede estar de acuerdo en que una de las partes se comporta peor que la otra, pero los intentos por decidir cuál es peor nunca podrán, ni remotamente, explicar por qué tiene lugar algo tan horrible, cruel e inhumano como una guerra. Para alguien que no cierra sus ojos ante la verdad, estas razones son obvias. Son tres, en concreto: la primera, la desigual distribución de la riqueza, esto es, hay gente que roba a otra. Segunda, la existencia de una casta militar, esto es, gente que está entrenada y destinada a matar. Tercera, las falsas y deliberadamente engañosas enseñanzas religiosas en las que se educa por la fuerza a los jóvenes”.(De una carta a G.M. Volkonski, 4 de diciembre, 1899)

Tolstói, uno de los mayores pacifistas de la historia de Rusia, no siempre siguió estos pacíficos principios: fue su experiencia militar lo que hizo que cambiase. Tolstói participó en la defensa de Sebastopol durante la Guerra de Crimea (1853-1856) y en la campaña militar en el Cáucaso. Después de eso, empezó a rechazar frontalmente cualquier tipo de asesinato y, a partir de ahí, también muchas de las instituciones sociales del momento, incluyendo la Iglesia y el Estado. 

Fiódor Dostoievski:

“En algunos casos, no en todos (quizá con la excepción de las guerras civiles), una guerra es un proceso en el que se alcanza la paz internacional y se establecen relaciones internacionales normalizadas con el menor derramamiento de sangre, el menor dolor y el menor esfuerzo... Más bien es la paz, la paz prolongada la que convierte a las personas en animales y las vuelve crueles, no la guerra... Una guerra por un ideal generoso y espiritual, para liberar al oprimido, por una idea sagrada y desinteresada, una guerra así purifica el aire corrompido por miasmas, sana el alma, elimina la pereza y la cobardía vergonzosas, plantea y clarifica la idea que esta o aquella nación está destinada a llevar a cabo. Una guerra así fortalece el alma de cada individuo mediante la idea de autosacrificio y el alma de toda la nación mediante la idea de solidaridad mutua y de la unidad de todas las personas que la componen”. (Diario de un escritor, 1876. "¿Nos salvará el derramamiento de sangre?")

En 1877 Rusia le declaró la guerra a Turquía. Además de las causas políticas, la guerra estaba motivada por un elevado ideal: se consideraba asistencia fraternal a los pueblos de Bulgaria y Serbia, oprimidos por los turcos. Fue antes de esa guerra y durante su primer año cuando Dostoievski publicó Diario de un escritor, en el que dedicó muchas páginas a sus pensamientos s  obre la guerra y sobre política europea en general.

Este comentario sociopolítico de hace 150 años es sorprendentemente parecido al análisis político actual en la red, con el mismo fervor, ímpetu en la opinión y pasión por las predicciones y pronósticos. Antes de que Rusia entrase en guerra oficialmente, Dostoievski debatió la posibilidad de una guerra no declarada, luchada por voluntarios, un claro paralelo con los acontecimientos actuales en el sureste de Ucrania. 

Borís Pasternak: 

"Tenemos que elevar nuestros tiempos modernos y llenarlos de espiritualidad para que todos y cada uno de los días que pasen sean más y más valiosos, de modo que sea una pena perderlos y ser privado de ellos, que la vida se vuelva atrayente, espiritual y se llene de belleza inspirada, que no haya ningún deseo agotador de matar o morirse. No conozco y no puedo imaginar ningún otro modo de oponerse a una guerra”. (Cartas, vol. 10)

En los tiempos soviéticos, la campaña oficial “Lucha por la paz” se convirtió en una poderosa tendencia propagandística. Famosos escritores fueron invitados con frecuencia a eventos organizados como parte de esa campaña. El único modo que un escritor tenía de expresar su opinión personal sobre la guerra, sin la ostentosa grandilocuencia y los arabescos ideológicos obligatorios, era en un diario o en su correspondencia privada. En este emotivo pasaje se puede oír el eco de los sentimientos de Tolstói.

Por cierto, se ha comparado la novela Doctor Zhivago con Guerra y paz de Tolstói.   Sin embargo, en las cartas de este Premio Nobel se recoge también la opinión opuesta: “La guerra tiene un gran efecto liberador en todo mi bienestar, mi salud, capacidad de trabajo y sentido del destino”. El propio Pasternak no luchó ni en la Primera ni en la Segunda Guerra Mundial. Su actitud hacia la guerra no estaba motivada por la experiencia, sino por sus emociones y su temperamento poético. 

Alexander Solzhenitsyn:

“Ninguna guerra es una salida. La guerra es muerte. La guerra es terrible no por el avance de las tropas, las casas incendiadas, los bombardeos. La guerra es terrible porque subordina todo lo pensante al poder legítimo de la estupidez... Aunque, para ser honesto, aquí las cosas son así incluso sin guerra”.(El primer círculo, novela, 1958)

Solzhenitsyn, un oficial en servicio cuando fue enviado a prisión y luego a los campos directamente desde la primera línea de batalla, condena sin paliativos una guerra emprendida por un Estado totalitario, incluso si la guerra se dirige contra un obvio agresor: “Cualquier situación militar solo sirve como justificación para la tiranía dentro del país, solo la fortalece”.

Para complementar esta imagen, merece la pena recordar otra cita más, aunque no procede de un hombre de letras. El magnate actual Borís Berezovski, que fue en su día una celebridad popular, dijo una vez: “Hace falta un gran esfuerzo para hacer que completos extraños vayan y mueran por sus propios asuntos”. 

Mijáil Butov es un escritor ruso, ganador del Libro del Año en Rusia.

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