El documental, dirigido por la fotógrafa y artista mexicana Lourdes Grobet (Ciudad de México 1940), ahonda en los aspectos más fundamentales de la cotidianidad de sus habitantes a la par que ofrece una profunda reflexión sobre la lucha por mantener la identidad cultural tradicional frente al devenir de la modernidad y sobre la fractura real que suponen las fronteras políticas.
Una de las cualidades más interesantes de este documental es la clara sensación de intimidad que el espectador percibe para con los personajes. Una característica frecuente en la obra de Lourdes Grobet, cuyos proyectos, como Espectacular de Lucha Libre o Teatro Campesino, evidencian los fuertes vínculos que establece con las personas con las que colabora y a las que retrata:
“Lo que más me gusta del documental, es que logramos meternos al lugar. Hubo un diálogo de amigos, y yo creo que esa es la dialéctica entre el fotógrafo y el fotografiado. Es lo que busco, porque aunque me he ganado la fama de mala fotógrafa por eso, yo sé que nadie pasa frente a mis imágenes y que simplemente dice 'qué bonita foto'. Así es como he trabajado toda mi vida” afirma la directora en una entrevista exclusiva para Russia Beyond The Headlines.
Este documental es parte de un proyecto que inició hace muchos años sobre el estrecho de Bering, y dentro del cual usted ha producido varias obras. ¿Cuales eran los temas que le interesaban abordar?
Los puntos fundamentales fueron son tres. El primero es romper las fronteras, porque como las cibernéticas las rompieron, ya no existen. Entonces ese es un lugar, simbólicamente fronterizo.
Otro punto es si nosotros dejamos de sentirnos conquistados y nos ubicamos en un continente que se llama América; si nos posicionamos geográficamente, entonces, occidente es Asia, y ¿cómo es que hemos crecido con la cultura occidental? El cuestionamiento tiene que ver con qué es el Este y qué es el Oeste. Y el tercero es la migración. Esos son los tres puntos de dónde despegamos para todos los proyectos, para todas las obras que han salido de Bering.
¿Cuales son en su opinión los problemas más importantes a los que se enfrentan los habitantes de Bering?
Creo que el problema tiene que ver con cómo todas esas decisiones políticas, arbitrarias, rompen comunidades. En este territorio habitaba una etnia que iba desde Siberia hasta Groenlandia. El idioma, los nombres van cambiando, pero con la decisión de venta de esa parte a Alaska, lo rompen.
Y constantemente sucede que muchas familias que se quedaron del otro lado, no se han vuelto a ver. Ahora que ya bajó el numerito [de la Guerra Fría] se han intentado hacer reencuentros de familias. Creo que la herida más fuerte fue que los separaron.
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En el documental se cuenta cómo los dejaron sin tíos, sin familia, sin abuelos. Y todo porque aquí se decidió romper el mundo.
¿Es posible que una vez terminada la Guerra Fría, y con la apertura al transporte marítimo se facilite la reunión?
No. Creo que los intereses son diferentes. Durante la Guerra Fría, era un lugar absolutamente estratégico. Se mantienen todavía unas ruinas espectaculares de cuando estaba toda la tecnología de radares. Actualmente, la agresión ha bajado, pero no pueden cruzar si no es con pasaporte. Los intereses y los peligros cambian, pero sigue siendo un lugar estratégico, debido a que es el lugar más cercano entre Rusia y EE UU. Yo creo que no van a soltar el lugar y se siente la tensión entre los dos países.
El Documental Bering. Equilibrio y Resistencia ha sido merecedor de la Beca Cuauhtemoc Moctezuma otorgado por el Festival de Documentales Ambulante de México donde continuará siendo exhibido en distintas ciudades de la República hasta el 4 de Mayo. Fuente: youtube / IMCINE
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