Al trabajo, al valor y a las madres: condecoraciones civiles de la época soviética

Leonid Brézhnev. Fuente: Photoshot/Vostock-Photo

Leonid Brézhnev. Fuente: Photoshot/Vostock-Photo

En la época soviética, mucha gente recibía medallas por el ‘valor demostrado en el trabajo’ y por otras conductas que hoy no se considerarían merecedoras de una condecoración. ¿Sabía usted que el primer hombre en viajar al espacio, Yuri Gagarin, fue condecorado con la Medalla al Desarrollo de las Tierras Vírgenes? ¿Que la condecoración preferida de Stalin era la distinción de ‘Héroe del Trabajo Socialista’?

“El Estado soviético se posicionó como el Estado de la clase obrera”, nos explica un coleccionista llamado Ígor. Pero lo cierto es que durante los primeros años solo existieron medallas y galardones militares. “Debieron comprender que la existencia de condecoraciones únicamente militares no comulgaba con la ideología del Estado”.

Las órdenes y medallas forman parte de la vida militar, pero por qué entregaría el Estado condecoraciones al valor en tiempos de paz. La ideología comunista pone un énfasis especial en el heroísmo y lo encuentra en áreas que hoy en día no tienen la misma consideración.

En la Unión Soviética, bautizada los primeros años como ‘la dictadura del proletariado’, el culto al trabajo se fomentaba de forma intensiva y las medallas desempeñaban un papel muy importante en este proceso. En la realidad soviética, cada ciudadano libraba su propia batalla dentro de una lucha mayor dirigida por el Estado para alcanzar la paz mundial.

De modo que si un hombre era excepcionalmente bueno en su trabajo como minero, escritor o director de orquesta, el Estado le compensaba con una condecoración. Si una mujer era lo suficientemente fuerte y bondadosa para criar a varios hijos, también ella contribuía con el éxito del Estado, que le otorgaba a cambio una recompensa por ello.

En realidad, las primeras condecoraciones por al Valor en Tiempos de Paz fueron introducidas en Rusia por el gobierno zarista, de modo que la URSS solo heredó la idea.

“Cualquier Estado tiene medallas al mérito en el trabajo, pero cuanto menores son los incentivos económicos, mayor es el número de estas”, comenta Román Slivin, otro coleccionista. 

Medallas para los mejores trabajadores

La Medalla al Valor en el Trabajo, concedida por primera vez en 1938, estaba destinada a “trabajadores destacados, en reconocimiento y honor a su dedicación y al valor demostrado en el trabajo, o bien por su contribución a la ciencia, la cultura o la industria”.

Se introdujo también la distinción de Héroe de la Labor Socialista con su correspondiente medalla. “El primer condecorado con esta medalla fue Iósif Stalin, quien se sentía muy orgulloso de ello y la llevaba siempre puesta, a diferencia de otros galardones que también había obtenido”, dice Ígor. Sin embargo, otro líder soviético —Leonid Brézhnev— usaba cinco chaquetas, cada una de ellas con una colección distinta de órdenes y medallas.

Desde la Medalla al Restablecimiento de la Industria Siderúrgica del Sur, a sus cuatro distinciones como Héroe de la Unión Soviética, Brézhnev obtuvo en total 16 órdenes y 22 medallas de la Unión Soviética, además de más de 50 condecoraciones de otros Estados extranjeros y una tarjeta de socio de la Unión de Periodistas Soviéticos. 

Por los servicios prestados al Estado

Habiendo dejado atrás la Segunda Guerra Mundial, se decidió empezar a premiar la prestación de un servicio prolongado e ininterrumpido al Estado en sustitución de las condecoraciones concedidas por conductas heroicas. Esta idea también tenía su origen en la Rusia zarista, donde las condecoraciones por prestar “un servicio irreprochable” se concedían a quienes no habían sido objeto de sanciones o amonestaciones en el ejercicio de sus funciones.

En la URSS se adoptaron varios decretos de este tipo. Según uno de ellos, los maquinistas podían optar a la Medalla a la Distinción en el Trabajo tras diez años de servicio ininterrumpido, a la Medalla al Valor en el Trabajo tras quince años de servicio, a la Insignia de Honor tras veinte años de servicio y a la Insignia Roja del Trabajo tras 25.

La Medalla al Coraje en Incendios se introdujo “en reconocimiento a los actos de valentía y de liderazgo demostrados durante la extinción de un incendio”. Paralelamente se introdujo también la Medalla al Rescate en un Ahogamiento, cuyo nombre no estaba exento de ironía para el pueblo soviético, ya este que recordaba a una consigna extraída de la conocida novela de Ilf y Petrov El becerro de oroque decía así: “El rescate de un hombre que se está ahogando es asunto del hombre que se está ahogando”.

De acuerdo con Román Slivin, el objetivo de este tipo de medallas no era otro que el de destacar a personas ordinarias que habían dado muestras de valentía en situaciones de emergencia, más que la de condecorar a los profesionales que se dedicaban a ello.

Por otro lado, pocos ciudadanos de la Rusia actual le encontrarían sentido ahora a la Medalla al Desarrollo de las Tierras Vírgenes, introducida en 1956. ‘El desarrollo de las tierras vírgenes’ fue el proyecto predilecto del entonces líder soviético Nikita Jruschov, y la medalla correspondiente se le concedió a personas que lo habían llevado a cabo en Kazajistán, Siberia, los Urales, la región del Volga y el norte del Cáucaso.

A propósito, en 1961 se le entregó esta medalla al primer astronauta ruso Yuri Gagarin, quien logró aterrizar tras realizar un vuelo por el espacio exterior en las entonces ‘tierras vírgenes’ de la región del Volga.

A las madres heroicas

En la jerarquía de valores soviéticos, la maternidad estaba considerada como un acto heroico.

En 1944, se estableció la Orden a la Gloria de la Maternidad de 1.ª, 2.ª y 3ª categoría, destinada a mujeres que dieran a luz y criaran a nueve, ocho y siete hijos respectivamente.

Las condiciones para criar a un hijo desde los años 40 hasta mediados de los 70 fueron extremadamente duras, por lo que la distinción de ‘heroínas’ concedida a las madres de familias numerosas era, en esencia, un reconocimiento de este hecho. La creación de esta condecoración estaba también motivada por otra razón más pragmática, y es que el gobierno soviético quería aumentar la tasa natalidad tras la Segunda Guerra Mundial.

Las medallas y órdenes soviéticas dejaron de otorgarse tras el colapso de la Unión Soviética, a finales de 1991. Sin embargo, en los años posteriores, Rusia recuperó varias de estas condecoraciones. En 1994, se introdujo la Medalla al Rescate de Vidas, que en realidad sustituía la Medalla al Coraje en Incendios y la Medalla al Rescate en un Ahogamiento. En 2010, en un intento de aumentar la tasa de natalidad, apareció la Orden a la Gloria de la paternidad, destinada a “recompensar a los padres de familias excepcionalmente numerosas”.

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