Anna Karénina como retrato de la moda del siglo XIX

Fuente: ITAR-TASS

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La novela de Tolstói ofrece un retrato de la sociedad rusa del siglo XIX. Entre otros aspectos, es posible descubrir cómo era la moda de la época, algo que han utilizado algunas marcas de ropa.

Cuando nos referimos al estilo ruso, nos viene a la mente la imagen de la elegante dama de la novela de Tolstói: “Su vestido de terciopelo negro, muy escotado, dejaba al descubierto sus hombros, que parecían cincelados en marfil antiguo, y su pecho y sus brazos torneados, terminados en unas finas muñecas diminutas”. Ese era el aspecto de Anna Karénina.

A finales del siglo XIX la concepción de la belleza era diferente de la actual. Estaban de moda los vestidos y formas femeninas, casi al estilo de Tiziano, que resaltaban, y a veces también exageraban, las curvas de la figura. Es por eso que ninguna de las actrices que ha interpretado a Anna Karénina en el cine se corresponde con la descripción tolstoiana o con su concepción de la belleza femenina. 

En aquella época vestirse también era un proceso que tomaba gran cantidad de tiempo y esfuerzo: “Los preparativos para el baile habían costado a Kitty mucho trabajo y muchas preocupaciones, ahora el complicado traje de tul le sentaba con tanta naturalidad como si todas las puntillas, bordados y demás detalles de su atavío no le hubiesen exigido de ella ni de su familia un solo minuto de atención, como si hubiese nacido entre aquel tul y aquellos bordados, con aquel peinado alto adornado con una rosa y dos hojas en la cima”, se lee en la novela.

Los polisones (unos armazones postizos para abultar la parte de detrás del vestido) y las colas, el encaje y las perlas, los abrigos de pieles ajustados y los sombreros altos… este era el fondo de armario de cualquier persona acomodada. Estaba de moda el exceso elegante, los abundantes drapeados se compensaban con la ausencia de aberturas en la espalda y los largos faldones se nivelaban con el ligero volumen de la falda.

Además, las damas estaban enamoradas de los complementos: guantes con botoncitos, sombreros con velos y la exultación del arte de la joyería. “Una cinta de terciopelo negro ceñía suavemente su cuello. Aquel terciopelo era una preciosidad y en casa, cada vez que se miraba al espejo, tenía la impresión de que la cinta le hablaba. Se podría poner en duda todo el resto, pero la gargantilla era una preciosidad”, escribe Tolstói.

 Fuente: AP

Todo este esplendor, por cierto, tras pasar por una “pulidora”, resulta muy apropiado en la realidad de la moda actual. En 2008 el famoso diseñador ruso Ígor Chapurin hizo una interesante reinterpretación de la obra maestra de Tolstói.

En el desfile de la colección prêt-à-porter de 2008-09 de la firma Chapurin, durante la Semana de la Moda de París, aparecieron fluidos vestidos y blusas de seda, monos de punto, abrigos de piel de mapache y zorro plateado e incluso medias y guantes conmovedores que parecían confeccionados con un mantón de Oremburgo.

Vestidos exquisitos a la par que recatados, de cuello alto y con una fina hilera de botoncitos alineados, el talle resaltado por la módica suntuosidad de la falda y el bajo hasta el suelo, todos esos elementos son propios de la época de Karénina.

Existen cerca de doscientas adaptaciones cinematográficas de la novela, sin contar los espectáculos.

 

Fuente: Lori / Legion Media

En diferentes épocas, actrices como Greta Garbo y Vivien Leigh, Konno Mahiru y Maya Plisétskaya, Sophie Marceau y Keira Knightley se han probado el estilo de Anna. La que se acercó más al personaje que ideó Tolstói, según la opinión de muchos críticos, fue la protagonista de la película soviética Anna Karénina de 1967, con Tatiana Samóilova en el papel protagonista. Ligeramente rolliza, acorde al canon de su época (¡aunque no lo suficiente según los estándares de Tolstói!), aquella beldad interpretó a aquella mujer jovial que, con su insaciable sed de felicidad, fue presa de las circunstancias.

Los responsables de vestuario hicieron un gran trabajo: en aquella época se tenía una visión escéptica de la aristocracia y el estilo de vida burgués. Con un presupuesto ajustado consiguieron recrear fielmente los trajes de finales del siglo XIX, si bien resultaron un tanto sobrios. Piel, encajes, faldas exuberantes y mucha blancura y luminosidad.

En términos de vestuario, tal vez la última adaptación de 2012, con Keira Knightley como protagonista, haya eclipsado al resto con su suntuosidad y elegancia.

Jacqueline Durran incluso estuvo nominada al Oscar por su trabajo. Al concebir el vestuario para la película trató de combinar el estilo de la aristocracia rusa de mediados del siglo XIX con… la silueta clásica de los vestidos de Christian Dior en los 50, pues tenían rasgos comunes.

Es difícil apañárselas sin tomarse ciertas licencias en favor de la modernidad en el diseño. Además, la Anna de Keira Knightley resplandecía con famosas joyas de la casa Chanel. Los vestidos resultaron espectaculares y apasionados, tal y como era la propia Karénina, al fin y al cabo.

Justamente gracias a esta película, en los últimos tiempos ha revivido el interés por el estilo ruso de finales del XIX. Inspirándose en la imagen de Karénina, los diseñadores de la marca Banana Republic crearon una colección homónima de vestidos: elementos de encaje, siluetas femeninas, cuellos, gorros de piel tipo kubanka… Así es el estilo lujoso y elegante de Anna.

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