Fuente: ITAR-TASS
Era un avión inmenso para aquella época, con una envergadura de 31 metros y una longitud de 19 metros. Los principales detalles del avión estaban construidos de madera. El avión fue creado por el departamento de aviación Ruso-Báltico de la fábrica de vagones Russo-Balt bajo la dirección de un colectivo dirigido por el constructor Ígor Sikorski.
Primeros récords
Uno de los principales especialistas del sector científico de la Sociedad histórica militar rusa (RVIO, por sus siglas en ruso), Konstantín Pajaliuk, relata que el primer vuelo del S-22 fue de entrenamiento y que dos días después, el 12 de diciembre, el avión levantó una carga de 1,1 toneladas, lo que para entonces era un récord increíble.
Tras esto llegaron nuevos récords: el 12 de febrero de 1914 subieron 16 personas y un perro llamado Shkalik al 'Iliá Murovets', y el 17 de junio se realizó el primer vuelo San Petersburgo-Kiev, que se coronó con un auténtico éxito. En aquel entonces Ígor Sikorski tenía tan solo 24 años y pilotó él mismo la mayoría de los vuelos de su avión.
"Ya entonces Nicolás II reparó en sus éxitos", señala Pajaliuk, "y la Duma Estatal premió al constructor con la enorme suma de 75.000 rublos".
Entre 1913 y 1918, en la Russo-Balt se fabricaron varias series de 'Iliá Múromets': el avión estaba diseñado al mismo tiempo como bombardero y avión de pasajeros. En total, de acuerdo a los cálculos de los historiadores, se fabricaron entre 60 y 80 aviones.
En 1919 Ígor Sikorski emigró a los EE UU donde se dedicó a la construcción de helicópteros.
Por primera vez en la historia de la aviación se dotó al avión de una cómoda sala separada de la cabina, dormitorios, calefacción, iluminación eléctrica e incluso baño. Si la historia se hubiera desarrollado de otra forma, los 'Murovets' habrían fundado el inicio de la aviación de pasajeros regular de Rusia. Sin embargo el destino del proyecto se detuvo por el inicio de la Primera Guerra Mundial.
"Erizos" de guerra
"Inmediatamente después del vuelo entre Petersburgo y Kiev se tomó la decisión de introducir estos aviones en el ejército", dice Pajaliuk.
"En un principio funcionaron de forma aislada, después se decidió unirlos a un escuadrón aéreo de aviones bajo el mando de Mijaíl Shidlovski, un importante industrial que fue inmediatamente ascendido a Comandante General".
El 'Murovets' se utilizaba como bombardero y avión de reconocimiento, llevaba instalado un sistema para tomar fotografías aéreas y metralletas para derribar al enemigo. 'Iliá Múromets' tenía un potente armamento defensivo que prácticamente no tenía ángulos muertos. Fue por esta capacidad defensiva que comenzaron a llamar a los 'Múromets' “erizos”.
Entre el 30 de octubre de 1914 y el 23 de mayo de 1918 se perdieron y se dieron de baja 26 aviones de este tipo, siendo tan solo derribado uno de ellos. El resto quedaron fuera de uso por defectos tecnológicos, errores de pilotaje o condiciones climatológicas adversas.
El último vuelo militar del 'Iliá Murovets' tuvo lugar el 21 de noviembre de 1920. Tras la guerra soviético-polaca de 1919-1921 algunos volaron en las primeras líneas aéreas de transporte, pero debido al fuerte consumo y gasto de recursos de los motores, los aviones fueron retirados de los vuelos.
Uno de los últimos aviones de la serie fue entregado como avión de entrenamiento a la escuela de tiro y bombardeo aéreo en 1922, donde en un año se realizaron alrededor de 80 vuelos de entrenamiento. Después de eso los 'Murovets' no volvieron a alzar el vuelo.
Para la realización de este artículo se ha utilizado información de ITAR-TASS, StateHistory.ru y Opoccuu.
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