Eduard Limónov: “Los periodistas son actores al servicio del capital”

Eduard Limónov durante la conferencia ofrecida en la feria internacional. Al fondo parte de su seguridad personal. Fuente: Santi Pueyo

Eduard Limónov durante la conferencia ofrecida en la feria internacional. Al fondo parte de su seguridad personal. Fuente: Santi Pueyo

Rusia celebra su 15ª edición del festival internacional del libro Non Fiction, en ella se dieron cita traductores y escritores de las últimas novedades del mercado editorial.

Las tasas de alfabetización de adultos en Rusia están alrededor del 100 %, situándose entre las naciones más alfabetizadas del mundo. En cuanto a la lectura el país ha heredado los espectaculares niveles de lectura con los que contaba en la extinta Unión Soviética. Pasear actualmente por el metro de Moscú o San Petersburgo es ver a cientos de personas leyendo tanto en libros de papel como en sus smartphones o tablets. La lectura y los libros son elementos fundamentales de la cultura rusa. 

Así, no es de extrañar que para comprar una entrada con la que introducirse en la feria del libro Non Fiction conlleve enormes cantidades de tiempo haciendo cola al más puro estilo soviético. Una vez dentro, el público se encuentra con tres plantas rellenas de stands de diferentes países ofertando su literatura como si se tratara de un reflejo de su cultura. De esta forma, los franceses presentan lo mejor del pensamiento social y político, los japoneses lo mejor del cómic manga y así sucesivamente. 

Pero los platos fuertes del evento no solo es el mercado del libro internacional sino la multitud de conferencias, seminarios y talleres en las que se puede imbuir el público asistente. Desde traductores comentando los pormenores de la traducción de los libros extranjeros traducidos al ruso: como el ruso Vasili Shevchenko, encargado de la novela gráfica de Art Spigelman, Maus, que relata la historia de un superviviente judío del holocausto nazi. El cual mostró junto con algunos de los editores rusos cómo habían preparado la edición de la novela que ha cosechado grandes éxitos en todos los lugares del mundo. 

Eduard Limónov: ‘Yo, mí, me, conmigo’

 Eduard Limónov habló de su última novela, Apología chukchi: mis libros, mis mujeres y mis guerras, ante un auditorio abarrotado expectante a las palabras de este endiosado escritor ruso que alardea de su estilo punk, tanto en la forma como en el contenido de sus gestos y palabras, no en vano se declara un fan de losRamones. Una estética absolutamente cuidada, traje caro, gafas de diseño, peinado impecable, perilla a lo Trotsky, algo que sería básicamente imposible de llevar en el sistema férreo soviético que tanto reclama. 

 

El evento contó con una muestra importante de libros de diversos países. Fuente: Santi Pueyo

El autor que cuenta con una bibliografía casi centrada exclusivamente en su figura, de corte autobiográfico, sigue en la línea que suele ser habitual y hace un repaso de su vida, su activismo político, sus mujeres y sus influencias políticas. Todo un torrente de originalidad. 

En la conferencia ensalzó a figuras políticas cuanto menos polémicas como Pol Pot, lo que contrasta con la imagen que trata de vender a Occidente de luchador por los derechos humanos y civiles del pueblo ruso. Asimismo calificó el código samurái que tanto ensalzaban los aliados japoneses del régimen nazi, como un tratado ético altamente “interesante y complejo”. 

También tuvo su hueco para hacer un análisis de la intelectualidad rusa y del trabajo periodístico: “Los intelectuales no hacen más que venderse” y “los periodistas son como actores al servicio del poder y el capital”.

Este último aspecto rebosa contradicción, sobre todo si tenemos en cuenta que él mismo ejerció de periodista-redactor en Nueva York y París. En cuanto a la actualidad, y más concretamente los últimos sucesos en Ucrania dejó claro que “no se trata de una revolución, no nos equivoquemos”. 

Por último hizo un repaso de sus ‘amistades peligrosas’ desde el político ruso Zhirinovski con el que colaboró en un departamento de seguridad en la sombra hasta el retirado político francés de extrema derecha, Le Pen. 

Al término de la conferencia estuvo firmando autógrafos a sus fans que habían  comprado previamente el libro aunque algunos de estos libros no los firmó de muy buen agrado, “solo firmo mi último libro, no quiero firmar antiguos”, decía en un tono gruñón, siempre rodeado de su seguridad personal (dos skinheads altos y fortachones) aunque al final terminaba por acceder. 

La novela del escritor francés Enmanuel Carrère sobre su figura, Limónov, ha tenido tanto éxito en el extranjero que se está planeando realizar una película sobre la misma. Intelectuales y periodistas, temblad…

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