Los niños de la guerra en la propaganda soviética

Los niños evacuados durante la Guerra Civil Española desde las regiones devastadas por el conflicto hacia las tranquilas ciudades y pueblos de la URSS darían en contrapartida una buena campaña de imagen al estado de les acogía. El Kremlin sabía apreciar en todo su contexto el potencial que la ayuda a la infancia y la llegada a la Unión Sovíetica de jóvenes españoles ofrecía a la propaganda doméstica e internacional.

En el frente domestico, la llegada, recepción y el seguimiento a los Niños de España produjo una suerte de innumerables reportajes en la prensa y radio soviéticas y los relatos de estos menores estudiando y jugando felizmente por toda la geografía de la URSS sería uno más de los ingredientes de la maquinaria propagandística de Stalin  para dulcificar los horrores provocados por las purgas.

A nivel internacional el análisis que se hizo del esfuerzo humanitario soviético fue, a diferencia de lo que era habitual, bastante neutro, nada crítico, incluso naif. 

Sin embargo, Moscú obtendría su mayor éxito en la explotación propagandística de estos infantes con la realización y distribución de noticieros y cortometrajes sobre las casas de acogida de los niños, sus actividades cotidianas y estilo de vida. 

En ayuda de los niños y mujeres de la heroica España (Na pómosch dietiam i zhénschinam gueroícheskoi Ispanii, 1936) de L. Zernov fue una de las primeras producciones de Soiuzkinocronika sobre la acogida de niños refugiados en la Unión Soviética. 

Al año siguiente llegaría Niños españoles en la URSS (Ispanskie deti v SSSR, 1937) de Soiuzkinocronika, con una duración de doce minutos, fue realizado para el mercado doméstico soviético. De cuidada producción y con el aspecto de un musical socialista, fue grabado en España por los cámaras Román Karmen y Borís Makaseev y dirigido por R. Guikov. 

El documental comienza con imágenes de una banda de música del ejército español portando una bandera con la hoz y el martillo, símbolo de unión entre la URSS y la  República Española, para dar luego paso a imágenes del asalto franquista a Madrid,  se intercalan escenas de pánico y destrucción urbana hasta presentarnos la escena de una madre que llora con su hijo pequeño muerto en los brazos. De ahí  el documental nos lleva a la costa norte española, donde unos crispados padres deben embarcar a sus hijos hacia un viaje incierto. 

Las imágenes de una España oscura y aterrorizada dan paso rápidamente a las de un soleado y apacible amanecer moscovita. De ahí pasamos a la estación de trenes, donde una masa de eufóricos rusos recibe con algarabía a los refugiados españoles. Las juventudes del partido comunista se lanzan sobre sus colegas ibéricos para entregarles ramos de flores y pañuelos y bandanas del Komsomol. Los niños españoles parecen en éxtasis y los primeros planos ofrecen distintas sonrisas de oreja a oreja. 

                              

En las siguientes escenas los niños españoles gozaban de una calidad de vida envidiable en Artek, un resort turístico del Mar Negro. Imágenes del cielo despejado, las espaciosas habitaciones de los niños con montañas de juguetes a su disposición y un plano de uno de los radiadores que proveerá de calor a los niños españoles en el duro invierno ruso. 

Luego escenas de desfiles y vigorizantes ejercicios físicos diarios, clases en español y ruso, y los estudiantes recitando textos del comisario del ejército rojo Voroshilov. Incluso clases de violín.

La película continua con una coreografía musical en la que dos niños bailan una danza folclórica, nos lleva frente a un coro de niñas que sonríen extasiadas frente a un retrato de Stalin, para terminar con los pequeños cantando loas al dictador y un plano final de un tren pasando sobre el rio Moksvá mientras las luces iluminan el cielo sobre el Kremlin. 

Recreo en el orfanato de Artek. Secuencias de Ispanskie deti v SSSR. Filmoteca Española.

Secuencia de Ispanskie deti v SSSR. Filmoteca Española.

Los niños de la guerra en el Mar Negro. Flimoteca Española.

Bienvenidos (Dobró pozhálovath) fue realizado también ese mismo año. La única información de la que se dispone es que fue realizado por V. Soloviov y D. Astradanzev.

Nuevos amigos (Nóvie továrischi, 1937) producida por el  Estudio Central de Documentales de Moscú, se centra en las experiencias de los niños españoles en Artek y su amistad con los pioneros soviéticos de su misma edad. Se pone un especial interés en mostrar que los refugiados reciben educación en castellano y que sus costumbres son respetadas. Incluso tienen un chef…asturiano. En la puerta de una de las residencias, un retrato de Dolores Ibarruri, la Pasionaria que recibe a los infantes. 

A medida que la guerra fue avanzando y la victoria republicana era más difícil, la producción cinematográfica de la URSS dejó de dedicar atención al conflicto español. Prueba de ello es que durante 1938 se produjo ningún documental monográfico sobre este. 

Es evidente que la URSS, al igual que todos los países que luego se enfrentarían en la contienda mundial, hizo un uso propagandístico de la infancia en guerra, que la benefició al presentarla como la defensora y campeona de los trabajadores, los desfavorecidos y los desamparados, pero ello no es óbice para admitir el extraordinario esfuerzo que se puso en acoger a estos miles de niños extranjeros, que no hablaban ruso y que necesitaban grandes recursos y un cuidado especializado. Niños traumatizados, desposeídos y en muchos casos gravemente enfermos que gracias a su estancia en tierra rusa pudieron desarrollar distintas actividades dentro del programa de kruzhki (círculos) que incluía treinta y nueve disciplinas distintas incluyendo fotografía, costura, jazz, música de orquesta, ballet, teatro o piano. 

Tras la invasión de la URSS por las tropas de Hitler algunos dirigentes del PCE animaron a los adolescentes españoles enrolarse en el Ejército Rojo. Al mismo tiempo, los más pequeños de niños los republicanos fueron enviados a los confines del país. El hambre y las duras condiciones sufridas durante la guerra provocó centenares de fallecimientos. Se calcula que en 1943 cerca de un 40% de los niños españoles había muerto. A principios del presente siglo todavía residían en Rusia 325 de aquellos niños.

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