Norman Foster. Fuente: Reuters
Según el diseño ideado por Foster, presupuestado en 22.000 millones de rublos (cerca de 670 millones de dólares), estaba previsto reunir los bienes del Museo Pushkin en un único espacio integrado por quince edificios: el centro de restauración, la sala de conferencias, el propio museo y el centro de exposiciones con aparcamiento subterráneo.
El resto de equipamientos tendría que someterse a una remodelación. La superfície total de la “Manzana de los museos” pasaría de ocupar 49.600 a 111.500 metros cuadrados. Pero las obras no han empezado.
El estudio británico informó que el arquitecto abandonaba el proyecto e incluso prohibía que su nombre pudiera ser usado en este proyecto. La razón es sencilla: el estudio aduce que, en los últimos tres años, el museo no lo ha implicado en el desarrollo del proyecto en el que están trabajando otros, a pesar de los numerosos intentos del estudio de reanudar el trabajo con el museo.
También ha pesado mucho la cuestión económica. Serguéi Tkachenko, jefe del estudio Mosproyekt-5 con el que concurrió asociado el estudio británico, constata: “Lo que ha pasado en realidad es que hemos ralentizado ligeramente el trabajo con Foster + Partners en el pasado año y medio. En los tres últimos años se ha pagado al estudio 100 millones de rublos (unos 3 millones de dólares) de los 320 millones (9,6 millones de dólares) estipulados en el contrato y, según sus informaciones, el museo les debe 68 millones”, explica.
Pero éste no es el único obstáculo. Resulta que el brillante, ambicioso y costoso proyecto de Foster, una vez esté acabado, alterará el actual aspecto del centro histórico de Moscú. Varios complejos de edificios se encuentran, hoy por hoy, amenazados con órdenes de derribo en pleno centro de la capital.
Con todo, la dirección del museo no quiere lanzar la toalla. Irina Antónova, presidenta honoraria del Museo Pushkin, envió una carta al arquitecto británico con la petición de que terminara de construir la “Manzana de los museos”.
En esta misiva, Antónova explicaba que en la reunión del Consejo de arquitectos del proyecto de reconstrucción –en cuyas manos está el destino de la “Manzana de los museos”-, muchos de sus miembros estaban a favor de que prosiguiera la cooperación con el eminente arquitecto británico.
“No es que quiera reanudar la colaboración porque considero que nunca se ha roto. Foster siempre me ha expresado su gran interés en el proyecto de reconstrucción del museo. Pero ¡no son pocos los desencuentros y decepciones que se ha llevado en Moscú y San Petersburgo! ¿Saben cuántos proyectos le han tumbado? Nosotros somos el último que sigue en pie”, declara Irina Antónova al periódico Izvestia.
Entre los proyectos que se han quedado en papel mojado figuran la torre de 600 metros 'Rusia' en la capital, el centro comercial 'Apelsin' en Krymskaya naberezhnaya, el centro de negocios y de cultura de la Isla de Cristal al sureste de Moscú, entre otros.
La nueva directora del Museo Pushkin, Marina Loshak, también apoya la reincorporacón de Foster al proyecto. “La cuestión, para nosotros, no está zanjada”, declaró Marina Loshak a Izvestia. Por su parte, Serguéi Tkachenko se puso en contacto con sus socios del estudio Foster + Partners, quienes le comunicaron que están muy interesados en seguir adelante con el proyecto pero que, para ello, es necesario superar ciertos escollos. “Albergamos la esperanza de que todo se puede solucionar y reconducir todavía”.
El arquitecto británico no ha querido hacer ninguna declaración al respecto. Según la encargada de las Relaciones Públicas del estudio, “Lord Foster se encuentra actualmente de viaje”.
Artículo realizado con materiales de Izvestia, Gazeta.ru, Rossíyskaya Gazeta, NewsRu.com.
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