La vida cotidiana en la URSS expuesta en un museo

Miles de objetos de la época soviética se muestran en una peculiar exposición en  Moscú. Fuente: facebook.com/museumic

Miles de objetos de la época soviética se muestran en una peculiar exposición en Moscú. Fuente: facebook.com/museumic

El museo de la Cultura Industrial es un lugar increíble donde la ametralladora Maxim convive pacíficamente lado a lado con juguetes infantiles, y la primera computadora está hecha con envases de leche.

Externamente, este museo se parece más a un trastero, cobertizo o desván. Aquí se guardan cosas que aparentemente ya no son necesarias, pero de las cuales es una lástima desprenderse. No se venden entradas (el museo es gratis) ni hay abuelitas  custodiándolo. Pero, al parecer, aquí se recoge todo lo que una vez fue parte de la vida del pueblo soviético. 

Cuando se pregunta cuántos objetos de exposición hay, incluso al propio  personal del museo le cuesta responder. Todo lo que hay está registrado y se ha reunido a lo largo de los años.

“Nuestra colección se actualiza constantemente”, dice el director del museo Leo Zhelezniakov. “Se puede decir que somos un museo clásico en el sentido convencional de la palabra. Cuando lo concebimos, la idea básica era la siguiente: vendrán familias enteras a ver el museo y se contarán unos a otros la historia de los objetos que formaron parte de su vida”. 

Haz click en la imagen para ver el video del museo de la Unión Soviética

Aquí no falta de nada: la ametralladora Maxim se encuentra junto a los juguetes de los niños, encontramos las primeras lavadoras y computadoras soviéticas y el antediluviano torno dental. Junto a un transistor Spidola y un radiocasete, hay un gramófono que todavía funciona. En el museo los hay en abundancia.

El gran interés de los visitantes es el primer televisor soviético en blanco y negro  KVN-49. Este sueño doméstico de millones de personas se estuvo produciendo en la URSS en diferentes versiones desde 1949 hasta 1967. La pantalla del televisor era muy pequeña, y por eso se utilizaban lentes superpuestas. 

“Presten atención a que en la parte posterior de la lente hay un agujero por donde se vertía agua o glicerina”, explica Leo Zhelezniakov. La lente rellena aumentaba la pantalla unas dos veces y entonces se podía ver la televisión sin acercarse demasiado”.

Con la abreviatura del "popular" televisor, KVN, que se estropeaba con demasiada frecuencia. El ​​pueblo soviético hizo una transcripción exacta e ingeniosa correspondiente a las siglas en ruso: "Comprado (K) – Enchufado (V) - No funciona (N)". 

Excursión por el museo de los recuerdos

Posan tranquilamente coches antiguos, las primeras motocicletas soviéticas, máquinas de coser, lanchas fueraborda y enormes proyectores de cine que no hace tanto tiempo funcionaban en las salas de cine y 'masticaban' la película.

En el 'rincón del alumno', junto con los uniformes, mochilas y otros útiles escolares, se encuentra un verdadero pupitre de madera con una cavidad circular para la tinta  y una ranura alargada para la pluma estilográfica.

Los estudiantes de algunas escuelas de las aldeas hasta los años 70 del siglo pasado estudiaban precisamente en esos pupitres.

“En el siglo XIX en Rusia vivió el médico oftalmólogo, catedrático de la Universidad Imperial de Moscú, Fiódor Erisman. Fue él quien sugirió el diseño de estos pupitres”, cuenta Lev Zhelezniakov. “Fíjese en el asiento, la mesa con la parte superior inclinada y el reposapiés unidos entre sí. Esto hacía posible que el estudiante mantuviera una postura correcta y una visión adecuada”, explica. 

Incluso se ha encontrado un lugar para los envoltorios de la época soviética. Aquí hay bolsas de leche vacías y tarros de café con un 20% de achicoria y cajas de papel de té de la India de primera clase.

Todo lo que se recoge en este museo, ayer aún se compraba en las tiendas de comestibles y de electrodomésticos, aparatos que encendíamos y apagábamos, ropa que nos poníamos, objetos que nos regalábamos unos a otros. 

Con estos artefactos los creadores del museo hacen que muchos recuerden parte de la infancia y de la juventud.   

Más información en Museo de la Cultura Industrial (en ruso). http://www.museum-ic.ru/ 

Calle Zarechie, 3A. Metro Liublino, Volzhskaya. 

Horario de apertura:

Diariamente de 11 a 19.

Entrada gratuita. 

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