Documento original de la firma de la capitulación alemana en Karlshorst. Fuente: Santi Pueyo
La capitulación de Alemania se llevó a cabo en dos fases. La primera de ellas se hizo una semana después del suicidio de Hitler (30 de abril de 1945). Antes de suicidarse nombró como sucesor al Almirante Karl Dönitz que intentó sin éxito acordar una rendición parcial ante británicos y estadounidenses. Este intento fue infructuoso, los aliados pedían la rendición incondicional.
La segunda fase de la rendición tuvo un protagonismo absoluto de las tropas soviéticas, que establecidas en la zona residencial este de Karlshorst -uno de los pocos lugares de Berlín que quedaron en pie- promovieron la firma de la capitulación. Ya no se trataba de una acción exclusiva de británicos y estadounidenses sino de una acción conjunta de todas las partes aliadas, incluida la parte francesa.
Muro conmemorativo de la victoria en el jardín de la casa de la capitulación. Fuente: Santi Pueyo
La esperada firma de la rendición se realizó alrededor de la media noche del día 8 de mayo. Los documentos fueron firmados de la parte alemana por los comandantes jefes de la armada, infantería y el ejército del aire: Mariscal Keitel, Almirante von Friederburg y el General Stumpf, respectivamente y por la parte soviética el Mariscal Zhúkov que fue el encargado de la firma oficial de la rendición en representación de la parte aliada.
La ceremonia duró apenas 45 minutos. Una vez que los alemanes abandonaron la habitación, Zhúkov dio un breve discurso, seguido por un banquete que duró hasta altas horas de la mañana. Se improvisaron bailes y música tradicional rusa por todo Berlín, interpretados por los soldados soviéticos que no podían contener su felicidad por la victoria.
Habitación donde se realizó la firma de la rendición alemana. Fuente: Santi Pueyo.
Entre los aliados vencedores de la II Guerra Mundial o Gran Guerra Patria (nombre que recibe en Rusia), siempre hubo una discusión acerca de quién pagó el precio más alto en víctimas humanas. La Rusia de Stalin demandaba mayor influencia en Europa para equilibrar las pérdidas humanas de su país, estimadas en 7 millones de soldados y 25 millones de civiles. Daba inicio con ello una de las épocas más apasionantes de la historia contemporánea: la Guerra Fría.
Con ella comenzó la interpretación ideológica de los hechos que acaecieron en la rendición de Reims (primera fase de preparación, británicos y estadounidenses) y la de Karlshorst (segunda fase conclusiva, soviéticos), los dos grandes bloques de la guerra fría utilizaron la desinformación y las leyendas que han llegado hasta nuestros días. Hay que decir que Stalin nunca reconoció el protocolo firmado por los aliados occidentales en Reims.
En el Museo de la Victoria de Karlshorst se pueden encontrar objetos de la vida cotidiana durante la guerra de uno y otro bando.
Mención especial reciben las imágenes que atestiguan el genocidio del pueblo ruso por parte de las tropas alemanas de ocupación.
En la parte exterior del museo se pueden encontrar tanques, artillería pesada usada por los soviéticos en su entrada a Berlín.
Tanque usado por los soviéticos en la entrada a Berlín. Fuente: Santi Pueyo
Los protagonistas de la rendición
Georgui Zhúkov (1896-1974). Nacido en Kaluga, a pesar de haber servido en el ejército zarista, fue partidario de los comunistas en la guerra civil rusa, ingresando en el Partido en 1919. Como oficial del Ejército Rojo luchó contra las tropas japonesas que invadieron Mongolia y fue ascendido a general en 1940. Su promoción fue imparable, llegando en 1942 a ser vicecomandante supremo del Ejército Rojo. De 1945 a 1946 fue el representante soviético de la Comisión de Control de los Aliados en Alemania. Después de la muerte de Stalin pasó a ser Ministro de Defensa y con la desestalinización de Jhrushchov fue relevado de sus responsabilidades, llevando un retiro tranquilo. En 1964 publicó sus memorias que causaron un impacto internacional.
El museo ruso-alemán de Karlshorst está abierto de martes a domingo de 10 de la mañana a 18.00 de la tarde
Arthur William Tedder (1890-1967). Nació en Escocia, entre 1941 y 1942 dirigió las unidades de la Fuerza Aérea Británica en el norte de África, posteriormente coordinó a las fuerzas aliadas de infantería en el norte de Francia en 1944, un año después se reunió con Stalin para discutir los pasos a seguir contra Alemania. En la capitulación de Karlshorst fue representante de Eisenhower y aceptó la rendición de los alemanes en representación de los aliados occidentales. Después de la II Guerra Mundial fue promovido a Mariscal. Sus memorias aparecieron en 1966.
Wilhelm Keitel (1882-1946). Hijo de un terrateniente, entró en el ejército alemán en 1901. En la I Guerra Mundial fue oficial de artillería, en 1937 fue ascendido a general y en 1940 a mariscal. Fue uno de los asesores militares más cercanos a Hitler. Después de firmar la rendición fue hecho prisionero de guerra. Tuvo que responder en los Juicios de Núremberg por los crímenes cometidos por la Alemania nazi. Se le condenó a morir en la horca, hecho que se consumó en 1946.
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