“La música clásica la escucho con mucha atención; el jazz, sólo por placer”

El pianista Stanislav Khristenko es ucraniano por nacimiento, ruso por nacionalidad y por educación musical, y estadounidense por residencia, aunque de hecho se mueve por todo el mundo. Los conciertos y la participación en concursos musicales así lo exigen. El último en el que ha participado es el Maria Canals y no le ha ido nada mal, pues ha conseguido el primer premio.

Nos encontramos en el escenario de este certamen que ya alcanza la 59ª edición: el Palau de la Música Catalana, en Barcelona. Stanislav ya conoce el veredicto del jurado, pero aún tiene que enfrentarse al concierto de clausura del concurso, así que, aún no se ha podido deshacer de los nervios. 

“Es normal estar nervioso antes de un concierto porque los músicos, como los actores, tenemos que demostrar nuestros dotes en cada actuación”. 

No se queja, sin embargo, de las incomodidades de ser músico profesional. Todo lo contrario. Hace mucho que tiene claro que se dedica a lo que quiere. Y eso a pesar de que cuando era niño, un pedagogo aconsejó a sus padres que no perdiera el tiempo con clases de piano porque su hijo no tenía oído y otro le recomendó tocar el acordeón. 

Y así lo hizo, durante algún tiempo, pero a los ocho años empezó “más o menos en serio” a tocar el piano. Reconoce que ha tenido que hacer renuncias, aunque reivindica que él también jugaba a fútbol como los otros niños y, a la vez su formación le ha permitido aprender cosas que la mayoría no conocía, como los sonetos de Petrarca, con tal solo 12 años. 

No consigo que me diga cuál es su compositor preferido. “Cada uno es diferente y además depende del día o del humor, prefiero uno u otro”. En el concurso ha tenido que demostrar su habilidad con muchos (Bach, Beethoven, Chopin, Brahms) y, curiosamente, él cree que el concierto que mejor le salió no es el de la final, sino el de la semifinal. 

En su tiempo libre, escucha música, claro está. No le gusta el pop y sí la clásica y el jazz, pero de manera muy diferente. “La música clásica la escucho por placer, pero con mucha atención y el jazz por placer, sólo por placer”. 

“Un gran nivel musical y pianístico” 

“Es un pianista muy interesante, con un gran nivel tanto musical como pianístico. Yo le pondría sin dudar las máximas calificaciones”, asevera Stanislav Pochekin, catedrático del Conservatorio Superior de Música del Liceo. 

Pochekin es uno de los dos miembros del jurado del Maria Canals de nacionalidad rusa –la otra es Anna Malikova-, si bien lleva 20 años viviendo en Barcelona. Subraya que la experiencia que tiene Stanislav Khristenko de tocar en público y con orquesta le ha ayudado a ganar el concurso, veredicto con el que está “completamente de acuerdo”. 

La presencia rusa en el concurso también viene dada por Alexéi Lébedev, segundo clasificado en la edición de 2011 y ganador del premio del público. Lébedev ha sido el encargado de interpretar el concierto inaugural de este año. 

Además, ha habido 18 participantes de la Federación Rusa. Ningún otro país ha alcanzado esta cifra. 

Esta presencia tan notable de pianistas rusos “no siempre ha sido así”, explica Stanislav Pochekin, quien ha sido miembro del jurado en numerosas ocasiones. “Se ha dado en los tres últimos años”, añade y la razón, en su opinión, es el “prestigio” del concurso, que atrae intérpretes de todo el mundo. En concreto, este año han sido 91 pianistas de 26 nacionalidades. 

“Probablemente, podemos decir que existe una escuela pianística rusa”, opina, “y está extendida por todo el mundo”, ya que hay profesores rusos de música y, concretamente de piano, prácticamente en todos los países. 

El piano se apodera de Barcelona 

Uno de los secretos del éxito del concurso de música Maria Canals es, además de la profesionalidad y la buena organización, la implicación de la sociedad civil. Los responsables del certamen, que cuenta con el apoyo de numerosas instituciones, no se cansan de decirlo. 

Así, el concurso no sería posible sin la colaboración de un centenar de familias que ceden estos días su piano para que lo pueda tocar quien lo guste. El escenario por excelencia –donde se celebran las pruebas y los conciertos- es el Palau de la Música, pero a nadie le extraña encontrarse estos días con un piano en la estación de tren de Sants, en la rambla del Raval, en el paseo de Gracia o en el barrio del Carmel. También se han organizado recitales gratuitos en diversos hoteles de la ciudad. 

El concurso Maria Canals es el decano de España. Aunque la columna vertebral es el piano, también da cabida en algunas ediciones –no en la de este año- a otros instrumentos musicales. Se otorgan premios por valor de 80.000 euros, además de la posibilidad de actuar en numerosos y prestigiosos escenarios. El primer premio está dotado con 20.000 euros.

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