´Solo Tango´: entre el glamour y los prejuicios

´Solo Tango´ en directo. Fuente: Irina Pereiyatko.

´Solo Tango´ en directo. Fuente: Irina Pereiyatko.

Esta pequeña orquesta, formada por un bandoneón, un piano, un violín y un contrabajo, se convirtió en la “cartita bajo la manga”, guardada para los fanáticos del 2x4 por los organizadores del festival “Misterio Tango” en Buenos Aires. Del 7 al 11 de febrero tocaron en calidad de orquesta oficial del prestigioso evento. Los jóvenes músicos suenan como si fueran doce en vez de cuatro, y con esta inconfundible pinta eslava hicieron que los tramoyas les sacaran fotos en los ensayos, mientras que el mismo Gastón Torelli - uno de los “iconos” de las milongas porteñas – pasando por su lado aprovechaba para decir: “Grande, grande, chicos!”, con una mano en el corazón. Un merecido reconocimiento por el virtuosismo y la afición a las versiones clásicas de “los temas de siempre”.

Hacía calor, las alpargatas y los shorts con los que ensayaban los hacían verse más jóvenes todavía. Es la segunda vez que vienen a Buenos Aires. Una recepción tan cálida, como la que han tenido, obliga a esforzarse y a mostrar lo mejor…

Aunque el nivel de Solo Tango ya es muy alto. Los cuatro jóvenes empezaron sus estudios musicales a una edad muy temprana. Todos ellos, menos el contrabajista Iliyá Alpéev, continuaron sus estudios en en el renombrado Instituto Gnesin, el contrabajista lo hizo en el prestigioso Conservatorio de Moscú.

Iván Talanin (bandoneón), Alexander Riazánov (violín), Artiom Timin (piano) e Iliya Alpéev (contrabajo) llegaron al tango desde una formación clásica y con criterios propios de un ambiente musical académico.

“Nos preparaban para solistas o integrantes de orquestas sinfónicas”, comenta Riazánov. “Había una especie de prejuicio entre los profesores: ellos no consideraban el tango como 'música seria'; de Piazzolla se decía, por ejemplo, que es 'un Shostakóvitch para  pobres”.

Probablemente esa actitud se deba a que el tango es una moda in crescendo en Rusia y por lo tanto, también un lucrativo negocio. Según los cálculos más humildes, la comunidad milonguera en las ciudades grandes cuenta con 4.000-5.000 mil personas, mientras que la cantidad de milongas locales y clubes, donde se enseña el tango, crece de manera explosiva.

 Se habla de unas 50 grandes escuelas esparcidas por todo el país. Entre las más populares, solo en Moscú, destacan 'Tangomagia',  'Casa del Tango', 'La milonga', 'Go Tango', 'TOTANGO', 'Tango Así'. En San Petersburgo: 'Tangomanía', 'EDISSA', 'Tangomaestro', etc.

Incluso en la ciudad natal de Alexander, en Norilsk, a pesar de los 40 grados bajo cero que suele hacer en invierno, también hay escuelas de tango…Y todas necesitan música en vivo, aunque sea de vez en cuando. La demanda por las orquestas, capaces de marcar bien el ritmo en La trampera o matizar El otoño porteño es grande.

Irina Peretyatko, la productora de Solo Tango, ofrece una explicación a este fenómeno cultural: “Creo que el interés por el tango argentino radica en un concepto de pasatiempo diferente. Como una de las organizadoras del ciclo 'Las milongas de los viernes' en Moscú, puedo decir que lo que atrae a la gente de todas las edades y posiciones sociales, es la posibilidad de un ocio activo y con ciertos aires exóticos... En vez del alcohol o la pantalla de la tele en casa: abrazos (los rusos somos tímidos, pero nos gustan), un ambiente elegante, una oportunidad de 'mover el esqueleto'. Hay gente, que lo toma como una alternativa al fitness, ¡te lo juro!”

Así que  no les falta trabajo a los chicos de Solo Tango. Y el panorama de actividades,  entre giras y concursos, es extensísimo: Roma, Berlín, Viena,  Estambul, Buenos Aires, Moscú, Helsinki… Están muy solicitados, ya que en los tres años de la existencia de esta pequeña orquesta han ganado varios premios internacionales y el reconocimiento de los expertos.

Incluso, a Iván Talanin, el bandoneonista, los porteños lo llegaron a apodar “el Troilo ruso”. Lo curioso es que Iván tomó el bandoneón por primera vez en el 2007. Originalmente su especialidad era el acordeón cromático, que había comenzado a tocar a los siete años. El cambio no fue demasiado bien visto por los profesores y algunos colegas.

Artióm Timin, el pianista, no tuvo que cambiar de instrumento, pero la desaprobación con la que se encontró por dedicarse a 'la música de segunda' fue la misma. ¿Cómo puede ser que un concertista tan prometedor, ganador de concursos internacionales, becado honorífico del Presidente de Rusia y del Ministerio de Educación desperdicie su arte tocando en las pistas de baile o clubes comerciales?

Pero los snobs no pensaron que para el joven pudiera ser un desafío personal importante. Una estética musical diferente que, por cierto, al principio no le gustaba ni resultaba comprensible, pero lo fue cautivando cada vez más.

A Iliyá (contrabajo) le pasó algo parecido. Antes de integrarse en Solo Tango tocaba en la orquesta sinfónica del Teatro Mali de Moscú. “Pasé un tiempo luchando conmigo mismo. El tango me resultaba interesante, pero el status de un contrabajista de formación clásica y la opinión de los profesores del Conservatorio pesaban bastante”, cuenta.

Hoy este conflicto está resuelto: Iliyá continúa sus estudios clásicos y viaja por el mundo tocando tango mientras cultiva su afición por el gimnasio.

“En la vida hay muchas cosas”, dice el joven músico, mientras sus compañeros de orquesta asienten con entusiasmo. Por ejemplo, además del tango a Alexander el encanta el fútbol, y a Artióm, “la cerveza, internet y las chicas”.

Bueno, a Gardel le encantaban los caballos. Una cosa no quita a la otra.

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