¿Se unirá Rusia a la OPEP para limitar la producción de petróleo?

La caída global de los precios ha provocado un nuevo diálogo.

La caída global de los precios ha provocado un nuevo diálogo.

Reuters
La caída de los precios del petróleo ha provocado un mayor diálogo entre los países de la OPEP y quienes no son miembros del cartel. Al mismo tiempo se mantiene la rivalidad por mantener las cuotas de mercado.

La caída de los precios globales del petróleo se ha convertido en una auténtica maldición para los países miembros de la OPEP. La crisis actual ha creado una mayor división entre estos países y los principales productores que no forman parte del cartel pero están deseando unirse a la OPEP y llevan décadas cooperando con el grupo. Rusia es uno de estos países. El gobierno ruso es perfectamente consciente de la incapacidad de la OPEP para cumplir sus promesas de limitar la producción de petróleo y su exportación a los mercados globales. Un problema adicional se suma al de los precios del petróleo: la lucha por mantener la cuota de los mercados regionales.

Los esfuerzos emprendidos por las autoridades rusas y las compañías petroleras controladas por el Estado destinados a limitar la exportación y ejercer influencia sobre el precio global del petróleo no parecen en absoluto decisivos. Evidentemente, las “intervenciones verbales” del presidente Vladímir Putin y del ministro de Energía Alexander Novak en apoyo de los precios del petróleo han tenido algún impacto restrictivo en el precio del petróleo actual, pero no pueden cambiar las tendencias fundamentales. De hecho, estas tendencias fundamentales son bastante favorables para Rusia, uno de los mayores productores.

El mercado petrolero global se ve afectado por procesos a medio y largo plazo que provocan que los precios suban y bajen en un rango muy amplio. La tendencia a largo plazo de incrementar el consumo y su demanda en los países emergentes de Asia y Latinoamérica sigue en marcha. El aumento de la demanda global de petróleo es el factor específico más importante para mantener el precio actual y contribuirá a incrementarlo a medio plazo. Por esta razón, las promesas verbales de los países productores líderes de congelar la producción y la exportación de petróleo se basan en esta tendencia a largo plazo del aumento de la demanda de petróleo.

Las recientes declaraciones del director de Rosneft, Ígor Sechin, sobre que su empresa no tiene razones para unirse a la decisión de la OPEP de congelar la producción y la exportación de petróleo se deben al carácter específico de la situación en Rusia. Con su actitud de “juego de suma cero”, Rusia pretende preservar su cuota en el mercado global del petróleo, por lo que, desde un punto de vista objetivo, no está interesada en limitar su producción de petróleo, ya que sus competidores podrían ocupar sus posiciones perdidas.

Rusia no tiene toda la producción de petróleo bajo control del Estado. Por esta razón, las empresas petroleras formalmente independientes del gobierno pueden hacer declaraciones distintas a las de las autoridades. Cuesta creer que existe un debate real entre Sechin y Novak, aunque formalmente el gobierno se preocupa por los precios del petróleo, mientras que la compañía del sector privado Rosneft se preocupa por su cuota de mercado.

Las probabilidades de que Rusia limite su producción de petróleo de forma conjunta con los países miembros de la OPEP son extremadamente bajas por todas estas razones. Las autoridades rusas han encontrado un sano equilibrio entre un rublo relativamente débil, necesario para mantener la política nacional de sustitución de las importaciones, y unos ingresos suficientes de la exportación de petróleo, algo que en general les permitirá mantener el balance del presupuesto actual.

Todas las declaraciones controvertidas del gobierno ruso indican que el Kremlin se siente cómodo en la situación actual del mercado de petróleo. El precio actual de entre 45 y 55 dólares por barril favorece a la economía rusa y a sus empresas petroleras. Por esta razón, la política rusa de mantener un rublo relativamente débil y un incremento gradual de la producción de petróleo (que batió su record en 2015) seguirá vigente.

Stanislav Tkachenko es profesor en el departamento de Relaciones Internacionales en la Universidad Estatal de San Petersburgo y profesor visitante en la Universidad de Bolonia.

Artículo publicado originalmente en inglés en Russia Direct.

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