Un dulce asturiano que transporta hasta la Plaza Roja

Los Moscovitas se elaboran de manera artesanal. Fuente: Confitería Rialto.

Los Moscovitas se elaboran de manera artesanal. Fuente: Confitería Rialto.

Desde hace casi nueve décadas, las cuatro generaciones de maestros confiteros al frente del obrador del Rialto han endulzado la vida de los asturianos. Su local situado en el centro histórico de Oviedo ha servido miles de meriendas a clientes de todas las edades y vendido las más exquisitas especialidades de la repostería asturiana: carbayones, princesitas o bombones de roca. Pero su producto estrella son las bolsitas de Moscovitas, un producto artesanal que se sirve en todo el mundo a través de su página web. Y para celebrar el éxito de esta delicia de chocolate, nata y almendra ha sorteado entre sus clientes un viaje a la capital rusa.

Es una oblea de apenas siete gramos. Por una cara está cubierta de una fina capa de chocolate de primera calidad, por la otra descubrimos una superficie rugosa y fragante elaborada con almendra marcona, nata, harina, azúcar y un ingrediente secreto. Se elaboran una a una en el obrador artesanal y se empaquetan también a mano. Son los llamados Moscovitas. Tienen un sabor tan intenso que después de probar una es imposible no llevarse otra a la boca.

Según la historia que cuenta la Confitería Rialto, la receta de los Moscovitas llegó directamente de la ciudad a orillas del Moscova. Pero el camino no fue ni recto ni rápido. Llegó de la mano de uno los niños de Rusia exiliados a la Unión Soviética que, a la edad de trece años, llegó a la capital rusa desde Asturias.

Una vez allí tuvo la suerte de evitar el frío trabajando en el horno de un obrador próximo a la Plaza Roja. Un día, el encargado del establecimiento regaló al joven asturiano una matrioshka en cuyo interior había un texto escrito en alfabeto cirílico.Salón de té en la Confitería Rialto. 1948. Fuente: Confitería Rialto.

Con el tiempo, aquel niño volvió, ya mayor, a Asturias y recuperó los lazos de amistad con sus paisanos, entre ellos el abuelo del hoy responsable de la Confitería Rialto, Francisco Gayoso, quien recibió como presente aquella muñeca y aquel trozo de pergamino dentro. El texto resultó ser, previa traducción, una receta de los hoy preciados Moscovitas. En todo caso, si non è vero, è ben trovato. 

Los abuelos de Francisco Gayoso comercializaron los Moscovitas como simples pastas de té, pero con los años los clientes empezaron a pedirlas en exclusiva. Ahora no sólo se pueden comprar en la sede de Rialto, en Oviedo, también en el establecimiento que hace unos años abrieron en Madrid, en Núñez de Balboa, para también supervisar mejor los envíos nacionales. También se venden en 36 comercios tipo gourmet en toda España, y al resto de países a través de su sitio web.

Como otras firmas españolas, Rialto tiene los ojos puestos en el mercado internacional. Dentro de no mucho, los Moscovitas se venderán en ciudades como París, Londres, Ámsterdam o el mercado nipón. Eso sí, prometen conservar escrupulosamente todo el proceso artesanal que pasa por la selección de una materia prima de máxima calidad y el respeto a la receta tradicional.

Eso significa, por ejemplo, dosificar una a una, con la manga pastelera, la masa que compone los Moscovitas y luego se hace el baño de chocolate con espátula. Y el esfuerzo se ha visto recompensado. 

 

Los Moscovitas han viajado por todo el mundo, en las maletas de españoles y turistas de paso por Oviedo y Madrid o como presente en fechas especiales: 800 cajas de Moscovitas se regalaron a la armada imperial japonesa a su paso por Barcelona con motivo del Año dual Japón-España 2013. Todo un éxito para un negocio pequeño si pensamos en los orígenes de esta confitería que nació en Luarca, una villa de cinco mil habitantes del Principado de Asturias, a noventa kilómetros de Oviedo, donde el abuelo de Francisco Gayoso abrió la actual tienda-salón de té en 1926. Luego el padre inauguró la sucursal de Madrid.

Y para agradecer a los clientes el éxito y el boca a boca, la Confitería Rialto organizó el concurso promocional “Moscovitas te lleva a Moscú”. Quienes compraron uno de los estuches de Moscovitas “edición especial” recibieron un folleto con cuatro preguntas referentes a Rusia. De entre todas las papeletas recibidas, Rialto premió el pasado siete de febrero a una madrileña con un viaje de cuatro días para dos personas a Moscú.

 

Confitería Rialto

San Francisco, 12 y Velázquez, 2. Oviedo

Núñez de Balboa 86. Madrid

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