Fuente: AP
El problema surgió en el segundo asalto, Magomed se fracturó la muñeca de su mano principal, la izquierda. Desde entonces se mantuvo en el cuadrilátero lanzando apenas algún derechazo, pero básicamente defendiéndose, encajando una tormenta de golpes, muchos en la cabeza.
Las autoridades de Nueva York investigan si
hubo negligencia de los médicos que asistían el combate y que tras revisar
someramente a Mogamed a la finalización del mismo no consideraron oportuno
llevarle a un hospital, algo que sí hizo su equipo, en principio por
precaución.
"Al terminar el combate no tenía mal aspecto, salió por su propio pie del
pabellón. De todas formas, decidimos llevarle en taxi a una clínica para
someterle a revisión, tenía la mandíbula rota y la mano fracturada. Una vez
allí, empeoró, no se tenía en pie. Fue sometido a una intervención quirúrgica
de urgencia para eliminar un coágulo que se le detectó en el cerebro, así como
una pequeña pieza de cráneo para permitir que bajase la inflamación”, explicó
su manager, Nathan Lewkowicz. Lamentablemente los coágulos cerebrales no son un
problema nuevo entre los boxeadores. Sin ir más lejos, le costó la vida a
finales de octubre al púgil mexicano Francisco Leal.
Tras la operación, Magomed sufrió un derrame cerebral, así que los médicos
optaron por inducirle el estado de coma para evitar daños irreversibles. Varios
medios de comunicación llegaron a publicar en los días posteriores
informaciones que daban por muerto al boxeador ruso, haciendo referencia a un
diagnóstico médico inicial que no le concedía ninguna esperanza de
recuperación.
Sin embargo, el boxeador ruso siguió con vida, en coma inducido y con respiración asistida, en estado crítico, pero estable y con vida. El pasado 22 de noviembre, tras varios días de mejoría, en los que llegó a mover un brazo y se le retiró la respiración asistida, el boxeador ruso sufrió una fuerte recaída y se le volvió a inducir el estado de coma.
“Mis pensamientos y oraciones están con ‘Mago’, al que deseo una pronta recuperación. Luchó como un verdadero guerrero. Estoy feliz de haber ganado el combate, pero mi principal preocupación es su salud”, expresó su oponente, Mike Pérez, en un comunicado días después.
El joven millonario ruso Andréi Ryabinsky está costeado una parte significativa del tratamiento médico de Abdusalamov, que ya supera con creces tanto la cantidad que cubría el seguro contratado por la promotora de la velada, por cierto, irrisoria, como los 40.000 dólares que recibió el púgil por participar en la misma. Ryabinsky, vicepresidente de la federación nacional de boxeo, es un conocido aficionado a este deporte y un importante mecenas. En noviembre también costeó de su bolsillo la mayoría de la bolsa de 23 millones de dólares del Klitscho-Povetkin, uno de los combates del año en Moscú.
Magomed Abdusalamov nació hace 32 años en Daguestán, una región del Cáucaso ruso, conflictiva pero de gran tradición en deportes de combate (judo, boxeo y grecorromana, principalmente). Su padre, una persona de carácter recio, le obligó a practicar algún deporte para mantenerle alejado de las calles. Musulmán, casado y padre de tres hijos, Magomed se mudó con su familia a EE UU (primero Florida, después California) cuando dio el salto al profesionalismo en 2008, tras no lograr clasificarse para los JJOO de Pekín.Pese a la distancia, mantiene una de sus pasiones, el Anzhi, el equipo de fútbol de su ciudad natal, Majachkalá, cuya camiseta utiliza en ocasiones para saltar al cuadrilátero, orgulloso de sus orígenes. El futuro de Magomed es ahora incierto. Tras 5 semanas en coma los médicos examinan a conciencia estos días, una vez despierto, los posibles daños cerebrales. Lo único seguro es que ‘Mago’ nunca volverá a enfundarse los guantes.
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