Las ciudades rusas se hacen más seguras

En la última década se ha producido una significativa bajada en el índice de homicidios. Sin embargo hay un amplio margen de mejora. Fuente: Alamy / Legion Media

En la última década se ha producido una significativa bajada en el índice de homicidios. Sin embargo hay un amplio margen de mejora. Fuente: Alamy / Legion Media

Pese a la significativa caída de la última década, el índice de homicidios de la Federación sigue siendo elevado. Bien situado en el panorama nacional, a Moscú le queda trabajo, aunque esté mejor que Nueva York. La percepción, sobre todo por parte de las mujeres, es también un desafío. Las medidas para aumentar la seguridad en las ciudades pueden contribuir también a su prosperidad.

Uno de los estereotipos que persiguen a Rusia es el de la inseguridad, apuntalado por la imagen de la mafia. Pero, ¿cómo es de segura la Federación? 

Según el Servicio Federal de Estadísticas de la nación euroasiática, en 2011 murieron asesinadas en Rusia 9,7 personas por cada 100.000 individuos. 

Diacrónicamente, la cifra es todo un hito, al abandonar los dos dígitos por primera vez en la serie histórica. Después de dispararse en la primera mitad de los años 90 del siglo pasado, debido a la guerra existente por apropiarse de los activos económicos de la disuelta Unión Soviética, el número de homicidios ha descendido de manera sólida desde entonces: de 31 en 1995 a 18,9 en 2004 y 9,7 en 2011. 

Pero, pese a lo fantástico de la tendencia, la situación sigue siendo preocupante. De acuerdo con la última compilación de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el comportamiento de Rusia es, como es previsible, peor que el de los países europeos, como España (0,8), donde no suele superar el 1,0, y otros países desarrollados, como Estados Unidos, Japón  y Australia. 

La cifra de la Federación también es peor que la de los socios asiáticos de los BRIC (China e India) y, sobre todo, algunos países que podrían parecer en principio menos seguros, como Pakistán, Kenia o Burundi. También es peor que la de Chile, Argentina, Uruguay y Bolivia. 

El dato de la Federación solo es de hecho mejor que el de algunos países latinoamericanos: México (23,7), Colombia (33,2), Venezuela (45,1) y, sobre todo los centroamericanos, con El Salvador (70,2) y Honduras (91,6) a la cabeza. También es mejor que el de Brasil y Sudáfrica y algunos países del Caribe, como Jamaica, donde el reggae no asegura la paz. 

El análisis de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), no deja a Rusia en mejor lugar. En 2010, el promedio de sus países miembros era de 2,2 por cada 100.000 habitantes, cerca de cuatro veces menor que el de la Federación, que se ubicaba en el puesto 34 entre los 36 estudiados. 

Moscú más segura que Rusia y que Nueva York 

Al igual que en otras naciones, la capital rusa es más segura que el resto del país. Según los datos de UNODC, en 2009 morían asesinados en Moscú 4,6 personas por cada 100.000 habitantes (en el país la cifra alcanzaba ese año 15, tres veces más). 

A nivel internacional, el índice de Moscú era similar al de la mayoría de las capitales de las antiguas repúblicas soviéticas, como Riga o Kiev, pero también al de Amsterdam (4,4), la más insegura de las urbes de Europa Occidental, y Bangkok. 

La ciudad a lo largo del Moscova era más insegura que las europeas (Lisboa era la más segura del mundo), Tokio, El Cairo y Bombay. Pero estaba mejor que la mayoría de las capitales africanas y buena parte de las latinoamericanas, tanto en cifras medias, como México D.F (8,4), Bogotá (17,4) o Sao Paulo (10,8), como altas: Panamá (34,6), Tegucigalpa (72,7), San Salvador (94.6), Guatemala (118,3) y Caracas (122). Para sorpresa de la mayoría, Moscú tenía un índice de homicidios inferior al de Nueva York (5,6). 

Beneficios demográficos 

El descenso del índice de homicidios se ha dejado notar en varios aspectos. Para empezar en la esperanza de vida, ya que las víctimas suelen ser relativamente jóvenes. Desde 2003, ésta ha aumentado casi cinco años, hasta rozar los 70 en 2012. 

La tendencia decreciente también ha contribuido a otro de los grandes progresos del país: el equilibrio de su crecimiento demográfico natural. El descenso del índice de homicidios ha aportado su granito de arena a la disminución de la tasa de mortalidad externa, que se ha contraído más de un 45 % en la última década. Sin el descenso conjunto de los índices de suicidio, homicidio y muerte por accidente, 140.000 rusos más morirían en 2013 por causas externas. 

Junto con el aumento de los nacimientos y la contracción de las muertes por enfermedad, el país ha logrado tras dos décadas superar gracias a ello el decrecimiento natural. En lo que va de año, los datos demográficos no podrían, de hecho, ser mejores, dejando atrás incluso los del año pasado, el mejor desde principios de la década de 1990. Si la tendencia de los primeros siete meses de 2013 se mantiene, Rusia experimentaría este año un ligero crecimiento natural (0,04 por cada 1.000 personas; unas 20.000 en total). Es una noticia estupenda en un país donde en 2006 y 2007 la población se contrajo un millón por año. 

Robos y percepción 

La seguridad, en todo caso, no son sólo homicidios. Importan, y mucho, los actos violentos que no culminan en asesinato, como los robos. De acuerdo con la OCDE, Rusia está comparativamente bien en este aspecto (12 de 36). En 2010, su índice de asaltos (2,8 %) era inferior al promedio de los países miembros, situado en el 4 %. 

Los rusos, en cualquier caso, pasan mucho miedo. Según los datos recogidos por la institución internacional, los ciudadanos de la Federación son más temerosos que sus colegas de la OCDE. En las encuestas de percepción, más de la mitad de los rusos declara sentirse inseguro al caminar solo de noche, mientras el promedio es solo un tercio en la OCDE.  

La cuestión de género 

Pero aquí, como en otros aspectos, hay una significativa desigualdad de género. Aunque son los hombres quienes sufren en mayor medida homicidios (16,6 frente 4,9 por cada 100.000) y asaltos (3,5% frente 2,3%), son las mujeres quienes más reportan sentirse atemorizadas, por miedo a ataques sexuales, la sensación de que deben proteger a sus hijos y su preocupación por ser consideradas parcialmente responsables, según la OCDE. 

Para hacerle frente, en algunas ciudades han aparecido grupos específicos de mujeres. En Moscú, Cheliábinsk, Pushchino, Dubná, Tver y Petrozavodsk organizaciones llevan a cabo desde hace un lustro estudios de calles, caminatas de verificación de seguridad, grupos focales de discusión y reuniones con comunidades y autoridades locales. 

“Las calles oscuras y mal iluminadas y equipadas y los medios de transporte son los focos de mayor inseguridad”, asegura Kalpana Viswanath, coordinadora del proyecto internacional Ciudades incluyentes para las mujeres del que hizo parte Petrozavodsk. 

Aunque para funcionar requiere un enfoque integral que aborde también las causas estructurales de la inseguridad, como la exclusión social o el trato vejatorio hacia las mujeres, la reforma física de los espacios públicos incluye entre sus múltiples beneficios el incremento de la percepción y los datos de seguridad. Una ciudad segura para las mujeres es también una urbe más sostenible y más próspera para todos. En eso están.

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