Centroamérica, más allá del narcotráfico

Puente de las Américas sobre el canal de Panamá. Fuente: Alamy / Legion Media

Puente de las Américas sobre el canal de Panamá. Fuente: Alamy / Legion Media

Rusia profundiza su ayuda a la región en la lucha antidroga. Detrás de la cooperación hay un interés significativo por el istmo. Por allí pasa mucho más que estupefacientes. Todas las potencias compiten de hecho al tiempo por tomar posiciones. Para combatir el narcotráfico, no basta, sin embargo, con buenos policías ni excelentes jueces. Se necesitan buenas escuelas y mejores trabajos.

Víctor Ivanov https://rusiahoy.com/sociedad/2013/03/14/casi_una_vez_a_la_semana_aparece_una_droga_sintetica_nueva_25765.html es invitado recurrente en Centroamérica. Desde hace unos años, el Servicio Federal de Control de Estupefacientes (FSKN en sus siglas en ruso) que dirige, colabora activamente en la lucha contra el narcotráfico en el ombligo de América.

 

En marzo, Ivanov puso la primera piedra del centro de entrenamientohttps://rusiahoy.com/blogs/2013/05/14/rusia_pisa_fuerte_en_nicaragua_27823.html que Moscú abrirá en Managua, con cobertura para toda Centroamérica, México y el Caribe. Hasta la fecha, sin embargo, más de 120 funcionarios de la región ya han sido capacitados por el FSKN. El programa de cooperación incluye además intercambio de información, coordinación de operaciones y asistencia técnica y financiera.

 

El interés de Rusia no parece vinculado al consumo doméstico de cocaína. Pese a que crece, ésta representa apenas el 3% de la droga consumida en el país. Además, procede en su mayor parte del oeste de África, desde donde llega por Europa del Este, según datos del FSKN.

 

El motivo de atención es otro. Parece haber un compromiso institucional y personal sólido con la lucha global contra el narcotráfico. Líder mundial en la materia, Ivanov es ambicioso. Y sabe que junto a Afganistán, no hay región más importante que Centroamérica. Por aquí pasa, de acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito, el 90% de la droga que se consume en EEUU.

 

Parece haber también una preocupación sincera por la situación de la región. Pequeña demográfica y geográficamente (tan grande como California), y fracturada institucionalmente, la región se desangra.

 

Honduras, El Salvador y Nicaragua tienen niveles de violencia similares a los que enfrentan los países en guerra (150.000 muertes al año), según Aminta Granera, directora general de la Policía Nacional de Nicaragua, y presidenta de la Comisión de Jefes y Directores de Policía de la región.

 

No hay duda, en cualquier caso, de la importancia de los intereses comerciales y geoestratégicos. No se puede obviar, para empezar, la relación de la cooperación antidroga con la venta de armas. Centroamérica se ha embarcado en los últimos años en una carrera armamentística. Y Rusia ha sido uno de los grandes proveedores. Desde 2009, Rusia ha aportado sólo a Nicaragua ayuda militar superior a los 26 millones de dólares y vendido millones en uniformes, armas, tanques y helicópteros.

 

En lento desarrollo, Centroamérica es también interesante como emisora de bienes agrícolas y como receptora de inversión en algunos sectores industriales y de infraestructura.

 

Pero eso es calderilla. La relevancia de Centroamérica es geoestratégica. Su ubicación no solo la convierte en el vínculo entre los mayores productores y consumidores de cocaína, en el eje Sur-Norte. También es estratégica porque permite pasar del océano pacífico al atlántico, entre Asia, la costa Este de EE UU y Europa, en el eje Este-Oeste.

 

Pregunténselo a Panamá. Y si no les convence, pregunten a Nicaragua, Guatemala u Honduras, todos con proyectos interoceánicos que harían competencia al único canal hoy en día existente.

 

Gustavo Steigner, director financiero del proyecto guatemalteco, es elocuente: “¿En qué somos competitivos? En que estamos en medio de las nuevas rutas del comercio mundial”. Bolívar, quien ya lo anunció en 1815, en la Carta de Jamaica, no se sorprendería con las benévolas proyecciones, gracias en parte al crecimiento de China.

 

Hoy Centroamérica es por ello campo de operaciones de todas las potencias. Hace apenas unos meses, casi de manera consecutiva, los presidentes de EE UU y China visitaron la región. Mientras Obama se centró en aspectos simbólicos y temas de largo plazo, el presidente chino, Xi Jiniping, concretó importantes proyectos.

 

La puerta de entrada de China en la región, Costa Rica da cuenta del avance en comercio. Entre regalos, el intercambio bilateral se ha multiplicado por 15 desde 2001, hasta convertir a Pekín en el segundo socio comercial costarricense. Pero el núcleo es la inversión en megaproyectos, sobre todo interoceánicos. Las iniciativas de Nicaragua, Honduras y Guatemala cuentan con financiación china.

 

Más discreta, la Unión Europea tampoco ha perdido el tiempo. El próximo 1 de agosto entrará en vigor el Acuerdo de Asociación entre Bruselas y el Sistema de Integración Centroamericano. Pese a que la crisis del Viejo Continente ha reducido las expectativas, los países firmantes se están poniendo a punto para sacar el máximo provecho, según Javier Santodomingo, el jefe de la delegación de la Unión Europea para Centroamérica y Panamá.

 

Las recurrentes visitas de Ivanov deben inscribirse en este marco. Rusia es tan consciente de la importancia de la región como de la debilidad de los lazos comerciales y de inversión que le unen a ella.

 

Sin embargo, hay oportunidades. Y se están dando los pasos para explortarlas. La apertura de embajadas y delegaciones comerciales se sucede en los dos lados. En primer plano, se ubica el comercio, con la exportación de productos agrolimentarios.

 

También está el turismo, de la mano del proceso abierto en la supresión de visados. https://rusiahoy.com/internacional/2013/05/29/lavrov_esperamos_acabar_con_los_visados_con_los_paises_la_celac_28341.html Como afirma Pedro Duchez, director del Instituto Guatemalteco de Turismo, se busca llamar la atención combinando el interés por el clima tropical y la cultura maya. En ambos casos, los países centroamericanos buscan abrir un nuevo mercado, estimulados tanto por el interés intrínseco del país euroasiático como por la debilidad de la zona euro.

 

Más relevante parece, con todo, la aportación que los productos rusos pueden hacer al crecimiento de los países de la región, afirma el ministro de Fomento, Industria y Comercio de Nicaragua, Orlando Solórzano, con acento en automóviles y maquinaria agrícola y para la construcción. Y la contribución de la inversión proveniente de la Federación. Rusia tiene interés en grandes proyectos de energía e infraestructura, sobre todo ferroviaria.

 

Al mismo tiempo, Rusia está reforzando la cooperación en campos distintos a la lucha contra el narcotráfico. Desde que se reactivaran las relaciones bilaterales, ha donado a Nicaragua autobuses y harina de trigo, se ha comprometido a construir un nuevo hospital militar y ha apoyado a los equipos de emergencias.

 

El propio Ivanov parece ser consciente, en todo caso, de la magnitud del desafío, poniendo el acento en las causas subyacentes a la producción y tráfico de drogas, como la pobreza (más del 40% en Nicaragua y Honduras). No es el único. Todos, incluido Obama, parecen querer poner las cosas en su sitio: más que con asesores militares, el narcotráfico se combate con las armas del Estado de derecho y la mejora de las condiciones de vida.

 

Mientras se perfecciona el discurso, se echan en falta, sin embargo, inversiones responsables que miren por el bien de la región sin forzar los marcos institucionales. Abrir en canal la pobreza será más complejo que concretar los proyectos interoceánicos y tirar por la borda los mapas del comercio mundial.

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