Verdugo del fútbol español, en el nombre de Alá

Kurban Berdyev, entrenador del Rubín Kazan y devoto religioso. Fuente: ITAR-TASS

Kurban Berdyev, entrenador del Rubín Kazan y devoto religioso. Fuente: ITAR-TASS

Primero fue el Atlético de Madrid, vigente campeón, y ahora el Levante. En un plazo de dos semanas el Rubín Kazan se ha ventilado a los dos representantes del fútbol español en la Europa League de fútbol. De paso, el club de la república rusa de Tatarstán alcanza los cuartos de final, el mejor resultado en competición continental de su historia. El estilo de juego sobrio y comedido del Rubín, por no decir directamente rácano y soporífero, es la extensión sobre el césped de la peculiar personalidad de su entrenador Kurban Berdyev. Puede que su estilo no enamore, ni el del equipo ni el suyo propio, pero los resultados sin duda le avalan.

Tiene fama de ser muy metódico en su trabajo y frío en el trato con los jugadores dentro del vestuario: “apenas se comunica con nosotros, al final te acabas acostumbrando”, explica resignado el español César Navas, un veterano del equipo. Pero si hay algo que caracteriza a Berdyev es su devoción religiosa. En las ruedas de prensa apenas se le puede ver la cara, pues se cubre con una gorra y habla con la cabeza gacha: siempre frases cortas y en voz baja. Nunca falta alguna referencia a Dios. Los periodistas españoles se quedaron boquiabiertos al escuchar su explicación en una conferencia en 2009, tras dar la campanada y batir al Barcelona en el Camp Nou: “Hemos ganado gracias a Alá, ha escuchado nuestras plegarias”. Berdyev, que acude regularmente a la mezquita,  celebró el título de liga de 2008 con un viaje a la Meca. Durante los partidos lleva anudado a la mano, a modo amuleto, una especie de rosario musulmán, ‘tashbi’ (ver foto). Centrocampista en sus año mozos, este turkmeno de 60 años, entrenador del Rubín desde 2001 y recién renovado hasta 2015, ha sido el artífice de los mayores éxitos de la historia club, campeón nacional en 2008 y 2009, por eso ostenta también el cargo de vicepresidente. Como en el equipo actual hay nada menos que 5 titulares hispanohablantes, nunca se separa del traductor del club, Yuri Sánchez Solano, ecuatoriano graduado en la Universidad de la Amistad de los Pueblos de Moscú.

El Rubín disputó su partido de octavos de final como local ante el Levante (victoria 2-0 en la prórroga) de nuevo en el destierro en Moscú, ante apenas dos mil espectadores y a 3 grados bajo cero. La normativa UEFA no permite cambiar dos veces de sede en la misma temporada. El Rubín disputó la primera fase de la Europa League lógicamente en Kazan, pero después se vio obligado a mudarse a la capital para la eliminatoria de dieciseisavos, pues sólo el césped artificial del estadio Luzhniki garantizaba unas condiciones mínimas practicables a mediados de febrero (pleno invierno ruso). De esta forma, salvo ‘amnistía’ de la UEFA, el club de Tatarstán está abocado a mantener su sede en el destierro de Moscú mientras dure la competición.

Lógicamente el perjuicio al club es enorme, que disputa algunos de los partidos más importantes de su historia como local a 850 kilómetros de su ciudad, en un estadio semi vacío. El destierro implica gastos de alquiler de un estadio ajeno y para subvencionar el desplazamiento de  al menos unos cientos de aficionados, sin olvidar el dinero que se deja de ingresar por taquillaje.

Al caso del Rubín hay que sumar el del Anzhi, que lleva todo el curso jugando como local también en Luzhniki sus encuentros de Europa League porque la UEFA vetó “por seguridad” la disputa de encuentros continentales en la región de Daguestán. Cuesta entender la escasa sensibilidad-flexibilidad del principal organismo del futbol europeo hacia Rusia, una injusticia, pero también una torpeza empresarial hacia un mercado emergente, pues Rusia representa junto a Turquía las esperanzas de expansión de la organización.

Zenit y Anzhi, eliminados

En sólo 7 días el Zenit ha podido terminar de tirar a la basura una temporada que comenzó con altas expectativas. El fin de semana perdió 1-0 contra el Rubín el primer partido de Liga Rusa tras el parón invernal, una derrota que le sitúa a 8 puntos del líder (CSKA) a falta de 10 jornadas para el final del campeonato. No es una distancia definitiva aún, pero sí significativa. Aunque el verdadero batacazo ha llegado en la Europa League. Pese a ganar 1-0 el encuentro de vuelta de octavos, no consiguió remontar el 2-0 de la ida y cae eliminado ante el modesto Basilea suizo, al que multiplica en presupuesto (215 millones a unos 35). El belga Witsel marcó el único gol del equipo de San Petesburgo en la eliminatoria al filo del descanso y el capitán Shirokov falló un penalti en el descuento que hubiese mandado la eliminatoria a la prórroga. También en el descuento cayó eliminado el otro representante ruso, el Anzhi de Daguestán, que perdió 1-0 ante el Newcastle inglés, al encajar un tanto en el minuto 93.

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