Imagen de la final olímpica de Sydney 2000. De rojo, el legendario Aleksander Karelin (Foto: fila-official.com
Una medida sorprendente y cuyo principal
afectado es el equipo olímpico ruso, país que históricamente ha dominado la
disciplina. Sirvan como dato las 183 medallas olímpicas cosechadas en los JJOO
de la era moderna, sin ir más lejos, 11 el pasado verano.
“Esta medida mina los principios básicos del olimpismo. No escatimaremos
esfuerzos para disuadir a los miembros del COI. Sería injusto quitar la ilusión
a millones de jóvenes que practican lucha y sueñan con ser un día campeones
olímpicos”, declaró Aleksander Zhukov, presidente del Comité Olímpico ruso. La
medida, que salvo brusco giro de guión será refrendada en septiembre, entrará
en vigor después de los JJ.OO. de Río de Janeiro 2016. A partir de entonces la
lucha grecorromana podrá competir por una plaza como deporte invitado, para la
que tendrá como rivales a: béisbol, karate, patinaje, escalada deportiva,
squash, wakeboard y wushu. “No pretendo hacer de menos, pero la lucha es
absolutamente incomparable a esos deportes, así que la decisión debería ser
favorable”, opina Zhukov. El entrenador del equipo nacional ruso de lucha, Vladimir Uruimagov, fue mucho más
allá: “El COI parece encabezado por representantes de minorías sexuales,
contrarios a la lucha por tratarse de un deporte muy masculino.Si
de verdad lo retiran del programa olímpico significará que los gays pronto
gobernarán el mundo”.
Aunque de escasa tradición en países hispanohablantes (salvo Cuba), la lucha grecorromana es un deporte vertebral en el programa olímpico. No sólo ha formado parte de los JJOO modernos en todas las ediciones desde 1904, es que ya era olímpico en los Juegos originales de la Grecia antigua (siglo VII antes de Cristo). La lucha cuenta con 177 federaciones nacionales afiliadas y otras 32 en lista de espera. En los JJOO de Londres participaron 342 luchadores de 71 países. Por cierto, que el presidente de la Federación Internacional, el suizo Rafael Martinetti, presentó esta semana su renuncia al cargo. La decisión de excluir la lucha del programa olímpico se justifica, según versión oficial, en una media ponderada en base a 39 criterios objetivos, entre ellos, cuotas de televisión, venta de entradas, número de deportistas y atracción hacia la juventud. “No se trata sólo de tradición, sino también progreso”, esgrimió uno de los miembros del comité, el alemán Tomas Bach. En su batalla por convencer al COI de dar marcha atrás, Rusia contará con aliados como Japón, Turquía, Irán o Cuba, donde la lucha es también un deporte popular.
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La razón extraoficial para la decisión es que el COI quiere aligerar el número de deportistas en los JJ.OO. sin perder universalidad, así que en la mencionada reunión del comité ejecutivo se votó la eliminación de un deporte a elegir entre taekwondo, pentatlón, hockey hierba y lucha. Entonces entraron en la ecuación motivos políticos y económicos. Por ejemplo, el taekwondo cuenta con el respaldo de la empresa Samsung, uno de los sponsors preferentes del COI, de nacionalidad coreana, país que domina la disciplina con mano de hierro (dobla al segundo en el medallero histórico). Por su parte, el pentatlón tiene un poderoso padrino en el hijo del ex presidente del COI, el barcelonés J.A. Samaranch (júnior), vicepresidente de la federación internacional de dicho deporte. Así que la votación se dirimió entre el hockey y la lucha, con el conocido resultado.
Rusia ha sido y es la mayor potencia mundial en lucha grecorromana. Acumula
183 medallas olímpicas (93 de oro), divididas de la siguiente forma: 116 como
URSS, 16 como Equipo Unificado (el que compitió en Barcelona ’92) y 51 como
Rusia.
Rusia ha sido y es la mayor potencia mundial en lucha grecorromana. Acumula 183 medallas olímpicas (93 de oro), divididas de la siguiente forma: 116 como URSS, 16 como Equipo Unificado (el que compitió en Barcelona’92) y 51 como Rusia. La lucha grecorromana es sin duda uno de los pilares del medallero ruso, junto al atletismo (292) y la gimnasia (237). Detrás de estos números en frío se esconden leyendas, quizá la mayor la del siberiano Aleksander Karelin (Novosibirsk, 1967), que se mantuvo invicto durante 13 años (1987-2000), en los que se proclamó 3 veces campeón olímpico en la categoría reina, la de más de 120 kilos. Karelin ostenta el curioso honor de haber sido tres veces abanderado del equipo olímpico de su país: como URSS en 1988, como CEI en 1992 y como Rusia en 1996. Su mote de ‘Oso Siberiano’ contrastaba con su fama de hombre cultivado (licenciado universitario) y siempre educado en competición. Se granjeó el respeto de sus rivales hasta el punto de que cuando la economía rusa se desmoronó en los 90 algunos le enviaron material deportivo y dinero a casa para que pudiese seguir entrenando. Esta y otras leyendas del olimpismo corren el riesgo de caer en el olvido si el COI ratifica en septiembre su decisión de apartar la lucha grecorromana del programa. El deporte ruso se juega mucho.
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