Tolstói y Gandhi: cartas de paz

Fuente: wikipedia

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Mientras el joven abogado Mohandas Gandhi luchaba contra la injusticia en Sudáfrica, supo de las doctrinas de Lev Tolstói sobre la resistencia no violenta ante el mal, lo que tuvo un gran impacto en la formación de su filosofía de "satyagraha".

El concepto de no responder al mal con mal fue el arma pacífica de Gandhi en su lucha contra el dominio británico. En un interesante giro de la historia, Tolstói a su vez recibió inspiración en el desarrollo de su doctrina de la no violencia tras conocer de cerca la cultura india durante sus años de estudiante en la Facultad de Filosofía Oriental en la Universidad de Kazán. 

Achala Moulik, investigador indio y autor del libro "A Hundred Years of Leo Tolstoy & The Indian Connection" (Cien años de Lev Tolstói y la conexión india), escribe sobre Tolstói: "Toda su vida buscó inspiración en las civilizaciones antiguas para vivificar el futuro de la humanidad". Y de este modo, el escritor y filósofo ruso desempeñó un papel crucial no solo en sus tiempos, sino que también dejó un legado imperecedero para el futuro. 

La correspondencia entre Tolstói y Mahatma Gandhi es una parte inalienable de la valiosa herencia cultural y espiritual que rusos e indios pueden hoy admirar y apreciar.


León Tolstói. Fuente: wikipedia

 La comunicación entre los dos pensadores, que se prolongó durante años, empezó en 1908, cuando Tarakuatta Das, editor de la revista "El Indostán libre", se dirigió a Tolstói para pedirle que, en calidad de escritor influyente, expresase su opinión sobre la difícil situación que vivía la India. 

Tolstói respondió con su famosa "Carta a un hindú". Gandhi se interesó por el artículo y le escribió. En aquella época, Gandhi aún era un abogado desconocido que trabajaba en Sudáfrica, y Tolstói se había convertido ya en un eminente escritor y filósofo. A pesar de esta diferencia, los dos se sintieron espiritualmente cercanos desde las primeras cartas. 

Según Gandhi, cuando leyó por primera vez las obras de Tolstói, lo impresionaron tanto que cualquier otro libro le parecía "insignificante en comparación con la independencia de pensamiento, profundidad moral y sinceridad de Lev Tolstói". 

Cuando Gandhi le mandó a Tolstói su libro "Hind Swarai o la Autonomía de India", el escritor ruso se quedó tan impresionado por las ideas que expresaba que sintió un ardiente deseo que entablar correspondencia con el autor y compartir sus pensamientos y opiniones con su amigo indio. 

Tolstói escribio sobre Mahatma Gandhi en su diario: "Lo siento muy cercano a mí, a nosotros. Cree que la resistencia más poderosa es la resistencia pasiva". Probablemente Tolstói dijo esto teniendo en mente las ideas de Gandhi sobre la delicadeza y la humildad que son una parte inseparable de la mentalidad ortodoxa rusa. 

Lo más sorprendente de todo es que una persona de un contexto cultural y religioso tan diferente expresase precisamente estos conceptos, tan profundamente enraizados en la cultura rusa. Pero puede que el entrelazamiento de estas ideas sea una de las pruebas de que las culturas están mucho más próximas de lo que parece y que los valores morales básicos son los mismos a pesar de todas las infracciones políticas o sociales. 

Si volvemos atrás en el tiempo a la época de Tolstói y Gandhi, veremos que fueron tiempos difíciles para ambos países. Rusia había quedado devastada por la I Guerra Mundial y la guerra civil. 

Por su parte, India sufría bajo el dominio británico y el pueblo indio no podía resistir más. En resumen, para ambos países era un momento de rabia y protestas contra el gobierno y contra la opresión. Y con toda la razón. 

Pero toda acción de protesta es ambivalente. Como una moneda, tiene su cara y su cruz: aparte de la gloria de la victoria y la independencia, hay violencia, destrucción, muerte de personas inocentes. Gandhi y Tolstói pertenecían al reducido grupo de los que eligieron la senda de la lucha incruenta en un tiempo en el que no mucha gente era capaz de desoír el instinto de agresión y optar por la resistencia pacífica. Pero tampoco es que haya mucha gente así hoy en día. 

Volviendo a nuestros tiempos, plagados de conflictos militares que a menudo surgen por cuestiones más que dudosas, con gran abundancia de armamento y completa falta de humanidad, quizá es el momento de recordar el legado único de Gandhi y Tolstói: amor, paz y no violencia, y tratar de convertir a los compañeros de armas en simples compañeros. 

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