Fuente: Stefania Zini
En Yakutia se denomina jomus a este instrumento, similar a un arpa de boca o guimbarda. Es el instrumento musical más popular: lo tocan todos, mujeres, hombres, ancianos, jóvenes y niños. Según el refrán, todo yakuto moderno debe tener un jomus como compañero; si alguien no lo tiene, significa que ha olvidado sus raíces. Una de las tantas leyendas sobre su origen asegura que los yakutos siempre lo han utilizado.
Sin embargo, este pequeño instrumento, que generalmente mide pocos centímetros, no es de ningún modo exclusivo de Yakutia. Galileo Galilei lo cita en sus obras, Pedro el Grande lo apreciaba y Abraham Lincoln era un experto tañedor: quizá sea uno de los instrumentos musicales más difundidos del mundo. Se conoce en más de 200 países y se fabrica con bambú, madera, hueso o hierro. También tiene nombres muy diversos: "vargan" en Rusia, "trump" en inglés, "marranzano" o "scacciapensieri" en Italia, "guimbarda", "trompa" o "arpa de boca" en español.
En Yakutsk, capital de Yakutia, existe un museo enteramente dedicado al jomus. Está entre los 100 primeros del mundo por la exclusividad de su colección. El museo cuenta con 1342 jomus procedentes de 45 países y tiene en sus fondos 8000 más. Expone el jomus más pequeño del mundo, de apenas un centímetro, y el más grande, de 98. El investigador estadounidense Federick Crain donó al museo la totalidad de su colección de 595 instrumentos. El museo fue iniciativa del virtuoso del jomus Iván Alexéev y nació en 1990, precisamente el 30 de noviembre, fiesta nacional del jomus den Yakutia y otros países.
Se ofrece a continuación una entrevista con Iván Alexéev, músico de jomus, y con el director del museo del jomus, Nikolái Shishigin.
¿Cuándo y dónde nace el jomus?
Alexéev: Quizá en Asia Central hace 2.500 años, en diferentes sitios a la vez. Crain cree que surgió hace 5000 años. No se encuentran referencias al instrumento ni entre los mayas ni en Egipto, sí que las hay en Europa, en Rusia, en Mongolia y Uzbekistán. En 1992 se encontraron dos instrumentos de hace más de mil años en Japón, donde el jomus fue muy popular hasta el XVIII. Después el emperador lo prohibió, porque se usaba para criticar la política imperial. De hecho, un tañedor experto de jomus puede hablar mientras toca música, emitiendo lo que se llama "palabras acústicas":
¿Qué se siente al tocar el jomus?
A.: Tocar el jomus tiene una función espiritual. Su música genera pensamientos, pero no como los reales y cotidianos, sino otros, transmitidos a través de los siglos. Además, es terapéutico: se utilizaba para curar el estrés y otras enfermedades. También tiene una función estética, ya que, si está fabricado artesanalmente, el jomus tiene una hermosa forma. Entre el artesano y el instrumento se instaura un diálogo que luego continúa quien lo toca.
Shishigin: Este pequeño instrumento hace de puente entre pueblos con lenguas y culturas muy diferentes. Sucedió una vez que mi hermano Spiridon, virtuoso del jomus, emitió palabras acústicas en yakuto mientras tocaba y otros músicos, que no sabían yakuto, fueron capaces de reproducirlas.
El jomus es una máquina del tiempo: cuando toco, mi jomus emite la música de mi alma. Por esto he preparado un vídeo que legaré a mi hijo para que lo vea después de mi muerte. Lo saludo y le digo: "Ahora coge mi jomus y toca". Yo apoyo los labios sobre el instrumento, él apoyará los suyos y nuestras almas se unirán de nuevo.
Además, es el único instrumento que se encuentra en el espacio: se lo llevó consigo un astronauta ruso.
¿Hay partituras? ¿Quién compone la música para el jomus?
A.: Conozco las notas, pero no las escribo y no sigo partituras cuando toco. Por lo general improviso, aunque siempre respeto uno de los cinco estilos de referencia. Existen composiciones clásicas, pero solo tienen una partitura acústica.
Por su parte, los "jomunistas" europeos sí usan notas escritas. Un caso curioso. En Austria, en el XIX, Karl Oenshtein, un virtuoso del jomus, tocaba a la vez 16 instrumentos, con 16 tonalidades diferentes. Él sí escribía la música. Pero a los 30 años se quedó sin dientes y ya no pudo seguir tocando. Entonces, decidió cambiar de instrumento y se convirtió en un famoso violinista.
¿Cómo fabrica un jomus un artesano?
A.: Hay que percibir su ánimo, estudiar su voz y, finalmente, escoger la intensidad del fuego necesaria para forjar el metal y obtener el timbre musical adecuado. Después, el artesano impone silencio para conservar el recuerdo del tono de voz del "jomunista".
Él mismo trabaja sin abrir la boca. Solo cuando sale el sol y el artesano termina su trabajo fijando la lengüeta al cuerpo del jomus, dirigiendo el instrumento hacia el sol, pronuncia las primeras palabras: "Se ha producido la unión con la naturaleza".
¿Cómo y cuándo comprendisteis que el jomus era vuestro destino?
A.: Fue en 1953, yo era un niño y oí por la radio tocar a un virtuoso. Era ya el final de la melodía, pero bastaron pocos segundos de música para dejarme fascinado. Desde entonces, el jomus forma parte de mí.
S.: Yo era maestro de escuela. Muchos sabían que mi hermano Spiridon era músico y me pedían que tocase. Nadie se creía que yo no era capaz. Spiridon me regaló un jomus y empecé a tocar, hasta que un día toqué en un concierto.
Al final de la ejecución, el público se mostró entusiasta: a mí se me subió a la cabeza y creí tener las mismas capacidades que mi hermano. Entonces le pregunté a Alexéev, que estaba presente, si había tocado bien. Tras una pausa, me respondió: "Hay algo en tu música que recuerda a Spiridon". Evidentemente, no le había gustado. Entonces grabé una de mis ejecuciones y, al escucharme, entendí que mi música no era solo una mezcolanza de sonidos. Puedes no ser un virtuoso, pero una vez que unes tu vida al jomus, empiezas a pensar solo en su música y no logras ya vivir sin ella.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: