Mishutin destacó que, "por ejemplo, Emiratos
Árabes, Bielorrusia, Andorra, Kazajistán, Bulgaria y otros países tienen
tarifas más bajas que Rusia".
"El caso es que nuestra
política fiscal y la gestión impositiva durante los últimos diez años es
previsible, estable y competente en relación con otros países, y tienen
no sólo carácter fiscal, sino también incentivador", apuntó.
El funcionario subrayó que "lo realmente importante es crear unas
condiciones dignas, cómodas y competentes para el cumplimiento de sus
obligaciones, principalmente, por parte de los contribuyentes rusos".
Al respecto, el presidente de la principal caja de ahorros rusa,
Sberbank, y exministro de Economía, German Gref, aseguró que "la
estabilidad financiera y política es un factor crucial a la hora de
elegir un país, no sólo por parte de inversores, sino también por
figuras del arte y la cultura".
"Creo que, si el resto de
estructuras lograran tales progresos como en política fiscal, habría
colas para obtener la ciudadanía de nuestro país", subrayó.
El
politólogo Vladímir Mai cree que, al contrario que al final de siglo XX
tras la caída de la URSS, cuando Europa era "una isla de estabilidad",
ahora es "precisamente Rusia la que es estable y previsible".
"Hay países donde las condiciones se consideran más favorables. Pero en
Rusia se puede hablar del atractivo de la política fiscal. Sorprendía
que muchos inversores extranjeros, deportistas, estrellas del
espectáculo no se apuraran a convertirse en residentes fiscales rusos",
señaló.
Sea como sea, el ministro de Economía de Rusia, Antón
Siluánov, pronosticó recientemente que la fuga de capitales del país
ascendería a 65.000 millones de dólares (49.084 millones de euros) en
2012, en gran medida debido a la falta de reformas.
Depardieu,
que recibió la ciudadanía de este país por decreto del presidente,
Vladímir Putin, y anunció hoy que residirá en un pueblo ruso, decidió
renunciar a la francesa y trasladar su domicilio fiscal a Bélgica debido
a la decisión de París de elevar al 75 % los impuestos a los más ricos.
En su momento, su decisión fue tachada de "mezquina" por el primer
ministro francés, Jean-Marc Ayrault, lo que indignó a Depardieu, quien
reaccionó anunciando su voluntad de renegar de la ciudadanía francesa.
Depardieu aseguró hace unos días que no reconsideraría su decisión
después de que el Consejo Constitucional francés rechazara esa medida,
anunciada por Hollande durante la campaña electoral e incorporada al
presupuesto para 2013.
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