Mientras, España, Japón y Corea, que han
presentado varias candidaturas olímpicas en la última década, se
benefician aún de los frutos de su trabajo y también serán sede de un
alto número de competiciones en años venideros.
Pero Rusia se
llevará la palma a partir de 2013. Sochi acogerá desde este enero varias
copas del mundo de deportes de invierno para poner a prueba sus
instalaciones olímpicas. En la temporada estival, Moscú organizará la
Copa del Mundo de rugby a siete y una de la principales citas del año,
los Mundiales de atletismo al aire libre.
La ciudad de Kazán se unirá a la fiesta con la Universiada de Verano, que reunirá a participantes en 27 deportes.
Rusia vuelve, además, al circuito europeo de golf con el Masters Ruso
que se disputará en julio, con sede y dotación por designar.
En 2014 Moscú organizará los Mundiales de Piragüismo y de Judo, pero ese
año será sobre todo el de los Juegos de Invierno de Sochi, donde se ha
levantado de la nada, a orillas del Mar Negro, un Parque Olímpico de
clase superior -solo el hockey hielo dispone de tres estadios- y donde
las cercanas montañas de Krasnaya Polyana han visto crecer nuevas
estaciones, remontes, carreteras y vías de tren para acoger las pruebas
de nieve.
Ese mismo año y también en Sochi, la disputa de un
Gran Premio de Fórmula Uno marcará un hito para el deporte ruso, que
nunca ha afrontado un reto similar. El acuerdo se extiende hasta 2020,
con el Parque Olímpico como circuito.
Precisamente la Fórmula
Uno es un exponente claro de cómo los países emergentes se han ido
haciendo hueco en el mapa deportivo. El calendario del Mundial así lo
demuestra, con carreras en Malasia, China, Bahréin, Singapur, Corea,
Japón, India y Abu Dhabi.
Más adelante, Rusia será la sede en
2015 de los Mundiales de Natación en Kazán, en 2016 de los de hockey
sobre hielo (Moscú y San Petersburgo) y en 2017 de la Copa de las
Confederaciones de fútbol, preparatoria del gran Mundial de 2018. Todo
ello sin mencionar campeonatos europeos, que también tiene para
repartir.
El miembro del COI Juan Antonio Samaranch jr., que
pertenece a la Comisión de Coordinación de los Juegos de Sochi,
considera a Rusia un ejemplo de territorio "que ha decidido utilizar el
deporte como vía de desarrollo del país".
"Rusia, como Brasil,
China, Corea o Turquía, están aquí para quedarse. Pero cuando esta
irrupción se estabilice, habrá una convivencia de las nuevas fronteras
deportivas con las tradicionales", aventuró.
"Claro que hay
que abrir el mapa para ayudar al desarrollo de otros países, pero los
Juegos de Londres del pasado verano", opina Samaranch, "ofrecieron una
lección maravillosa: conviene de vez en cuando volver a los viejos
lugares. Los atletas tuvieron en Londres una experiencia inigualable,
disfrutaron de la ciudad como nunca".
En la Europa del Este,
otro país que se destaca junto a Rusia por su afán organizativo es
Polonia, que en 2013 tendrá los Mundiales de cross (Bydgoszcz) y los de
voley playa (Stare Jablonki) y en 2014 los de atletismo bajo techo
(Sopot) y el masculino de voleibol. Más allá, en 2017, organizará los
Juegos Mundiales, para disciplinas no olímpicas.
Turquía lleva
ya un par de temporadas en las que, con la vista puesta en su
candidatura a los Juegos Olímpicos de 2020, ha organizado o pedido todo
tipo de acontecimientos. En 2013 le esperan los Juegos del Mediterráneo,
en Mersin, y el Mundial sub-20 de fútbol, a los que se unirán en 2014
los Mundiales de Gimnasia Rítmica, en Izmir, y el femenino de
baloncesto.
En 2013, además, entrará en el circuito europeo de
golf con uno de los torneos mejor dotados del año, el Abierto de
Antalya, que repartirá siete millones de dólares en premios en
noviembre. El contrato es por tres años.
Estambul ha acogido
el Masters femenino de tenis desde 2011. Seguirá haciéndolo en 2013 y a
partir de 2014 optan a su quedárselo cuatro ciudades: Kazán (Rusia otra
vez), Singapur, México y Tianjin (China).
Fuera de Europa,
Brasil es el gran foco de atracción para las federaciones deportivas.
Sede, como Rusia, tanto del Mundial de Fútbol (2014) como de los Juegos
Olímpicos (Río 2016), el país sudamericano calentará motores en 2013 con
los Mundiales de Judo, también en Río, y la obligada Copa de las
Confederaciones. En 2015 repetirá Mundiales de judo, pero en Sao Paulo.
Será entre 2014 y 2105, con las obligadas competiciones de prueba para
los Juegos, cuando se vuelque en la organización de todo tipo de
disciplinas.
En Oriente Medio, Catar podrá compensar sus dos
frustraciones olímpicas con los Mundiales de Natación en piscina corta
de 2014 (Doha), el Mundial de Balonmano de 2015, los Mundiales de
Ciclismo en ruta (Doha) y, a largo plazo, un premio gordo, el Mundial de
Fútbol de 2022, precedido por el torneo de las Confederaciones.
Emiratos Árabes Unidos albergará el año que viene el Mundial sub-17 de fútbol.
España, que ahora centra sus esfuerzos en la candidatura de Madrid a
los Juegos de 2020, organizará en los dos próximos años cinco mundiales
que tenía ya concedidos: balonmano y natación (Barcelona) en 2013 y
ciclismo en ruta (Ponferrada), baloncesto, vela (Santander) y tiro
(Granada) en 2014. La ciudad andaluza acogerá, además, en 2015 la
Universiada de Invierno. Y Tarragona será la sede de los Juegos
Mediterráneos de 2017.
La coincidencia de la crisis económica y
las cada vez más exigentes condiciones impuestas por el COI para
organizar los Juegos Olímpicos han reducido a tres ciudades, Madrid,
Estambul y Tokio, las candidaturas para 2020. Es el número más pequeño
desde 1988. El 7 de septiembre de 2013 se sabrá cuál de ellas clava su
bandera en el mapa deportivo del futuro.
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