Otros cuatro tripulantes del Tupolev de
fabricación rusa, que voló a Moscú procedente de la República Checa y
que no transportaba pasajeros -el comandante, el segundo piloto, el
ingeniero y una de las azafatas- fallecieron en el accidente.
Mientras, otros tres tripulantes que viajaban en el aparato siguen
ingresados en diferentes hospitales de Moscú, dos de ellos en estado
grave.
Un experto del grupo operativo que investiga las
circunstancias del accidente reveló a la agencia rusa Interfax que la
causa más probable del siniestro fue el fallo de todos los sistemas de
frenado del avión.
"Tras el aterrizaje, los pilotos pusieron
en marcha todos los sistemas de frenado disponibles en el avión, según
datos preliminares, pero el aparato no frenó y continuó el avance.
Seguramente habrán fallado los frenos o el sistema de empuje inverso",
explicó la fuente.
En las imágenes de la televisión rusa se
pudo ver cómo el Túpolev se partía en tres partes tras colisionar y
derribar la valla que separa las instalaciones del aeropuerto de la
autopista Kíevskaya de la capital rusa.
La cabina del avión
cayó sobre la calzada de la autopista ante el asombro de los conductores
que circulaban a esa hora a la altura del aeropuerto.
Según
las agencias rusas, durante los últimos dos meses dos accidentes
similares ocurrieron con aparatos de la aerolínea "Red Wings" que se
salieron de las pistas de aterrizaje, aunque no hubo que lamentar ni
muertos, ni heridos.
Precisamente, la agencia de aviación de
Rusia, Rosaviatsia, informó hoy que había enviado el viernes una carta a
la corporación Túpolev en la que llamaba la atención sobre los
problemas detectados en los sistemas de freno de los Tu-204.
El Túpolev accidentado tenía apenas 4 años y unas pocas semanas de
antigüedad, según las fuentes consultas por la agencia oficial
RIA-Nóvosti.
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