Brahimi, quien llegó hoy a Moscú para
mantener consultas con la Cancillería rusa, llamó a la comunidad
internacional a aunar fuerzas y ayudar a las partes en conflicto a
normalizar la situación, según las agencias locales.
"En Siria
debe ponerse en marcha un proceso político estable (...) Ésta es la
primera alternativa. La segunda alternativa sólo puede ser la
'somalización' de Siria y las consecuencias en tal caso son fáciles de
imaginar", dijo.
El mediador internacional advirtió sobre la gravedad de la situación bélica en torno a Damasco.
"Si en Damasco estalla el pánico y un millón de personas abandonan la
ciudad, sólo pueden marcharse a dos lugares: o Líbano o Jordania. Ni
Líbano ni Jordania pueden acoger a medio millón de personas cada uno",
señaló.
Añadió que la base del arreglo político del conflicto
deben ser los acuerdos de Ginebra de junio pasado en los que la
comunidad internacional apostó por impulsar la creación de un Gobierno
de transición.
"El tiempo pasa y, posiblemente, tengamos que introducir pequeños cambios en los acuerdos de Ginebra", dijo.
Por su parte, Lavrov aseguró hoy que no es posible convencer al presidente de Siria para que deje el poder.
"(Al Asad) Ha repetido públicamente y en privado (...) que no tiene
intención de marcharse, que permanecerá hasta el final en su puesto. No
hay posibilidad de modificar esa postura", afirmó.
Lavrov
abogó por el retorno a Siria de la misión de los observadores de la ONU,
cuya salida consideró un grave error, con un notable incremento en su
número de efectivos para supervisar el alto el fuego.
Además,
dejó entrever que Moscú podría aceptar el envío de cascos azules al
país, aunque sólo si cesa la violencia y si lo aceptan todas las partes
en conflicto.
Lavrov subrayó que Rusia y Brahimi coinciden en
que aún hay tiempo para el arreglo político pese al agravamiento de la
confrontación militar en el país árabe y culpó a la oposición en el
exilio de obstaculizar el arreglo.
El jefe de la diplomacia
rusa criticó el empecinamiento de la Coalición Nacional para las Fuerzas
de la Revolución y la Oposición Siria (CNFROS) en buscar el
derrocamiento de Al Asad y en negarse a dialogar con las autoridades.
El presidente del CNFROS, principal grupo de la oposición en el
exilio, George Sabra, dijo hoy que no hablarán con Rusia mientras Moscú
no cambie su postura de apoyo al régimen de Bachar al Asad
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: