Fuente: Kinopoisk.ru
Hace seis meses se estrenó en Rusia la comedia ¿Qué pasa con Bob?. En la cinta de Frank Oz, un psiquiatra recomienda a Bill Murray, en la piel de un neurótico insoportable, que lea su famoso libro de autoayuda: Baby Steps. En el grueso volumen se desarrolla una teoría muy sencilla, que podría resumirse en algo así como: la única manera que tiene el ser humano de avanzar es marcándose cada día tareas sencillas, es como dar "pasitos de bebé". No hay nada más tonto que tratar de buscar sabiduría en una comedia insustancial, pero el consejo del pedante Dr. Marvin no es tan malo, en la práctica funciona.
De hecho, la distribución cinematográfica en Rusia es tan inmadura como un bebé. Aún se carece de un sistema de clasificación que valore la carga de violencia, las escenas de sexo o el lenguaje potencialmente ofensivo de las películas. En este campo está todo por hacer.
"El Instituto de Cine más prestigiosa del país, VGIK, ha llegado a un acuerdo con el Ministerio de Cultura en el que los ganadores del Festival Internacional de Cinematografía reciban el apoyo financiero necesario para producir un largometraje inédito".
Este año la película de animación Ice Age 4: la deriva continental se estrenó en 2.090 salas de todo el país, batiendo un récord inesperado. En el 2011, Piratas del Caribe: En mareas misteriosas, llegó a 1.716 salas. ¿Qué pasa con Bob?, y su pasitos de bebé, le queda todavía mucho por caminar para alcanzar las cifras que ha logrado en el cine norteamericano…
Sin duda, el 2013 pronostica un futuro de récords, tal y como lo anuncian las dos operaciones importantes que acaban de firmarse este mes de diciembre. La primera ha sido la fusión de dos grandes redes de salas de cine, Formula Kino (6.ª en el mercado por cantidad de salas) y Kronverk Cinema (4.ª en el mercado). La nueva empresa operará 254 salas en Rusia y Ucrania, mientras que su competidor directo, Cinema Park ocupa una posición de liderazgo con 272 salas. No menos sonada fue la noticia de la compra por parte de Paul Heth de un paquete de acciones de Karo Film, que hasta hace poco ha sido la segunda red de salas más grande del país.
Paul Heth es una de las figuras clave de la historia actual del cine ruso. En 1996 abrió en Moscú la Kodak KinoMir, la primera sala de cine en Rusia con sistema de sonido Dolby Digital. En el 2002 fundó una cadena de salas de cine Kinostar Delux, para con el tiempo crear Cinema Park, la mayor cadena de salas de cine en Rusia. El hecho de que Paul Heth durante más de una década haya progresado en el mercado de servicios que existe alrededor del séptimo arte, demuestra que el sector tiene futuro.
El ritmo de crecimiento de la industria cinematográfica no solo ayudará a paliar la conocida falta de salas de cine en muchas ciudades de Rusia, sino que además también traerá consigo una renovación tecnológica (para aquellos a los que ya no les sorprende el 3D, los ingenieros coreanos han inventado un nuevo entretenimiento). No hace mucho, en los multicines moscovitas Cinema Park DeLuxe se abrió la primera sala del país equipada con el sistema 4DX, que tiene la característica de afectar a todos los sentidos al mismo tiempo, mientras uno ve una película.
En el mercado de las empresas de producción cinematográfica la cosa sin embargo va mucho más lenta. En el año 2011, entre las 10 películas que generaron mayores ingresos, tres eran producción rusa. Sin embargo, la película rusa más taquillera de 2012, DujLess, no ha figurado ni entre las veinte primeras en la clasificación general. Quizás sea esta la razón por la que últimamente se habla mucho de los cambios que surgirán en las ayudas públicas que se destinan a la producción cinematográfica.
A las ayudas que otorga el Fondo Federal para el Apoyo Social y Económico al Cine Nacional, se sumarán el año próximo, las subvenciones del Ministerio de Cultura, que dará prioridad a proyectos audiovisuales que tengan un impacto social significativo. Además, el Instituto de Cine más prestigiosa del país, VGIK, ha llegado a un acuerdo con el Ministerio en el que los ganadores del Festival Internacional de Cinematografía reciban el apoyo financiero necesario para producir un largometraje inédito. Esta es, sin duda es la mejor noticia del año.
Mientras tanto, los talentosos cineastas rusos siguen soñando con Hollywood. Allí, prácticamente asentado en Los Ángeles, se encuentra el director de cine, Timur Bekmambetov. Tras sus pasos por conquistar "el sueño americano", el productor de Stalingrado, Alexánder Rodnianski, ha creado un fondo de inversión con Geyer Kosinski (el agente de Angelina Jolie) de 120 millones de dólares, con el que ha financiado la producción de seis largometrajes, entre ellos: el drama de Billy Bob Thornton El coche de Jayne Mansfield, y dos de los proyectos de Robert Rodríguez, Machete y La ciudad del pecado.
El sueño del éxito también lo comparten otros cineastas rusos que trabajan en Rusia. Cada año son más numerosas las muestras y eventos cinematográficos, entre los que destacan, el Festival de Cine Internacional de Moscú y el Festival Kinotavr. Los expertos subrayan el interés creciente por el cine ruso que demuestran las empresas distribuidoras extranjeras que acuden a los mercados de cine, un punto de atracción útil para los exportadores y para quienes buscan proyectos cinematográficos.
De momento no hay motivo para la euforia. El sector cinematográfico está en una fase incipiente, todavía queda mucho por hacer. Pero no hay por qué correr. Sean pues bienvenidos los ´pasitos de bebé´, siempre que no sean hacia atrás.
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