El deshielo del Ártico aumenta la actividad económica en la zona

El calentamiento global ha propiciado una competición por los recursos en el Norte del planeta, en particular petróleo, gas y derechos sobre lucrativas rutas marítimas. Fuente: Press Photo

El calentamiento global ha propiciado una competición por los recursos en el Norte del planeta, en particular petróleo, gas y derechos sobre lucrativas rutas marítimas. Fuente: Press Photo

A medida que se derrite el hielo del Ártico van surgiendo oportunidades de aumentar la actividad económica en la región, y este cambio no ha pasado desapercibido para las potencias locales.

Entre 2006 y 2009, los cinco países que tienen fronteras directas con el océano Ártico (Canadá, Dinamarca, Noruega, Rusia y EEUU) adoptaron estrategias nacionales para el desarrollo de la región ártica. Los otros tres países que tienen partes de su territorio más allá del Círculo Polar Ártico (Suecia, Finlandia e Islandia) no tardaron en seguirlos. Hoy en día, incluso países situados a gran distancia del Ártico, como China e India, son cada vez más activos en esa parte del mundo. Este diciembre, el Consejo Ruso de Asuntos Internacionales (RIAC) presentó una propuesta para una hoja de ruta de cooperación en el Ártico,

Según Andréi Zagorski, responsable del proyecto ártico de RIAC, hay muchas razones de peso para el desarrollo económico de la región y la primera es la energía. "Las enormes reservas energéticas son probablemente la razón más importante para el desarrollo económico de la región", afirmó Zagorski. "Los elevados precios de la energía y los avances tecnológicos hacen que la extracción de petróleo y gas en la región sean potencialmente rentables".

Según algunos cálculos, el 58% de los hidrocarburos suboceánicos del mundo están en el Ártico y la creciente demanda energética ha llevado la atención global a la región. Los principales representantes de las industrias del gas y el petróleo, incluyendo Shell, Statoil, Total, Gazprom, Rosneft y BP tienen ya ambiciosos planes para el Ártico.

Al irse fundiendo el hielo, se han abierto gradualmente rutas marinas de mercancías a través del Ártico, entre los océanos Atlántico y Pacífico. La ruta del Mar del Norte recorre la costa norte de Rusia y sigue siendo la ruta marina más corta entre Asia y Europa, mientras que el Paso del Noroeste es una ruta que recorre la costa septentrional de América del Norte.

La división rusa de Gazprom ya ha empezado a utilizar el Paso del Noreste para exportar gas natural licuado (LNG) a Japón. PricewaterhouseCoopers informó de que esta ruta puede absorber hasta un 1% del billón de dólares que supone el comercio entre EEUU y Asia.

La ley del mar

La reciente accesibilidad de los recursos árticos ha planteado el problema, congelado hasta la fecha, de a quién pertenece el Ártico. La Convención de la Plataforma Continental de 1958 y la Convención de las Naciones Unidas de 1982 sobre Leyes Marinas determinaron que los países tienen derecho a una zona de aguas territoriales de 12 milla náuticas desde la costa y exclusividad económica en una zona de 200 millas.

En una zona económica exclusiva, un país tiene derechos soberanos para la explotación de recursos naturales. Las naciones también pueden reclamar como derecho exclusivo la explotación de los recursos submarinos en una franja de lecho oceánico de hasta 350 millas náuticas a partir de sus costas, si pueden probar que es una prolongación del continente.

Rusia y Noruega ya han reclamado su derecho a extender su plataforma continental hacia la región del Ártico, mientras Canadá y Dinamarca se preparan para ello en la actualidad.

Aunque la mayor parte de los recursos naturales están situados en áreas indisputables, como zonas económicas exclusivas y plataformas continentales, algunas otras podrían estar situadas en mar abierto y disponibles para su exploración por parte de otros países.

Otro asunto que podría dar lugar a disputas es la jurisdicción de las rutas marítimas. Tanto Rusia como Canadá han reivindicado ya que sus pasos marítimos por el norte son rutas históricas que deben permanecer bajo jurisdicción nacional y no internacional. El control nacional de estas rutas no impediría que las utilizasen barcos de otros países, pero tendrían que avisar con antelación a las autoridades del país para obtener permiso.

La falta de claridad en los derechos territoriales y económicos del Ártico es parte de lo que estimula a los países a desarrollar sus actividades en la región.

Por lo que respecta a las naciones con frontera en el Océano Ártico, a la adopción de estrategias en la zona han seguido otras actividades legales, simbólicas, económicas y militares. En 2007, submarinos rusos colocaron una bandera nacional en el lecho marino bajo el Polo Norte.

Canadá, Noruega y Rusia han anunciado la modernización de sus fuerzas militares en el Ártico, y Dinamarca está creando su propio Comando Ártico. Sin embargo, según afirma Zagorski, "Apenas hay lugar para competiciones en materia de seguridad en la zona. Todos los países se beneficiarán más de la cooperación y son precisamente las duras condiciones en el Ártico las que la fomentan".

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