Debido a su permeabilidad ante la lluvia y la
nieve, el edificio se ha inclinado sobre una de sus esquinas, lo que
está afectando peligrosamente su revestimiento exterior, aseguró hoy en
rueda de prensa Olga Galanicheva, arquitecta del proyecto.
Debido a la falta de impermeabilidad, en varias partes del mausoleo
incluso se ha concentrado agua, y las dos letras "N" de la palabra
"LENIN" inscrita sobre la entrada están a punto de caerse, según el
diario "Moskovski Komsomolets".
Por todo ello, los trabajos de
reparación se centrarán principalmente en recuperar la homogeneidad de
los cimientos del edificio y su impermeabilidad.
"Nuestra
misión es conservar el suelo (bajo el edificio) para prevenir futuros
cambios en la construcción. Estoy seguro de que para abril habremos
terminado el trabajo", dijo Stanislav Kriuner, subdirector de la
compañía Ateks, encargada del proyecto.
Es la primera vez que
el mausoleo de Lenin es sometido a trabajos de reparación a gran escala,
aunque los arquitectos insistieron en que no se trata de la
reconstrucción del inmueble.
Durante la reparación el mausoleo
de mármol rojo será cubierto por un carpa con forma de cúpula con el
fin de no alterar mucho el paisaje de la plaza Roja, el centro
histórico, político y turístico del país.
El portavoz del
Servicio de Seguridad del Kremlin, Serguéi Deviátov, aseguró que la
momia de Lenin no será trasladada a otro lugar durante las obras, ya que
éstas se centrarán en la reparación de la fachada y el exterior del
edificio.
"El estado del cuerpo de Lenin es más que
satisfactorio. En febrero están previstos trabajos de mantenimiento del
cuerpo de Lenin que serán realizados en el interior del mausoleo", dijo.
El mausoleo ya cerró sus puertas a mediados se septiembre para que
los ingenieros pudieran evaluar la gravedad del estado del edificio de
mármol y granito.
"Tanto desde el punto de vista de la
seguridad, como por motivos éticos, no habrá visitas. Sólo tendrán
acceso al edificio los constructores, los restauradores, los
proyectistas y los especialistas que trabajan en el mausoleo", apuntó
Deviátov.
Deviátov insistió en que el cierre no tiene ninguna
relación con el estado de la momia del líder bolchevique, que es
visitada todos los años por cientos de miles de personas.
Desde que fue construido el mausoleo por orden del sucesor de Vladímir
Ilich Uliánov "Lenin" (1870-1924), Iósif Stalin, el mausoleo ha sido
sometido en pocas ocasiones a reparaciones profundas, como en el caso de
la construcción de la tribuna exterior.
El mausoleo suele
cerrar durante un par de meses cada año y medio para que el cuerpo
embalsamado del fundador de la Unión Soviética sea sometido a un
retocado por un grupo selecto de especialistas.
Sin contar
estas obligadas ausencias, la momia de Lenin ha permanecido desde el 1
de agosto de 1924 en el mausoleo a excepción de 1.360 días durante la
Segunda Guerra Mundial, cuando fue evacuada a Tiumén, en Siberia.
El mausoleo ha sido objeto de peregrinación desde la muerte de Lenin
en 1924, tradición que se mantiene incluso después de la caída de la
URSS, aunque cada año las visitas descienden y aumentan las voces
partidarias de poner fin a este "culto anacrónico".
La
oposición liberal y los activistas de derechos humanos han abogado
siempre por enterrar el cuerpo embalsamado del fundador de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en un camposanto.
En
cambio, el líder ruso, Vladímir Putin, ha asegurado que Lenin yacerá en
el mausoleo a los pies del Kremlin hasta que una mayoría clara de rusos
manifieste públicamente lo contrario, para evitar una división de la
sociedad.
El nuevo ministro de Cultura de Rusia, Vladímir
Medinski, reabrió la polémica este año al manifestarse a favor del
entierro de la momia.
"Lo más importante ahora es educar a la
gente: decir que Lenin mismo no quería yacer en un mausoleo y que sus
familiares rogaron que no fuera así", afirmó.
Actualmente,
aseguró "el 60-65 por ciento de la población respalda mi postura
personal. Y este porcentaje puede llegar al 90 si se lleva a cabo una
labor educativa como corresponde".
Aunque Lenin no dejó
testamento, su viuda, Nadezhda Krúpskaya, se opuso a la exposición del
cuerpo de su marido y dijo que el líder bolchevique había expresado su
deseo de descansar junto a su madre y hermano en el cementerio
Vólkovskoye de San Petersburgo.
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