Las diferencias culturales, la evolución política y social de Rusia ha hecho que las celebraciones navideñas sean más prolongadas de lo que son en Europa, hecho que incide directamente en un aumento del consumo con respecto a otros países. Fuente: Lo
La época soviética supuso un cambio importante de valores, no solo en torno al consumo en el mercado de productos, que se vio fuertemente estatalizado, sino también en el rito habitual relacionado con estas fiestas.
Evolución del concepto de fiestas navideñas en Rusia
Con la llegada al poder de los soviets en 1917, se abolió por completo, a nivel oficial, el calendario ortodoxo (calendario juliano), ello supuso un cambio en las fechas más representativas a nivel cultural. Muchas de las festividades relacionadas sobre todo con la religión fueron eliminadas por decreto. De todas formas, esto no impidió que en el ámbito privado muchas familias religiosas siguieran celebrando la Navidad.
Como señala Natalia Bondarenko especialista en modos de vida y consumo del centro de investigaciones sociológicas ruso Levada Center, “en la época de Stalin hubo una pequeña recuperación de las fiestas tradicionales solo que estas se celebraron con otro tipo de ideas asociadas, por ejemplo las fiestas de Año Nuevo consistían en unos días de vacaciones para los trabajadores que empleaban para descansar y estar con la familia y los amigos”.
Celebrando las fiestas por duplicado
Debido al cambio de calendario, en Rusia se celebran las fiestas casi doblemente. Por un lado encontramos a personas que celebran las fiestas navideñas al estilo soviético, es decir, celebrar el Año Nuevo igual que en Europa del 31 de diciembre al 1 de enero.
Cada vez más hay una recuperación de las fiestas religiosas, de manera que también se celebra la Navidad ortodoxa que sería, no el 25 de diciembre que corresponde con la católica sino el 7 de enero que correspondería con el antiguo calendario juliano ortodoxo.
Por otro lado siguiendo con la tradición y calendario ortodoxo, la fecha de Año Nuevo corresponde con el día 14 de enero. De ahí que haya personas que celebran no una sino las dos fiestas.
Según las fuentes consultadas en el Levada Center el 97 % de los rusos celebran del 31 diciembre al 1 de enero y un 64% lo celebra el día 14 de enero (lo que se denomina Stari Novi God, Viejo Año Nuevo). Para Natalia Bondarenko “este hecho implica que con respecto a la época soviética el tiempo de celebración se ha ampliado junto con los gastos asociados a estas fiestas”.
A pesar de que la mayor parte de la población rusa se considera o dice ser ortodoxa muy poca gente sigue al pie de la letra el rito ortodoxo en la celebración navideña del día 7 de enero, algo que no dista mucho de lo que ocurre en España donde, aunque la mayoría de españoles se considera católica no siguen de forma estricta los ritos católicos asociados a la religión en esta fecha (ir a misa ese día por ejemplo).
Comportamiento en Navidad y Año Nuevo
En cuanto a las diferencias de comportamiento entre el resto de la población europea y los rusos. En Rusia se suele celebrar tanto la Navidad como el Año Nuevo en casa, sin embargo en Europa el día de Año Nuevo se celebra, por regla general fuera de casa e incluso cada vez más se suele salir el día de Nochebuena después de haber cenado con la familia. No obstante encontramos excepciones algo estrafalarias en Rusia, como celebrar Año Nuevo en un autobús.
En Rusia la ceremonia de celebración de estas vacaciones, siguiendo a Natalia Bondarenko “es una mezcla de lo que se entiende en Europa por Navidad y las ideas típicamente rusas de Año Nuevo (31 diciembre-1 de enero) y Viejo Año Nuevo (14 de enero)”.
Claro que estamos hablando de las principales ciudades rusas más cercanas en espacio y cultura a occidente, porque Rusia es tan grande y conviven en ellas tantas culturas que existen diferentes años nuevos durante todo el año dependiendo de la región y religión que consideremos.
El consumo navideño en Rusia
La forma de consumir en Rusia ha cambiado enormemente a lo largo del tiempo. En la época soviética el consumo de las familias estaba dirigido por el Estado soviético que se encargaba de decidir qué productos se podían encontrar en el mercado. La idea que tenemos de consumo libre distaba mucho de la que era entonces. El ciudadano no decidía qué consumir y cuándo. Dado que los alimentos de primera necesidad eran accesibles para todos (era un derecho garantizado por el Estado). El precio que se tenía que pagar no era monetario sino que se pagaba en tiempo de espera. Las colas eran consecuentemente el precio que se pagaba para acceder al producto.
En esa época por estas fechas “el Estado proveía una cesta de productos, denominada ‘zakaz’, en la que el ciudadano podía encontrar productos que eran difíciles de encontrar normalmente en los mercados estatales como salmón, caviar, naranjas, champán… también podían proporcionar otro tipo de regalos como viajes”, afirma Natalia.
Una vez caída la URSS, en los años 90, la gente tuvo que acostumbrarse al cambio de un mercado guiado por el Estado a un mercado libre. Fue un época un poco caótica, la crisis económica afectó seriamente a la economía, los tecnócratas liberalizaron el mercado de una forma drástica y radical sin tener en cuenta las consecuencias sociales que ello acarrearía. Como señala Natalia Bondarenko ¨surgió una amplia masa de personas con bajos ingresos que no podían permitirse mucho en el mercado en estas fechas, además de verse abocadas a tener que trabajar, cuando tradicionalmente antes el Estado garantizaba a todos estas vacaciones de Año Nuevo¨.
Ya en la última década la situación se normalizó, se volvieron a considerar las vacaciones y éstas son disfrutadas por la población en líneas generales. El mercado libre se ha asentado. En ese sentido el comportamiento de los rusos en estas fechas es igual al del resto de países de Europa, las formas de consumo no difieren en exceso de las que se dan en otras partes del mundo. Por estas fechas la gente compra productos alimenticios delicatesen, regalan dispositivos electrónicos, cosméticos, perfumes, relojes… y deciden qué, cómo y cuándo comprar.
Como en Europa la gente se esfuerza por demostrar que pueden comprar regalos, que pueden hacer cenas lujosas como el resto. No obstante hay una diferencia respecto a Europa, tal y como señala Natalia Bondarenko “yo y mis colegas expertos en consumo estimamos que la población rusa gasta en realidad más de lo que se puede permitir en estas fiestas, incluso más que la población europea, teniendo en cuenta que el número y duración de las fiestas y celebraciones navideñas es superior al de Europa”.
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