Numerosos periodistas atendieron la rueda de prensa del presidente ruso. Fuente: AP.
El presidente Vladímir Putin afirmó este jueves que tomará una decisión sobre si sacar adelante una controvertida normativa sobre la adopción de huérfanos rusos por parte de familias estadounidenses después de leer el texto de la propuesta de ley que la Duma aprobó en la segunda vuelta el miércoles. De los 10.816 niños rusos adoptados el año pasado, 956 fueron a parar a familias en los EE UU.
"Apoyo la propuesta de ley", comentó Putin en su conferencia de prensa anual en Moscú, a la que asistieron unos 1.200 periodistas de Rusia y de todo el mundo. "La cuestión es cómo se hará y en qué términos. Necesito leer el texto, trataré de hacerlo entre hoy y mañana".
La moción fue aprobada poco después de que el presidente de los EE UU, Barack Obama, firmase el Acta Magnitski la semana pasada, que denegaba visados estadounidenses y prohibía realizar transacciones en territorio estadounidense a los ciudadanos rusos sospechosos de haber participado en la trágica muerte del abogado Serguéi Magnitski en una cárcel rusa en 2009, donde fue a parar tras sacar a la luz una malversación de fondos por valor de 230 millones de dólares realizada por funcionarios gubernamentales. El caso no ha sido investigado hasta la fecha.
"Entiendo que la respuesta de la Duma ha sido algo acalorada, pero la considero correcta", dijo Putin.
"Tras haber derogado una ley antirrusa y antisoviética, los legisladores estadounidenses decidieron que tenían que aprobar otra normativa antirrusa inmediatamente", dijo Putin refiriéndose a la abrogación de ley Jackson-Vanik que Washington hizo efectiva la semana pasada, al mismo tiempo que el Acta Magnitski. La derogación de esta normativa significa la restauración permanente de las relaciones comerciales normales con Moscú, interrumpidas hace 38 años por el injusto tratamiento dado a los judíos en la Unión Soviética, según Washington.
"Interpretamos que los legisladores estadounidenses nos están intentado hacer ver quién manda aquí. Si no hubiese existido Magnitski, habrían encontrado otro pretexto. El señor Magnitski murió de un ataque al corazón, nadie lo torturó", afirmó Putin.
Al mismo tiempo, el presidente subrayó que Moscú y Washington "no son enemigos". "Simplemente, tenemos que ser pacientes y encontrar compromisos", dijo. "No creo que esto afecte al clima de inversión o a la economía. Tenemos que procurar servir a nuestros intereses nacionales".
Según el presidente, Rusia continuará trabajando en estrecha colaboración con sus colegas internacionales del G8 y también en el G20, cuya presidencia anual asumió en diciembre. "Nos gustaría centrar nuestro mandato en dos asuntos principales: asegurar el crecimiento económico y crear empleo", comentó Putin.
El presidente subrayó tendencias positivas en las relaciones entre Rusia y China. "La relación de Rusia con China está a unos niveles muy altos, me atrevería a decir que a niveles sin precedentes en términos de confianza y cooperación", dijo Putin.
Putin ofreció una gran cantidad de datos para demostrar que Rusia está capeando bien la crisis global. El PIB ruso creció un 3,7% desde enero hasta octubre de este año, con una caída del 0,6% interanual. "Considero que es un buen resultado, dado el contexto de desaceleración económica en los EE UU y el descenso de China", afirmó. El desempleo cayó del 6,6% del año pasado al 5,4%. Los ingresos reales aumentaron un 4%, comparado con el 0,8% del año pasado. Los sueldos subieron un 8,8%, alcanzando una media de 27.607 rublos (897 dólares aproximadamente). La pensión media era de 9810 rublos (unos 318 dólares) en octubre, según Putin.
"Estamos especialmente orgullosos de las tasas de natalidad, que son las más altas en 20 años", dijo. "También la tasa de mortalidad es la más baja de las últimas dos décadas".
Al referirse a asuntos de actualidad en el terreno internacional, Putin tocó el tema del actual conflicto en Siria. La posición de Moscú en este punto es, según el presidente, hacer que las partes lleguen a un acuerdo "para organizar entre ellos cómo van a convivir, cómo van a afianzar su seguridad y su participación en el gobierno".
"No nos preocupa el futuro del régimen de Assad", afirmó Putin. "Entendemos la situación en el país y el hecho de que una familia ha estado en el poder durante 40 años. Sin duda se necesita un cambio. Simplemente, queremos evitar una situación en la que, una vez que suba al poder, la oposición tome represalias contra el gobierno en funciones".
Durante la rueda de prensa, que duró entre cuatro y cinco horas, Putin tuvo que responder a la fastidiosa pregunta sobre el futuro del magnate del petróleo, Mijáil Jodorkovski.
"Estoy convencido de que todo está bien si se hace según la ley. Mijáil Borisovich Jodorkovski saldrá libre", afirmó Putin cuando el juez Dmitri Fomin anunció ante el tribunal de Moscú la sentencia que reducía a 11 años la pena de 13 que Jodorkovski está cumpliendo. Por tanto, Jodoskovski será puesto en libertad en octubre de 2014.
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