El primer submarino atómico ruso de cuarta
generación, "Yuri Dolgoruki", puede entrar en servicio durante los
próximos días, informó hoy el jefe del Estado Mayor de la Armada rusa,
Víctor Chirkov.
"La firma del acta de entrada en servicio será
posible antes del 30 de diciembre con la condición de que se complete
la fase definitiva de revisión de determinados sistemas", afirmó
Chirkov, citado por las agencias locales.
El "Yuri Dolgoruki"
debería haber entrado en servicio hace varios meses, pero las pruebas de
fiabilidad de sus sistemas de navegación se han prolongado más de lo
esperado.
Este submarino pertenece al costosísimo proyecto
955, código Borey, en virtud del cual Rusia planea construir ocho
submarinos de esa clase para 2017.
Los submarinos de cuarta
generación portarán misiles intercontinentales Bulavá, el orgullo del
arsenal nuclear ruso, ya que llevan hasta diez ojivas de guiado
autónomo, tienen 8.000 kilómetros de alcance y, según Moscú, pueden
burlar cualquier escudo antimisiles, incluido el estadounidense.
El misil R30 3M30 Bulavá-30 (SS-NX-30, según la clasificación de la
OTAN, y RSM-56 en los tratados internacionales) es una versión naval del
misil balístico intercontinental con emplazamiento en tierra, Tópol.
Rusia confía en que los Tópol y los Bulavá le permitan mantener la
paridad nuclear con EEUU por lo menos durante el próximo medio siglo.
La estatal Corporación Astilleros Unidos ha informado de que
construirá cinco nuevos submarinos atómicos de cuarta generación en el
marco del programa de rearme que prevé el gasto de casi 700.000 millones
de dólares hasta 2020.
Los submarinos nucleares, la aviación estratégica y los misiles intercontinentales conforman la tríada nuclear rusa.
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