"Esperamos obtener hacia los años 2018-20
nuevos complejos balísticos capaces de superar cualquier escudo
antimisiles que pueda ser creado para entonces", dijo Karakáyev a los
periodistas.
Las Fuerzas de Cohetes Estratégicos, una rama
independiente de las Fuerzas Armadas de Rusia, continuarán incorporando a
su arsenal "complejos de misiles estacionarios, dotados de una alta
disposición de combate inmediata, y complejos móviles poco vulnerables",
señaló el comandante de FCE.
Al mismo tiempo, Rusia trabaja
en el perfeccionamiento de los misiles en servicio para mantenerlos
activos al menos hasta finales de esta década.
Además del
Voyevoda, en servicio desde finales de la década de los 80, las FCE
cuentan con los cohetes RS-18 (Estilete, en la clasificación de la
OTAN), incorporados desde hace 33 años, y que gracias a su
perfeccionamiento seguirán en las fuerzas rusas al menos hasta 2019.
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