El suboficial, que trabajaba en submarinos
británicos, reconoció el pasado 13 de noviembre ante esa corte que había
reunido material codificado entre el 18 de noviembre de 2011 y el 7 de
marzo de 2012 y también admitió un cargo de mala conducta en una oficina
pública.
Al dictar sentencia, el juez señaló hoy que "el
tribunal tuvo en cuenta el intento de traición del defendido no solo a
su país, sino también a sus colegas, que deben sentir una gran
indignación ante su comportamiento".
"Aquellos que sirven a su
país con lealtad deben saber que los que no lo hacen serán castigados
de la manera adecuada", agregó el magistrado.
El suboficial
fue detenido en el puerto de Plymouth, en el sureste de Inglaterra,
donde está una de las principales bases de la Royal Navy (Marina
británica), el pasado marzo.
Según informaciones divulgadas
por los medios de comunicación a raíz del proceso judicial, Devenney se
había puesto en contacto con una embajada en Londres para intentar pasar
información a Rusia relacionada con las operaciones de los submarinos
nucleares británicos.
No obstante, las dos personas con las que se iba a encontrar resultaron ser miembros de los servicios secretos británicos.
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