El satélite ruso, de fabricación europea,
deberá usar su propio combustible para recorrer la distancia restante
hasta colocarse en su órbita, algo que reducirá su tiempo de servicio,
aseguró a la agencia Interfax un portavoz del sector aeroespacial ruso.
Se trata del enésimo fallo del Briz-M, que ya fue retirado del
servicio por Roskosmos tras no poner en órbita los satélites ruso
Express-MD2 e indonesio Telekom-3 en agosto pasado.
Poco
después, el bloque acelerador explotó en el espacio dejando una nube de
basura espacial formada por cientos de partículas.
Un año
antes, el 18 de agosto de 2011, el Briz-M fue la causa de que otro
satélite de telecomunicaciones ruso, el Express-AM4, acabara también
fuera de su órbita.
Hace apenas unos días, las Fuerzas
Aeroespaciales del Ejercito ruso aplazaron el lanzamiento el cohete
portador Rokot tras localizar un fallo técnico en otro bloque
acelerador, el Briz-KM, fabricado por la misma industria que el polémico
Briz-M: el centro espacial Jrunichev.
La industria espacial
rusa suma con el de hoy siete fallos de lanzamiento en el último año y
medio, algo que ya provocó recientemente la dimisión del máximo
responsable del centro Jrunichev.
En agosto del pasado año,
días después de errar en la colocación del Express-AM4, un carguero ruso
Progress, que portaba carga vital para la Estación Espacial
Internacional, se estrelló después del despegue, en lo que supuso el
primer accidente de ese tipo de nave en más de treinta años.
A
esto se suma la pérdida de varios satélites y el fracaso en noviembre
pasado del lanzamiento de la estación marciana Fobos-Grunt, que supuso
un duro revés para los planes rusos de exploración interplanetaria
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