Los opositores recorren las calles de la
ciudad bajo las banderas de las formaciones Solidaridad, el colectivo
LGBT, y los partidos extraparlamentarios Parnas y Yábloko, entre otras.
La plataforma "San Petersburgo democrático", organizadora de la
marcha, pide la liberación de los presos políticos, la celebración de
elecciones parlamentarias y la reforma del sistema judicial.
Las elecciones legislativas de hace un año fueron tachadas de
fraudulentas en mayor o menor medida por todas las formaciones
políticas, con la salvedad de la ganadora, Rusia Unida, que según los
resultados oficiales obtuvo el 49,3 % de los votos.
Tras esos
comicios, el 5 de diciembre decenas de miles de personas salieron a las
calles de Moscú para exigir elecciones limpias, en las mayores
manifestaciones vistas en la capital rusa desde la caída de la Unión
Soviética.
Al principio, las protestas dieron sus frutos, ya
que el Kremlin introdujo reformas políticas, como la simplificación del
registro de partidos políticos y el restablecimiento de la elección
directa de gobernadores.
No obstante, desde su victoria en las
elecciones presidenciales de marzo, el presidente ruso Vladímir Putin
ha impulsado una serie de leyes que, según la oposición, restringen el
derecho a la manifestación y la libertad en internet, tipifican la
calumnia como delito penal y amplían el concepto de traición a la
patria.
Además, se han abiertos procesos penales contra los
dirigentes más radicales de la oposición extraparlamentaria por
supuestamente planificar disturbios masivos al estilo de la Revolución
Naranja ucraniana en connivencia con organizaciones extranjeras
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