El primer ministro Dmitri Medvédev se muestra optimista al hablar de datos de crecimiento, desempleo, producción industrial e inversiones. Fuente: Konstantin Zavrazhin / RG
Como reiteró Dmitri Medvédev, la tasa de crecimiento del PIB ruso entre enero y octubre de 2012 es del 3,7%.
La producción industrial creció un 2,8%. La inversión en activos fijos aumentó un 9%, superando las previsiones.
Sigue disminuyendo el desempleo, que ahora se sitúa en un 5,3%, unos 4 millones de personas, mientras que la cifra registrada en octubre del año pasado era de 6,4% (las estadísticas se calculan según el método de la Organización Internacional del Trabajo).
El número de parados registrados oficialmente en octubre de 2012 es de 998.000 personas.
Los ingresos reales también están en alza, pues crecieron en un 3,5%. Además, casi 1,5 millones de niños nacieron en Rusia de enero a septiembre, lo que representa un crecimiento de 80.000 niños con respecto al mismo periodo del año pasado.
Durante varios meses consecutivos el país ha registrado un crecimiento de la población, alcanzando 11.500 personas en septiembre, lo que es un resultado tres veces superior con relación a septiembre de 2011.
El primer ministro también señaló la mejora del clima de inversiones: por primera vez en ocho años Rusia ha conseguido mejorar su posición en la clasificación del Banco Mundial.
Así, el país ha ascendido hasta el 41º puesto en el escalafón de la gestión fiscal. Se trata del avance más significativo de todos los países participantes en esta clasificación.
“No hay que regocijarse en exceso, aunque es un buen número”, observó Medvédev y añadió que era “necesario mantener este ritmo”.
Entre los problemas actuales de Rusia figura la inflación. “En este ámbito la situación es manejable, pero no ideal”, observó el primer ministro.
Durante los primeros diez meses de 2012, la inflación ha sido del 5,6%, ligeramente superior a la registrada el año pasado (5,2%).
Sin embargo, “la inflación en Rusia tiene, en gran medida, un carácter no monetario, lo que asegura al Estado una situación bastante estable en cuanto a su política financiera”, señala Dmitri Alexandrov, jefe de investigación analítica de IG Univer.
El gobierno ruso, por tanto, puede luchar contra la inflación con ayuda de programas que estimulen la oferta, especialmente en el ámbito de la agricultura y de la alimentación.
Sin embargo, la regulación tarifaria sigue siendo uno de los principales motores de la presión inflacionaria. Además, no hay que olvidar el cambio de los métodos de cálculo de la canasta de consumo.
De todas maneras, la inflación no puede considerarse actualmente una amenaza para la estabilidad económica de Rusia. La situación financiera internacional y la actividad comercial de las principales economías exportadoras son las que presentan un riesgo mucho más grave.
“Si nos fijamos en los países de la región Asia-Pacífico y de la eurozona, Rusia registra en 2012 uno de los mejores resultados”, señala Alexéi Ribajov, analista jefe de IK Trade-Portal.
Los principales indicadores de la economía rusa muestran un crecimiento estable. El volumen de las cargas transportadas por ferrocarril, las inversiones en activos fijos, los intercambios comerciales, la venta al por menor y el índice de la expedición en diversos sectores económicos permiten tener esperanzas en un buen primer trimestre de 2013.
Por supuesto, hay riesgos para la economía rusa: “Las empresas del país plantan cara a la presión causada por la reducción de la demanda mundial”, explica Antón Golitsin, economista del foro independiente Et-Trade.
Los riesgos de cambio son bastante altos debido a las fuertes fluctuaciones en las principales divisas del mundo, especialmente el euro y el dólar. Pero no podemos olvidar la capacidad de Rusia para mantener la estabilidad.
En primer lugar, la carga de deuda es baja: incluso después de la colocación de eurobonos a principios de año, la deuda total de Rusia no excede el 20%. Alemania, por ejemplo, tiene un endeudamiento superior al 80%.
Es decir, por un lado, Rusia puede ser considerada como una región estable por parte de los inversores. Y, por otro, es capaz de atraer fondos externos suplementarios para estimular el desarrollo o enfrentarse al empeoramiento del clima de inversión.
En segundo lugar, a diferencia de muchos mercados emergentes, Rusia está más centrada en el mercado interno que en el exterior. Así, ha podido evitar los problemas de China que sufre una grave desaceleración económica después de que Estados Unidos y Europa redujeran su demanda de productos.
“Por supuesto, en tanto que parte integrante de la economía mundial, Rusia no puede evitar del todo sufrir la presión de la crisis económica mundial”, observa Elena Chernoletskaia, directora adjunta del departamento analítico de Moscow Stock Center.
La principal característica de la economía rusa es la fuerte demanda interna que se ha mantenido entre los consumidores finales y entre los principales actores económicos, especialmente las empresas.
Además, esta demanda permite a las empresas rusas no sólo compensar la caída de la demanda de los mercados occidentales, sino también registrar una tendencia positiva.
Artículo publicado originalmente en ruso en Expert.
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